Un calor asfixiante y un césped artificial como exigentes compañeros de trabajo. Dos equipos duros a más no poder, y tres puntos de los importantes a final de temporada. Batalla en el campo y también en los banquillos con dos competitivos 'ajedrecistas' como Juanjo Granero e Igor Gordóbil. Una vez hechas las presentaciones y dibujados los contextos, demos por iniciada la historia de lo que fue un pugna incesante.

Un partido de hombres

Todo comenzó allá por las cinco de la tarde madrileñas, cuando echó a rodar el esférico tras guardar un respetuoso minuto de silencio por el fallecimiento de la madre del presidente local Rufino Pérez. Desde bien pronto se pudo calar de lo que iba el partido: pugna, brega, casta y consistencia. Hombría a raudales en un típico partido del fútbol de bronce.

Un primer acto durísimo tanto en lo físico, como en lo táctico, como en lo emocional. Con los de Gordobil repitiendo su línea de cinco zagueros y con Granero apostando por un once más ofensivo con Joaquín y Chema en punta de lanza.

Ambos equipos tenían en la mente el cómo, el cuándo y el qué debían hacer, pero solo los foráneos fueron capaces de plasmarlo y a la velocidad de la luz. Y es que dando un tremendo salto en el espacio temporal de esta crónica -y resumiendo de manera tan rápida como los actos sucedieron-...pasada la media hora el Leioa ya había sentenciado el duelo.

Genial plan de Gordobil con sublime ejecución

Tan eficaz como suena. Gordobil 'enladrilló' una muralla alrededor del bueno de Urtzi y plantó a dos rayos arriba como Óscar y Silas. La ecuación, simple: un gol para cada uno y tres puntos para el resto. Primero, Jorge García mandó una 'manzanita' a la espalda de Manu y Jesús y de volea Óscar la convirtió en gol (0-1). Y después, tras unos buenos minutos infructíferos de los madrileños, misma secuencia: Aldalur contragolpeaba cual centella y servía para que Silas rematase al 'Naval' (0-2).

Y tras todo esto, vuelta a empezar...partido trabado, mucha disputa, muchos saques de banda, mucha imprecisión. La segunda parte se tramitó en su totalidad en el típico 'quiero y no puedo' en el que se enfrascó el Navalcarnero.

Juanjo Granero quemó sus naves haciendo debutar a Iago Beceiro y Nacho Buil, quienes se mostraron muy activos, pero no tan efectivos como sus contrincantes. Y todo el partido se tiraron intentando dar con un error en la zaga vasca, algo que no sucedió en toda la tarde (ni tenía pinta de suceder por más que se prolongase aquello).

El partido fue en sí un choque: de ideas, de tácticas, de hombros, de goles...

Así, con mucha cara larga por un lado, y con rostros inflados de orgullo por el otro, terminó el choque. Una palabra que define a la perfección el partido, un 'choque': de ideas, de tácticas, de hombros, de golpes, de goles y de sensaciones. Sin más, los de Leioa para casa que se marchaban radiantemente como líderes; y los de Navalcarnero allí que se quedaban fríos como el hielo con tres puntos menos en su fortín.

Puntuaciones VAVEL 2B

CDA Navalcarnero SD Leioa
Olmedo 5 Urtzi 7
Stevens 5 Arregi 7
Jesús 6 Picón 7
Manu Jáimez 6,5 Vega 7
Jose Antonio 5 Aldalur 8
Joya 5 Capó 7,5
Alonso 5  Simón 7
Cifo 6,5 Fran Sota 7
Joaquín 6,5 Óscar 8
Garci 4 Silas 8
Chema Moreno 5 Jorge García 7'5
Suplentes
Iago Beceiro 6 Erik 6
Nacho Buil 6,5 Álvaro 6
Grau 5 Unda 6