Sin duda la tarde del sábado 19 de noviembre quedará para el recuerdo de Xabier Etxebarria Larrabide, defensa vizcaíno que a sus 29 años es un exponente más de la azarosa trayectoria de los futbolistas de bronce.

Hijo del guardameta Francisco Javier Etxebarría, portero de 1ª División en el Espanyol y Murcia, y objetivo de las primeras patadas al balón de su vástago, pasó de jugar como titular la final de la Supercopa con el Athletic en el Camp Nou a dejar temporalmente el fútbol por motivos de estudios. Tras reengancharse sin problemas hace tres temporadas al grupo segundo de 2ªB, tanto en Amorebieta primero como en Barakaldo ahora, lucha por volver a consolidarse como uno de los mejores centrales vizcaínos de la categoría.

Etxebarría, que cumple su segunda temporada en Lasesarre, acogía con ilusión su regreso a Urritxe para enfrentarse al Amorebieta: ”Es un campo que me gusta, tiene un encanto especial, se respira fútbol característico de Vizcaya. Además en el Amorebieta se portaron muy bien conmigo, estuve un año muy a gusto e hice bastantes amistades, además de conseguir jugar mucho y creo que a buen nivel”.

Titular casi indiscutible esta temporada en el eje de la zaga de David Movilla, compara su situación con la del pasado curso: “Sufrí varias lesiones que me impidieron continuidad, y además era difícil entrar en el once porque había mucha competencia con Quintanilla y Elgezábal”. Le encantaría tener “cuerda para rato” como su padre, que se retiró en su momento como profesional más veterano en activo, aunque no lo ve fácil: “39 años es mucho, ahora estoy en un buen momento de mi carrera, estoy muy a gusto en el campo y sólo pienso en ir a más para conseguir los mayores logros con el equipo”.

"Dejé el fútbol para centrarme en los estudios"

Buscando posición para el remate | FOTO: JB Monterrey
Buscando posición para el remate | FOTO: JB Monterrey

Pocos esperaban sin embargo que el central de Igorre fuera la alternativa escogida por su técnico, David Movilla, para paliar las bajas que asolaban la zona de vanguardia gualdinegra de cara al derbi. Y es que a la sanción del pichichi Ander Vitoria por su expulsión la jornada anterior, y la lesión de larga duración de Alain Arroyo, al míster barakaldés le sobrevinieron más contratiempos con los problemas físicos de Yurrebaso e Ito, el resto de jugadores de la plantilla susceptibles de ser alineados como delanteros centro. “No me pilló de sorpresa” confiesa el jugador “ya que a lo largo de la semana estuvimos entrenando esa posibilidad por  las lesiones que teníamos. El míster lo estaba meditando y tampoco había muchas más opciones para el puesto”.

En esa tesitura, y con tres centrales ya en el once inicial, el dorsal número nueve con el que Etxebarría saltaba al césped evidenciaba no ser ni un movimiento de despiste ni un mero ataque de entrenador. No en vano el fornido defensor ya se había destacado en funciones ofensivas en su temporada de debut en 2ªB con el Bilbao Athletic, cuando con 21 años y recién llegado del Zamudio, firmaba tres tantos en una campaña que le iba a consolidar como titular y futuro capitán de la zaga del filial, y que además sirvió para que Joaquín Caparrós le concediese su minuto de gloria en 1ª División con el primer equipo en Santander.

Acostumbrado a subir al remate en todo tipo de jugadas a balón parado y a moverse como pez en el agua en las áreas de Urritxe, el movimiento ‘a lo Alexanko’ de Etxebarría no resultó ser una propuesta tan descabellada, aunque, como reconocía el propio jugador: “Nunca había jugado de inicio de nueve. Lo más cerca cuando de pequeño le pedía al entrenador que me pusiera cinco minutillos arriba, pero desde siempre he jugado atrás de defensa”. Probablemente tenía en mente el míster del Baraka su gran retorno a Segunda B con el equipo que le repescó tras dos años de parón futbolístico recorriendo Inglaterra, Chile y Alemania: “Tras acabar mi etapa en el Athletic me centré en los estudios, para hacer un master de gestión deportiva. Conocí nuevos sitios y fue en general una experiencia muy enriquecedora en mi vida que no me impidió regresar a la competición porque, aunque no estuve jugando, seguí preparándome y manteniéndome en forma por mi cuenta.”. De vuelta a Vizcaya en el Amorebieta, Xabi se destapó no sólo como zaguero de máxima solvencia – sólo se perdió un partido de liga y fue por sanción – sino como un providencial goleador, formando junto al veterano Aitor Blanco uno de las parejas defensivas más realizadoras de los últimos tiempos en toda la Segunda B.

Comenzado el encuentro, el nuevo ‘nueve’ gualdinegro tardaría en dejarse notar en el campo, quizá por la ausencia de un gran aliado como Alberto Oca: “Aparte de por lo que nos da en el juego, por su zurda impresionante que en cualquier situación de balón parado te puede resolver un partido, como ha sucedido un par de veces este año”. Curiosamente no acusó tanto la lógica adaptación a una ubicación extraña – “Por lo que más me quedé sorprendido, fue por los golpes que pueden llegar a recibir los delanteros: al acabar el partido tenía todo el cuerpo lleno de golpes''– apareciendo en la segunda parte para voltear un marcador adverso en nueve minutos mágicos. Su cabezazo a la salida de un córner en el minuto 56 ponía fin a una sequía goleadora de 236 minutos de los gualdinegros sin marcar,  mientras que su remate con la zurda en otro servicio a balón parado enmudecía en el minuto 65 a la grada que años atrás celebraba sus goles.

Asumiendo el mando en el área | FOTO: JB Monterrey
Asumiendo el mando en el área | FOTO: JB Monterrey

El primer doblete en su carrera –“si alguna vez conseguí dos goles en un partido, sería en categorías inferiores”– fue celebrado efusivamente por el futbolista con sus compañeros: “Son situaciones que no se pueden controlar y muy emocionantes. Yo siempre estaré muy agradecido al Amorebieta, pero ahora estoy en Barakaldo y me toca pelear por mis colores actuales que son los gualdinegros”.

"Lo que sucedió el sábado pasa una vez en la vida"

Sin embargo la felicidad no sería completa para su equipo, ya que Koldo Obieta restablecía la igualdad en el marcador, para sellar un empate que fue valorado con matices por el entrevistado:  “Sabíamos que iba a ser un partido difícil como siempre que juegas en Urritxe. Analizando el desarrollo del encuentro, yendo 1-2 en el minuto 80, el empate nos pudo saber a poco. Aunque es cierto que no hicimos un gran partido, aprovechamos nuestras ocasiones y lo tuvimos en nuestra mano, pero se nos escaparon dos puntos”.

Con la vista puesta ya en el siguiente derbi ante el enrachado Gernika, y en la cuenta atrás que le acerca a sus 200 partidos en Segunda B, ‘Etxeba’ no piensa en competirle el puesto de delantero a Ander Vitoria ni ser el ‘as en la manga’ de Movilla para superar a los de Jabi Luaces: "¡Que va! Lo que sucedió el sábado pasa una vez en la vida. El próximo partido es importante  y recuperaremos a gente. Con la calidad que tenemos delante podemos reencontrarnos con la victoria y tirar para arriba, porque aunque está todo muy igualado siempre es importante posicionarse bien pronto".