El San Fernando Club Deportivo ha hecho historia en una noche de viento huracanado en La Isla. Así, tal como suena. El equipo azulino ha aplastado literalmente a su rival, un inocente Alcalá que llegó a Bahía Sur con solo quince jugadores disponibles , y ha cosechado la mayor goleada vista jamás en el Estadio Iberoamericano 2010 en sus 24 años de existencia. 9-0 y con la clara sensación de haber levantado el pie del acelerador en los últimos compases. Dicho resultado, curiosamente, es la mayor goleada en la historia de la Copa Federación.

Una competición, sin duda, que a partir de ahora será vista con otros ojos al menos en La Real Isla de León. También en Alcalá de Guadaira, pero por circunstancias totalmente distintas. Los isleños han conseguido, gracias a este magnífico resultado, crecer anímicamente de cara al choque ante un más que probable rival directo como el Mancha Real que se disputará el próximo domingo en el Polideportivo La Juventud de la localidad jienense.

Es la mayor goleada en la historia de Bahía Sur y de la Copa RFEF

Por su parte, la escuadra panadera tendrá que hacer de tripas corazón. Tocará reflexionar y muy seriamente los motivos reales de esta abultada goleada que puede hacer mucho daño en la moral de la tropa que dirige Alonso Ramírez y que arrancará este domingo ante el Cabecense una nueva temporada en el Grupo X de Tercera.

Un resultado de tal magnitud se fragua desde mucho antes del pitido del encuentro. En el once inicial, el San Fernando dejaba claro que no iba a tirar la competición. Cambios con respecto al equipo que cayó ante el Córdoba B, pero garantía absoluta de calidad y eficacia en el verde.

Salva y Regino eran titulares tras recibir sus respectivos transfers y Fran Martínez acompañaba al cañaílla en el eje de la zaga. Mario ocupaba el puesto de Ceballos, que se quedó en la grada, mientras que Amarito, al igual que Lolo Garrido y Francis, repetía como titular. Óscar Oliva, Dani Martínez y un entonadísimo Espinar completaban una alineación en el que no podía faltar Iván Bazán.

Media hora para encarrilar la eliminatoria

Fue el sevillano el encargado de clavar el primero a los ocho minutos de juego, después de que su equipo hubiera mandado un aviso a navegantes de su idea  de dominar el partido. Iván lo hizo fácil, sencillo, un símil de lo que sería el partido. Cazó un balón suelto en el área tras un saque de esquina y lo envió a la red.

Iván abrió el camino y Espinar sentenció con un doblete

Tanto él como Iván eran un dolor de cabeza constante por las bandas. El Alcalá quería sacudirse el dominio pero era incapaz de crear verdaderos problemas a Salva. Y, por si fuera poco, cualquier conato de ataque se convertía en una acción de peligro sobre la meta de Fernando. Así las cosas, Espinar, que como buen ariete vive del gol, aprovechó los servicios de Mario por la derecha (minuto 15) y de Iván por la izquierda (minuto 29) para celebrar sus dos primeros goles oficiales con el San Fernando.

Foto: Salvi Reyes
Foto: Salvi Reyes

Aún le quedaba otro, pero ese tuvo que esperar al segundo tiempo. Hasta entonces, el Alcalá aguantaba el tipo como podía. Era un boxeador con problemas para mantenerse el pie, pero seguía entero para el segundo y definitivo asalto. Incluso Moya había podido meter a su equipo en la eliminatoria rematando una falta lateral que se marchó arriba por poco. Nadie imaginaba la hecatombe panadera y el recital azulino que estaba a punto de producirse.

Un despiste que desata el huracán

Precisamente, todo comenzó por una falta en la frontal del área visitante. Dani Martínez no pidió al árbitro que midiera la distancia al colegiado y el Alcalá comenzó a preparar la muralla humana sin percatarse de las intenciones del madrileño. Martínez disparó y batió a Fernando, que apenas podía disimular su asombro. Era el 4-0.

Dani Martínez marcó  un gol de listo que deshizo totalmente al Alcalá

Por aquel entonces, Méndez había refrescado a su equipo con las entradas de Luque y Castillo por Amarito y Lolo Garrido, sustituciones que hicieron a Regino actuar como mediocentro. Poco más tarde, unos problemas musculares de Mario hicieron al técnico gastar su último cambio que desplazó a Fran al lateral e hizo a Regino volver al eje para dar entrada a Gerrit.

Los cambios no desconcentraron al San Fernando. Al revés. El Alcalá se deshizo aún más con sus relevos (Álex Pavón y Boris dejaron sus puestos a Benja y Mariano) y Espinar apareció en una de las numerosas opciones de gol que tuvo su equipo para llevarse el balón a casa por su hat-trick.  Por si fuera poco, Dani Martínez no se lo pensó dos veces y, un par de minutos después, se sacó un zapatazo descomunal que sorprendió a Fernando. La media docena ya campeaba en el electrónico.

Foto: Salvi Reyes
Foto: Salvi Reyes

El Alcalá era un juguete roto en manos de un San Fernando con hambre. Los sevillanos pedían clemencia y auxilio, pero nada de eso les llegó. Ni tan siquiera les acompañó la suerte, ya que Moya anotó el 7-0 en propia puerta al querer despejar un pase de la muerte de Espinar a Iván.

Hombres contra niños

Un Iván que, como no podía ser de otra manera, olió la sangre y sació su apetito con el enésimo uno contra uno ante Fernando. Hasta cuatro jugadores azulinos esperaban en campo propio un robo de balón que les hiciera tener ventaja numérica ante los dos zagueros visitantes. Sin duda alguna, una imagen que define a las claras lo que fue el duelo en su segunda mitad.

Iván y Francis no tuvieron piedad y redondearon la goleada hasta el 9-0

Quedaba por marcar Francis, que incluso se colocó de improvisado ariete para engordar sus estadísticas. Lo consiguió de la forma más sencilla posible. Saque de esquina en corto y disparo seco a la red sin apenas oposición. El severo correctivo al Alcalá pudo verse incluso ampliado si Iván hubiera acertado a picar correctamente el balón aprovechando la salida desesperada del portero, pero el esférico se perdió por encima del larguero.

A pesar de todo, el daño para el Alcalá y la historia para el San Fernando ya se habían culminado. Todo el pescado estaba vendido. Incluso el colegiado se permitió el lujo de anunciar el final del partido en el minuto 89, momento en el que la afición de Bahía Sur despidió a sus jugadores con una sonora ovación.

Foto: Salvi Reyes
Foto: Salvi Reyes

No era para menos. La confianza vuelve a estar a tope gracias a este huracán de goles inesperado. El domingo, vuelve a llegar la hora de la verdad. En Mancha Real se puede romper otro registro, este, eso sí, negativo, ya que el San Fernando no gana a domicilio en Segunda B desde marzo de 2013. ¿Habrá guardado goles para lograrlo este fin de semana?

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Sobre el autor
José Manuel  Gallardo
Elige una profesión que te apasione y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida. Periodismo en la Universidad de Sevilla.