Debut feliz y susto para el Alcorcón en la competición que le corresponde y de la que no se ha movido por méritos propios. La buena noticia llegó con el gol de Juli en los minutos finales y la mala la puso Rubén Sanz que tuvo que ser retirado en ambulancia por un golpe en la cabeza. El susto fue importante, pero el capitán alfarero se recupera satisfactoriamente.

El cuadro alfarero arrancó el campeonato dominando a un Tenerife que, como es lógico en un debutante, tardó varios minutos en aclimatarse al encuentro. El Alcorcón se hizo rápido con el control del balón y bajo la batuta de Sergio Mora buscaron una y otra vez jugadas rápidas de ataque con Quini como referente y con Javito, Sales y Juli haciendo la labor de escuderos. La primera oportunidad del partido nació tras un saque de esquina que remató Babin y que se marchó por encima del travesaño. El peligro era constante, la efectividad escasa.

Siempre dentro de un dominio amarillo claro, el Tenerife fue acercándose al área defendida por Dani Giménez. El nuevo portero amarillo estuvo perfecto cuando tuvo que intervenir y la tranquilidad absoluta se mantuvo en Santo Domingo. La grada amarilla no quería sustos, ese aspecto lo tenían controlado, pero demandaba ocasiones y en esa faceta no había tanta claridad.

El transcurrir del encuentro aumentó el juego brusco y se sucedieron las tarjetas amarillas. El colegiado llegó incluso a perdonar la segunda a Ricardo Léon, centrocampista del cuadro visitante, en una jugada que puedo variar el guión del choque. Con el partido dormido apareció la figura de Javito. El extremo alfarero, muy participativo, intercambió en varias ocasiones su posición con Juli y generó varias diagonales que animaron la contienda. Aún así, nunca se llegó a concretar con acierto las jugadas y al descanso se llegó sin movimientos en el luminoso.

Tras una primera parte, dicho con cariño, lenta y con poco fútbol llegó un susto importante. Rubén Sanz recibió un fuerte golpe contra una de las vallas de publicidad y rápidamente saltaron todas las alarmas. El capitán alfarero tuvo que ser retirado en ambulancia y en su lugar entró Jony. Con el miedo aún en el cuerpo y con varios minutos de demora se reanudó el partido y el Tenerife aprovechó las dudas de un Alcorcón tocado por la baja de Rubén Sanz. El cuadro de Álvaro Cervera adelantó líneas y, sin claro peligro, creo mucha incertidumbre en los locales.

No tardó demasiado tiempo en reaccionar el Alcorcón y mucha parte de culpa la tuvo la entrada al campo de Christian Alfonso. El número 17 del equipo amarillo amplió el juego entre líneas y gracias a sus jugadas hubo varios disparos con peligro sobre la meta de Aragoneses. Pese a las acometidas del Alcorcón, el Tenerife se mostraba fino en defensa y cualquier ataque aéreo o por tierra era despejado por la zaga visitante. Por fin había ocasiones, incluso se llegó a pedir penalti favorable al conjunto local, aunque ninguna llegó a concretarse.

El partido entró en su recta final con un guión imprevisible ya que ambos equipos, a falta de buen fútbol, seguían manteniendo una intensidad alta pese al intenso calor que había en Santo Domingo. Miguel Álvarez movió su última pieza y retiró a Quini para dar entrada a Sergio Prendes. El técnico alfarero cambió remate por juego de desborde en busca del gol de la victoria.

Once minutos de añadido por el susto de Rubén Sanz y la expulsión por doble amarilla de Raúl Llorente aumentaron la emoción en los instantes finales del duelo. Fue en ese momento cuando el árbitro decretó penalti a favor del Alcorcón por mano de un defensor del Tenerife. La locura y la tensión se apoderaron de Santo Domingo hasta que Juli transformó la pena máxima y cambió la incertidumbre en alegría. Nuevo año, nueva temporada, pero la emoción nunca abandona territorio alcorconero.

Con el marcador a favor y el Tenerife roto, el Alcorcón fue el único que buscó variar nuevamente el marcador. Un disparo al larguero de un inspirado Christian Alfonso estuvo muy cerca de colocar el 2-0. No hubo más goles y el Alcorcón sumó sus primeros tres puntos de la temporada en el tiempo de descuento. 

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