Hasta el último minuto del último partido. Así podría resumirse la temporada 2015/2016 del Alcorcón, una campaña liguera marcada por la lucha del conjunto alfarero por hacerse un hueco entre los más grandes de la categoría de plata del fútbol español. El equipo madrileño inició el campeonato con un proyecto ilusionante de la mano del técnico asturiano Juan Ramón López Muñiz, quien trató desde el principio hasta el final que la ciudad del sur de Madrid volviera a ver a sus pupilos amarillos codearse con los titanes de la categoría como ya hicieran años atrás con el querido Juan Antonio Anquela.

Durante la recientemente finalizada temporada 2015/2016, el Alcorcón ha pasado por diversos altibajos, marcados por grandes victorias y duras derrotas. Los hombres de Muñiz salieron victoriosos de importantes escenarios de la categoría tales como El Sadar, donde vencieron por 1-2 a Osasuna gracias a los golazos de su estrella en el ataque, David Rodríguez, y al madrileño Óscar Plano. El conjunto alfarero también sacó puntos valiosos de otros grandes estadios como el Nou Estadi de Tarragona, donde se impusieron por 0-2 al Gimnàstic; de El Arcángel, donde derrotaron al Córdoba por 1-3 o de Mendizorroza, donde consiguieron un importante punto ante el el Alavés (campeón de Segunda División) gracias a un espectacular zapatazo desde fuera del área de Campaña que se coló en la escuadra izquierda de la portería que defendía Pacheco. Sin duda alguna, el gol del centrocampista sevillano se podría considerar como uno de los mejores que se han visto esta temporada en la Liga Adelante.

Por otra parte, hay que destacar el fortín que hizo el Alcorcón de Santo Domingo, donde vencieron a grandes conjuntos como el Leganés, equipo que la próxima temporada militará en la élite de nuestro fútbol por primera vez en su historia; o Zaragoza y Real Oviedo, históricos que cayeron en el feudo amarillo por el mismo resultado (1-0). Los hombres de Juan Ramón López Muñiz tan solo cayeron derrotados en condición de local ante Alavés, Osasuna y Huesca, convirtiéndose de esta forma en uno de los mejores equipos de dicha campaña liguera de la Segunda División.

El conjunto alfarero tuvo posibilidades hasta el final de temporada de hacerse con un puesto para jugar los playoffs de ascenso a Primera División. De hecho, hasta los minutos finales del último encuentro frente al Elche, estuvieron ocupando el cuarto puesto de la clasificación. Las noticias eran más que positivas en Santo Domingo durante aquellos instantes de juego ante el conjunto ilicitano. El Alcorcón acabó goleando a los hombres de Rubén Baraja por 4-1 pero un triple empate le privó de retornar a los play-offs de ascenso tres años después. Al finalizar dicho encuentro, fueron muchos los que se acordaron de los graves errores defensivos ante Alavés y Osasuna en el feudo amarillo, donde ambos conjuntos se llevaron los tres puntos; de la derrota por 4-0 ante el Llagostera en Palamós y de la derrota en Montilivi en la penúltima jornada del campeonato ante el Girona, rival directo por los play-offs

Primera vuelta ilusionante

El Alcorcón comenzó la temporada enchufado. Abría la campaña en casa y había que demostrar el buen trabajo realizado a lo largo de la pretemporada. En un buen partido, los de Muñiz salvaron la primera prueba al imponerse al Mallorca y dejaron sin titubear su impronta. El bloque armado por el asturiano dejaba buenas sensaciones aunque pronto se iba a ver las caras con dos claros pretendientes a estar en los puestos altos de la tabla. Valladolid y Córdoba serían quienes probarían la fiabilidad alfarera y los encargados de hacer saber si el Alcorcón sería uno de los equipos a tener en cuenta al final de la temporada. Y así fue. A pesar de caer derrotados en Zorrilla, el cuadro alfarero no se salió del guion y mostró un buen juego que una semana más tarde daría sus frutos. En la segunda salida consecutiva el cuadro madrileño no se amilanó y se impuso por un contundente 1-3. El nuevo Alcorcón de Muñiz tomaba forma y continuaba con paso firme la búsqueda de su propio estilo y camino.

No obstante, en Segunda División no hay lugar para la relajación y lo que parecía una visita asequible para el cuadro amarillo no lo fue. En la quinta jornada, la visita al Nuevo San Mamés, dejó claro que para lograr cada punto iba a ser necesario dar el máximo. El Alcorcón cayó ante el Bilbao Athletic y, a pesar de encadenar dos victorias consecutivas, volvió a poner los pies en el suelo.

El conjunto alfarero intercalaba entonces victorias, derrotas y empates, aunque eso no le privaba de perder de vista los puestos altos de la clasificación. De hecho, durante las diez primeras jornadas los pupilos de Muñiz tan solo estuvieron fuera de las posiciones de playoff en dos ocasiones. Sin embargo, los baches a lo largo de la temporada se suelen suceder y el Alcorcón no se libraría de ellos. Las derrotas ante Mirandés y Leganés supusieron dos serios mazazos de los que el equipo amarillo se repuso de la mejor forma al lograr encadenar siete partidos sin conocer la derrota. Además, en la jornada 17 el Alcorcón ya podía presumir de encontrarse a mitad de camino del que era su objetivo prioritario al comienzo la temporada, la permanencia un año más en la División de Plata del fútbol español.

La irregularidad sentencia un final agridulce

Segundas partes nunca fueron buenas y el Alcorcón sufrió en su propia piel este común dicho. Si la escuadra alfarera había firmado una primera vuelta ilusionante, la segunda parte de la competición estaría marcada por la irregularidad y los pobres resultados cosechados lejos de Santo Domingo. La visita al Ibersotar Estadi no presagiaba un camino de rosas para el conjunto madrileño. Una situación a lo que tampoco ayudó la baja de José Campaña en este tramo liguero, el auténtico faro del equipo, quien estuvo fuera de los terrenos de juego durante alrededor de un mes a principios de año.

En las diez primeras jornadas de la segunda parte de la competición, los de Muñiz tan solo lograron dos victorias algo que les relegó de las posiciones de privilegio. Sin embargo, los amarillos se abonaron al empate y, punto a punto, pudieron mantenerse la zona alta de la clasificación sin perder de vista a sus rivales más directos. A pesar de no encontrarse en posiciones de promoción, el Alcorcón no perdía la esperanza de volver a engancharse definitivamente al tren que le diera la oportunidad de pensar en el ascenso. Aunque para ello, aún había que pasar una auténtica prueba de fuego. En un mes el Alcorcón debía enfrentarse a cuatro rivales directos: Leganés, Zaragoza, Osasuna y Alavés. Cuatro serios aspirantes al ascenso que prácticamente determinarían el futuro de la escuadra alfarera.

El equipo acusó la baja de Campaña durante varias semanas | Fotografía: Rodrigo J. Torrellas
El equipo acusó la baja de Campaña durante varias semanas | Fotografía: Rodrigo J. Torrellas

La victoria en el derbi madrileño ante el Leganés cargó de moral al equipo alfarero aunque todo parecía haber sido un espejismo. Los fallos ante el Alavés, Osasuna y Zaragoza anularon las esperanzas de los amarillos quienes, aun así, no se dieron por vencidos. Tras enfrentarse al conjunto dirigido por José Bordalás, el Alcorcón se rehízo ante el Albacete y volvió a soñar. La gesta por entrar en el play-off era complicada pero no imposible. No se podía fallar y los alfareros no lo hicieron pocos días más tarde de enfrentarse al equipo manchego. Con sufrimiento, los amarillos se impusieron al Tenerife en una jornada atípica y apretaron un poco más las tuercas sus rivales más directos. Definitivamente, Girona sería la parada en la que el Alcorcón determinaría su estancia en el play-off o no. Sin embargo, la maldición de Montilivi volvió a cebarse con los de Muñiz y tan solo podían esperar un milagro en la última jornada liguera en donde debían enfrentarse al Elche.

En la última jornada liguera, el Alcorcón cumplió y logró doblegar al conjunto ilicitano por 4-1 lo que le permitió soñar hasta el último minuto. Los de Muñiz se mantuvieron en zona de play-off hasta el minuto 86 cuando un gol del Girona apeaba al equipo alfarero del sueño. Un triple empate no servía al equipo alfarero para entrar en las posiciones de promoción y el Alcorcón se quedaba con la miel en los labios.

La construcción de un nuevo proyecto

Tras la buena campaña realizada en términos generales por el equipo, desde el club tenían clara la continuidad del proyecto iniciado por Muñiz. Sin embargo, la marcha del técnico asturiano al Levante hizo moverse rápidamente a la entidad para encontrar un sustituto que tomara las riendas del equipo y volviera a ilusionar con un objetivo más ambicioso que la permanencia. El Alcorcón ha encontrado en Cosmin Contra el elegido para comandar esta nueva etapa en la que el equipo volverá a contar con caras nuevas tras las recientes bajas del equipo.

Hasta el momento, Mikel Iribas, Máyor, Sergio Rodríguez y Josan se han desvinculado totalmente de la entidad al finalizar la temporada por lo que el esquema de Contra tendrá que encontrar nuevas piezas que se adapten a su nuevo proyecto. El Alcorcón de Muñiz logró mantenerse toda la temporada en los diez primeros puestos de la clasificación, una empresa nada fácil teniendo en cuenta la gran competencia de la Liga Adelante

Este año, el sueño se esfumó para el club madrileño y para sus aficionados, pero lo que está claro es que el fútbol es maravilloso por la intensidad y pasión que se percibe en cada jornada, en cada minuto y en cada segundo en el que los veintidós jugadores pugnan por hacerse con la posesión del balón y hacer levantar a sus aficionados de sus butacas cuando el balón acaba en el fondo de las mallas. El Alcorcón volverá la próxima temporada con más fuerza y lo hará como mejor sabe, luchando y peleando hasta el último minuto del último partido.