El Club Deportivo Mirandés cumple 89 años. Fundada el 3 de mayo de 1927, la entidad de la Calle de La Estación cuenta en sus vitrinas con una Liga de Segunda B, cuatro Ligas de Tercera División y dos Copas de Castilla y León como premios más importantes. Además, ha disputado las semifinales de la Copa de S.M. El Rey (temporada 2011/2012) y los cuartos de final este mismo curso. En comparación con muchos otros clubes de similar solera, resulta evidente que al Mirandés le están sentando realmente bien los años.

La metamorfosis del club rojillo a todos los niveles ha sido extraordinaria, pero realizada mediante un proceso natural, tranquilo y estable. El respaldo unánime de la masa social, siempre dispuesta a aportar en positivo ha facilitado las cosas. Conviene recordar que hace apenas diez años el Mirandés militaba en la Tercera División. Nada menos que cuatro temporadas le costó recuperar su espacio legítimo y natural en Segunda B (de 2005 a 2009). Pero ese tramo fue clave. La afición tuvo paciencia, a pesar de los reiterados fracasos en el intento de ascender, y la directiva de aquel entonces aprovechó para modernizar la estructura del club.

En la categoría de bronce, para siempre quedará la era de Juan Carlos Pouso en el banquillo y de Pablo Infante en el césped. El entrenador del ascenso y de las semifinales de Copa y el mejor jugador (y máximo goleador) en la historia del Mirandés. En solo cinco meses (de enero a mayo del año 2012) se conseguían dos hitos inolvidables, tanto como la celebración del anhelado ascenso a la Liga Adelante en plenas fiestas de San Juan del Monte. Tras la permanencia en su debut en Segunda, la conversión del CD Mirandés en Sociedad Anónima Deportiva casi en el último minuto del último día de plazo marcó un segundo año para olvidar.

Pero afortunadamente, la buena gestión económica del Consejo de Administración presidido por Alfredo de Miguel permitió al Mirandés mantener su plaza en la Liga Adelante debido a los graves problemas financieros del Real Murcia. Ahora la entidad rojilla se está consolidando en la Segunda División, sigue invirtiendo en la mejora de las infraestructuras (grada de General, nueva sede, campo de entrenamiento) y mantiene unas cuentas sólidas que aseguran el futuro del club.

El Mirandés se ha ganado merecidamente un lugar entre la élite del fútbol español y lo ha hecho desde la humildad, la paciencia y el trabajo. Si en solo once años el club ha sido capaz de mutar de esta forma y viendo la evolución de otros equipos similares (como la SD Éibar o el CD Leganés) es legítimo pensar que Miranda de Ebro pueda llegar a disfrutar algún día de la 'Liga de las estrellas'... aunque lo más importante es disfrutar del camino. ¡Feliz cumpleaños, Mirandés!