Girona y Osasuna se verán las caras en la final del 'playoff' para llegar a Primera División. A pesar de perder en las jornadas 40 y 41 ante Nàstic (1-0) y Huesca (2-3) y a pesar de entrar en 'playoff' gracias al postrero tanto gerundense, obra de Cristian Herrera, en Ponferrada, el conjunto dirigido por Enrique Martín es con todo merecimiento uno de los equipos que está luchando por ascender. 

Por haber estado durante toda la temporada paseándose por la zona noble, por vencer 0-5 en Oviedo en la última jornada o por su anterior eliminatoria frente al Nàstic de Tarragona, que acabó con un global de 6 a 3. La contundencia mostrada en la ida (3-1) y la solidez de la vuelta (2-3), máxime cuando el cuadro grana se había puesto con un 1-0 en el marcador en el minuto ocho de encuentro, puede ser un gran aval para los rojillos de cara a la final.

Lejos queda ya la temporada pasada de Osasuna, que sufrió mucho más de lo previsto en el primer año después del descenso. Los navarros acabaron salvándose en el minuto 90 de la última jornada, en otra muestra más de que la liga adelante es muy difícil e igualada. Otros históricos del fútbol español como Almería, Mallorca, Valladolid o Zaragoza siguen sufriendo en sus propias carnes la dificultad de volver a subir casi de forma inmediata tras el descenso desde la máxima categoría, y algunos de ellos sufren incluso para no bajar.

Girona, segunda vuelta espectacular y remontada épica

Si los rojillos merecen volver a la máxima categoría, no menos esfuerzos ha realizado la plantilla gerundense, que no ha probado nunca las mieles de Primera División. Los de Machín contaban 25 puntos en la primera vuelta y el descenso apremiaba de forma acuciante a una plantilla que todavía sufría el doble revés del final de la campaña anterior. Una segunda vuelta con 41 puntos, dos derrotas y solo nueve tantos encajados ha servido para que el Girona se colara en 'playoff' casi 'in extremis'.

Además de esta segunda mitad de campeonato estratosférica, el cuadro gerundense supo sobreponerse a las adversidades de la anterior eliminatoria frente al Córdoba. En el Nuevo Arcángel, dos goles en 11 minutos hacían presagiar lo peor para los catalanes, pero un gol de Cristian Herrera, que ponía el definitivo 2-1, daba muchísimas esperanzas a los de Montilivi.

En la vuelta, a pesar del 0-1 de Xisco, el equipo nunca se vino abajo y consiguió remontar para colocar el 3 a 1 en el choque y el 4-3 en el global. Al término del encuentro, Jordi Guerrero, segundo entrenador de los gerundenses, apuntaba: "Si estamos aquí es porque lo merecemos. También es cierto que el año pasado lo pensábamos y al final no pudo ser, pero este año volvemos a tener una oportunidad". 

Prudencia y respeto

El partido para este miércoles y la eliminatoria en general deja mucho respeto en las filas rojiblancas. "Es un equipazo con mucha historia y un campo muy difícil. Hay que intentar sacar un buen resultado para cumplir en casa", apuntaba Aday, que marcó el 2 a 1 que mandaba el partido a la prórroga. "Llegan muy fuertes. Hay que salir vivos del Sadar, donde nos exigirán mucho, pero somos capaces de sacar un buen resultado allí", añadía Granell.

No obstante, el centrocampista, que ingresó en la segunda mitad, ponía un punto de calma y rebajaba la euforia. "Hay que ser prudentes y no celebrarlo en exceso. Solo hemos conseguido jugar una final". Otro de los revulsivos en la vuelta frente al cuadro califa, el delantero Rubén Sobrino, abogaba por no cometer los mismos fallos del partido en Córdoba: "En el Sadar será complicado, así que hay que aprender de los errores e ir a por el partido".