En ocasiones, la vida no deja de ser un boucle si no le añadimos tensión e intensidad. Factores que la afición echa de menos en gran parte de la plantilla cordobesista. Jugadores que en más de una ocasión han confesado su amor a los colores blanquiverdes, pero que, a día de hoy, tal circunstancia está en tela de juicio por su implicación y rendimiento durante las últimas jornadas. Bien es cierto que el ocaso de muchos no puede ser el devenir de la marcha del equipo, pero si no quieren emular la nefasta temporada gaditana de años atrás, deberán dar el todo por el todo para conseguir alcanzar el (nuevo) objetivo del Córdoba CF: cerrar la permanencia.

Dos días después de la derrota cosechada en el Rico Pérez, los hombres de Esnáider tornaban a la rutina de entrenamientos, que se desarrollaron por un espacio de tiempo de hora y media en los que destacó la baja del argentino Dubarbier y de las precauciones que están teniendo con el canterano Fede Vico. Los pupilos del nuevo técnico argentino se encontraron ante unas cincuenta aficionados que estaban atentos para recibir a los blanquiverdes, pero cuál fue la sorpresa para los presentes que no se produjo ninguna respuesta. No hubo ni gratitud ni enfado. La parroquia allí presente mostraron apatía y desidia, como si se hubieren acostumbrado a no esperar nada de un colectivo que no debe descentrarse y cerrar la temporada en cuanto antes, mejor.

"Estamos jodidos"

En rueda de prensa compareció Cristian García; el "7", que recuperó la titularidad en Alicante, salió atrevido y con ganas de no cerrarse en banda a cualquier pregunta que se le realizase. El defensa hizo público el sentir del vestuario al confesar que "están tremendamente jodidos tras los últimos resultados cosechados". No obstante, se excusó con la dificultad de la categoría, pero rápidamente afrontó la realidad y prosiguió con tener la "mente puesta en Las Palmas", ya que es "muy importante conseguir una victoria en casa; hace tiempo que no la conseguimos, y debemos llegar a los cincuenta puntos que es lo más importante e inmediato que podemos hacer ahora mismo”.

Analizando el devenir del cuadro andaluz, el lateral detalló que "en Córdoba se suelen exagerar las cosas". No es desconocido para nadie y así como reconoció Berges en su despedida, Córdoba es una ciudad futbolísticamente difícil, aunque una ciudad tan comprometida con su equipo no merece que sea engañada y por eso se le requirió al jugador que explicara cuál era el objetivo de aquí al final de campaña. García reconoció "estar en tierra de nadie -a once del play off y a diez del descenso-", si bien "ninguno de los jugadores miran hacia abajo, queriendo acabar bien el año y volver a ilusionar a la gente". Para ello, se antoja vital el triunfo ante los insulares.

Apoyo de la afición

La derrota ante los bercianos en el Nuevo Arcángel puso el punto y final a la paciencia blanquiverde. La afición no esperó a la conclusión del partido para iniciar su particular guerra contra directiva y jugadores. Pese a ello, el catalán esgrimió que “la gente va a dar lo que nosotros le demos". "Si el equipo sale enchufado estará bien, la gente aquí se vuelca con el equipo. Si no salen las cosas el ambiente será complicado porque la gente está desilusionada y hay que respetarlo porque son los socios y son suyos para expresar su opinión”, prosiguió Cristian García.