Con un contundente 0-3 en la ida, el partido de vuelta de la Final de la Copa RFEF en el Narcís Sala se presentaba como una oportunidad única para los locales de conseguir su primer título estatal y hacer, de esta forma, un hueco en sus vitrinas para uno de los trofeos más importantes de toda su historia. El partido, presenciado por personalidades tan destacadas dentro del fútbol español como Ángel María Villar, llevó a muchos aficionados a las gradas de este club de Barcelona a animar a los suyos y poder hacer más fácil la consecución de esta Copa RFEF.
Ambos entrenadores se mantuvieron firmes ante su esquema favorito, el 4-2-3-1. Mientras que Piti Belmonte no realizaba muchos cambios respecto a los últimos partidos en Segunda División B, donde están luchando por el ascenso a la categoría de bronce, los de Sebastián Jurado buscaban ser agresivos desde el primer minuto con un doble pivote formado por el capitán Juanito y Armando. El Sant Andreu mantuvo la posesión del balón durante los primeros minutos e intentó controlar en todo momento el tiempo y ritmo de éste, sentenciando por cada minuto que pasaba un poco más a los visitantes.
Ambos equipos mostraron bastante contundencia durante el partido
La primera parte fue de alta intensidad pero de poco fútbol combinativo, con pocas llegadas a ambas porterías. Los avisos más claros, que tardaron un cuarto de hora en llegar, los protagonizaron los jugadores locales Edgar y Araujo tras varias jugadas individuales y a balón parado. El Lorca, por su parte, buscaba un juego directo a partir de saltar líneas en la elaboración y sacar el máximo provecho de unas jugadas a balón parado donde sí se mostraron superiores a sus contrincantes. Morales, además, tuvo que hacer varias paradas de mérito tras los avisos de Armando y Nico probando desde lejos. Contentos con el resultado de la ida y con el transcurso del partido, los hombres de Belmonte intentaron calmar más el juego y llegar a partir de desplazamientos que ganaran la espalda a los defensores visitantes. Las ocasiones, no obstante, no tuvieron la precisión que el gol reclama y al descanso lucía aún el 0-0 inicial en el marcador.
Araujo, que fue el mejor del partido, marcó el gol local en el minuto 82
La segunda parte mantuvo el mismo guión que la primera ante dos equipos que no acabaron de mostrar su mejor nivel. Jurado buscó cambiar el rumbo del encuentro dando entrada a Carlos Rodríguez y Jonan a falta de media hora de partido y avanzando posiciones a los suyos, pero el Sant Andreu siguió mostrándose superior a un Lorca que le costaba llegar a portería rival. Las ocasiones eran muy dispares y en jugadas aisladas, y ya en el mismo Narcís Sala se sentía ambiente de fiesta que ya empezaban a celebrar un título histórico para su trayectoria.
Morales fue el encargado de redondear la fiesta levantando el título
Piti Belmonte, por su parte, dio entrada a Josu y Serramitja para dar frescura a un centro del campo agotado. La resolución para el técnico de los locales fue diferente que la de los visitrantes, ya que a falta de ocho minutos del final del encuentro el jugador más destacado, Quim Araujo, ponía el 1-0 definitivo en el marcador tras aprovechar un rechace de David tras un disparo lejano. El gol, que ponía un global de 4-0 en una final de color catalán, alzó aún más al Sant Andreu y dejó atrás a su rival, incapaz de generar peligro y batido tanto en lo psicológico como en lo físico. Ya en el final del encuentro salió Borja, mediocentro local, para perder algo de tiempo y aprovechar también para arañar minutos y acercarse aún más al sueño de un equipo que desde hoy está en la lista de los ganadores de la Copa RFEF.
El título finalmente fue entregado por Villar a las manos de un Morales que, realizando un encuentro donde los ataques del Lorca le exigieron pocas intervenciones, finiquitó de esta forma una noche inolvidable para un club centenario como es el Sant Andreu.