España es la dominadora absoluta del cuero, no entiende el fútbol de otro modo y opera sabiendo que si los planes se ejecutan como es debido el marcador suele acabar reflejando esa superioridad, ante Uruguay, España no sólo se mostró dominante si no que además lo hizo de una manera casi insultante en los primeros cuarenta y cinco minutos, con porcentajes de posesión siempre entre el setenta y el ochenta por ciento. El conjunto español rozó su mejor versión, por momentos recordó a la España de la final de la Eurocopa en Polonia ante Italia o la de las semifinales ante Rusia en el europeo de Austria y Suiza. Pero al fútbol no sólo se gana teniendo la pelota, hay que marcar goles y España tuvo la suerte de hacer dos en el primer tiempo, Uruguay (con mucho menos) logró dotar al encuentro de emoción en los últimos instantes gracias a un tanto de bellísima factura logrado por uno de sus estiletes, Luis Suárez. 

Cesc Fábregas mostró su mejor nivel en el partido ante Uruguay.

Los bajitos toman el mando

Si Xavi, Iniesta y Cesc rozan su mejor nivel el éxito está asegurado, así fue en el primer tiempo, sus actuaciones (especialmente la de Fábregas) deberían visionarse una y otra vez en las escuelas de fútbol base de todo el planeta, mostraron una movilidad continua por delante de un Sergio Busquets que se bastó para desmontar y crear siendo el único centrocampista de corte defensivo, sin el famoso doble pivote la movilidad era obligatoria alrededor del de Badía, Xavi partió siempre como el más retrasado de la tripla blaugrana pero sus compañeros supieron llevar a cabo los apoyos necesarios para que la superioridad táctica siempre favoreciese los intereses de España frente al carácter canchero de la selección charrúa. Por delante Pedro y Soldado, cada uno en su función, no se limitaron a ser futbolistas zonales y buscaron los movimientos con la misma efectividad que sus compañeros, es difícil destacar una actuación sobre el resto, los cuarenta y cinco primeros minutos de La Roja fueron una dictadura total, una sinfonía perfecta en la que las notas jamás se salieron del cuadro, una oda al fútbol de posesión. 

Uruguay planteó un partido inteligente dadas las armas que le caracteriza pero tuvo el infortunio de encontrarse con una de las mejores versiones españolas. Apenas fueron necesarios tres minutos para que Uruguay dejase clara su idea, presión asfixiante sobre Iniesta, unión y orden en el centro del campo y rápidas contras en busca de Suárez y Cavani, Piqué desbarató la primera con su habitual acierto en la salida al corte. 

Carácter opuesto en los costados

El primer aviso de España llegó desde la izquierda, una internada de Jordi Alba supuso un centro peligroso al que no llegaron ni Cesc ni Soldado, ambos por cuestión de centímetros. En la banda contraria se situó Arbeloa, el madridista no se mostró tan ofensivo como hace unos días ante Irlanda pero sin embargo rozó la parfección a nivel táctico, fue constante en los apoyos a los centrales en el trabajo de contención y siempre supo salir al corte en lugares en los que ni siquiera se le esperaba, exceptuando una innecesaria tarjeta vista en el segundo tiempo su actuación fue brillante. Jordi Alba subía y subía doblando a un Iniesta que caía al centro para dejar el costado libre, en una de esas, apenas diez minutos en el electrónico el lateral sirvió al de Fuentealbilla y éste en lugar de controlar dejó pasar el cuero, detrás lo esperaba un Fábregas que no dudó en chutar a puerta, la madera evitaba el primero. 

Pedro celebra el primer gol de España en la Copa Confederaciones 2013.

El primer tanto de la noche no se hizo esperar en exceso, lo haría precisamente del modo más inesperado, en una jugada a balón parado. Xavi botaba un córner que tras una serie de rechaces acabaría en la frontal, ahí estaba Pedro que empaló, el balón se desvió tras tocar la pierna de Lugano y Muslera no pudo hacer nada para evitar el tanto, España ya estaba por delante

Orgullo celeste y acierto al contragolpe

Uruguay estaba haciendo un esfuerzo mastodónico por tratar de frenar a España y veía como la fórmula no estaba dando resultado, la falta de acierto desquició a los charrúas y el partido entró en una fase de demasiada intensidad física, manotazos, dureza y faltas peligrosas por parte de ambos conjuntos estaban llevando el partido a una naturaleza que no interesaba a España y entonces se hizo la luz, una contra de los pupilos de Del Bosque colocó el balón en los pies de Iniesta y tras avanzar terreno el cuero llegó a Soldado, el nueve del Valencia no perdonó ante Muslera, 2-0 y Uruguay bajaba (ligeramente) los brazos. Piqué estuvo a punto de hacer el tercero a la sálida de un córner antes del descanso pero Muslera haría gala de sus reflejos y dejaba la diferencia en dos para la pausa. 

Arbeloa y "Cebolla" Rodríguez, una lucha constante.

Tras el paso por vestuarios España perdió algo de fuelle en las posesiones pero no así de mordiente en la presión, los futbolistas de La Roja mordían en cuanto perdían la pelota provocando así nuevas ocasiones de las que sacar provecho, Iniesta se erigió como faro tras la sustitución de Fábregas y Soldado tuvo el tercero tras un gran centro raso de Pedro al que no llegó por centímetros. El encuentro se ralentizaba, la intensidad uruguaya menguó y también lo hizo la eficacia española, el cansancio acumulado además de la temperatura y humedad del ambiente brasileño provocaron que ambos conjuntos se relajasen, por momentos incluso llegó a parecer que ambos daban el resultado por bueno, es más, sería la hinchada local la encargada de sacar a Uruguay de la pájara momentánea, los aficionados protestaron la falta de mordiente y despertaron a un equipo al que le pueden faltar características pero desde luego no orgullo. Se volvieron a poner el mono de trabajo los celestes y España se vio obligada a volver a subir el ritmo. 

Susto final y victoria

Sin grandes ocasiones ni para unos ni para otros el encuentro se acercaba a los instantes finales y en éstos apareció un Suárez que estaba desquiciado hasta el momento, lo mismo ocurría con Cavani, los delanteros uruguayos no están acostumbrados a tener tan poco la pelota y tener que hacer esfuerzos semejantes al de este encuentro. Una falta de Ramos suponía la ocasión propicia para acercarse en el marcador. Antes lo había intentado Forlán, también de libre directo aunque sin suerte, era el turno del delantero Red, Suárez tomó carrera, superó la barrera y alojó el balón en la escuadra, Casillas voló pero nunca tuvo ocasión de llegar, Uruguay recortaba distancias en el 88'. 

Casillas vuela pero no llega a detener el disparo de Luis Suárez. 

En los instantes finales el encuentro se abrió por completo, España no encontró la manera de volver a dormir la pelota y ambos pudieron marcar, primero los charrúas tras un gran centro de Suárez al que sí llegó Iker despejando de puños, Cavani se desesperaba, estaba solo. La siguiente sería para España, Soldado se iría en carrera, y cuando estaba a punto de pisar el área recibió falta, no lo entendió así el colegiado pero la acción fue clara, el defensor charrúa pisó el tobillo del valenciano y debió ser expulsado, no fue necesario, instantes después el colegiado japonés señalaba el pitido final. 

España se impone en el primer encuentro de la Copa Confederaciones, a priori el más complicado de la fase inicial, los de Del Bosque deberán esperar al resultado del encuentro entre Nigeria y Tahití para saber si son líderes de grupo tras la primera jornada o deberán esperar a la segunda. Uruguay, por su parte, deberá luchar ahora por vencer los dos encuentros restantes y pasar así a semifinales.

Fotos: Getty Images. 

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Sobre el autor
Bruno Pérez Alborés
Madrid y Vigo. Redactor de VAVEL. E-mail de contacto: [email protected]