Las primeras acciones del encuentro marcaron cuáles iban a ser la pautas por las que se iba a ir desarrollando el encuentro. España lo iba a intentar raseando desde su portería, con José Rodríguez como primer escalón y Pablo Íñiguez en una una función de acompañante. Una salida del juego que no iba a ser sencilla, teniendo en cuenta la entidad del rival, pero algo que tal vez sí evidenció el balance de un equipo y otro en el primer periodo, y en el posterior desenlace. Aunque la diferencia fuese ajustada.

La Sub-19, ligeramente superior

En la iniciativa, España parecía tener más presencia, más cuerpo. Cuando la pelota estaba del otro costado, el arranque luso era inseguro y finalmente impreciso, evidenciado tras el error de Rudinilson Silva, por una buena presión de Sandro Ramírez, muy activo en los primeros minutos. Era el minuto 11 y finalmente el bético Vadillo no supo aprovechar el claro pase de Moi Gómez, tras el regalo del luso, y la mandó fuera cuando tenía todo a favor.

La Sub-19 fue mejor en la primer media hora, con el mediapunta del Villarreal indetectable por toda la línea de tres cuartos. Los laterales, Gayá y Bellerín, también subían, de forma idónea y con frescura, si acaso, faltaba algo de tacto en Vadillo y Vico, éste último algo más participativo. El reciente fichaje del Anderlecht, buscó el tanto con dos buenos disparos lejanos y un intento de gol olímpico, con esa zurda que tiene.

Moi Gómez se mostró indetectable por toda la línea de tres cuartos

La presencia de José Rodríguez

Esta última acción fue el preludio del gol. España mostró su mejor cara en esos instantes y José Rodríguez tiró de jerarquía. Recibiendo algo más cómodo en su propio campo, progresó lígeramente y con elegancia, y mandó un maravilloso balón al espacio, por encima de los defensores, con toda la ventaja para la punta de velocidad de Sandro Ramírez. El canario lo mató con un control de cuchara y solo con su velocidad provocó la salida descontrolada de Varela, que vio como la pelota le pasaba entre las piernas.

Los de Luis de la Fuente se destapan en cuanto a calidad, pero se sentía que enfrente había una roca. Portugal mantenía a rajatabla todas las directrices de su técnico, Emilio Peixe, que no cambiaba el gesto ante la inclemencia del gol. España, sin alardes en la posesión y con ventaja en el marcador, replegó líneas ligeramente y en el último cuarto de hora del primer periodo se pudieron observar las mejores virtudes lusas y ciertas carencias en el juego español.

Portugal mantenía a rajatabal todas las directrices de su técnico, Emilio Peixe, que no cambió el gesto ante las inclemencias

Vadillo cambiaba de banda, de izquierda a derecha, buscando desarrollar todo su recorrido y descaro. Portugal, a base de fortaleza y cohesión, se aprovechó de la verticalidad y la poca vasculación de sus vecinos en la posesión para adquirir protagonismo y juego en campo contrario. José Rodríguez posee un temple y manejo extraordinarios, pero en ocasiones, salvo en los apoyos de Moi, se encontró reducido y Peixe incidió en que sus hombres más hábiles, Marcos Lopes y Bernardo Silva, ocuparan su espalda, porque la imprecisión española les otorgaría balones.

Portugal encontró su vía

Y bien pudieron irse con la igualdad al descanso. Los juveniles españoles perdieron cuerpo con el balón y se vieron inferiores cerca de su área. Bellerín, un magnífico proyecto de lateral con balón, muy veloz, descuidó su zona cerrándose junto a los centrales. Así, la conexión Bernardo Silva y el lateral zurdo, Rafael, aceptó con determinación el descuido de su contrincante, aunque ninguno de los dos encontró rematador a sus buenas incursiones. Fueron tres llegadas entre el 42 y el 46. Fue lo mejor de lusos y una vía que era necesario cortar, por parte de Luis de la Fuente.

El técnico demandó más agresividad en campo contrario en la presión. Para ello, la velocidad y el nervio que imprime Sandro podía ser clave al inicio de la segunda mitad. El canario se deshizo de varios rivales, poco después de que el alemán Zwayer señalara el inicio de la reanudación. Su tiro salió rebotado a córner y tras el lanzamiento efectuado por Vadillo, otro gaditano, Jaime estuvo muy cerca de hacer el segundo de cabeza. La selección pretendía coger de nuevo el mando.

España intentó darle agresividad a su juego al inicio de la segunda mitad, pero faltó continuidad

Pero tras el bullicio del inicio, volvió a apreciarse el bloque ordenado de los lusos. El dibujo de Peixe es similar al español (1-4-2-3-1), pero cuenta con jugadores curtidos en lo físico, y con menos arsenal de frescura con el balón. Quizás, por esta razón destaca su lateral derecho Cancelo, que conjuga una interesante subida por banda con la presencia atlética que impera en un buen número de los efectivos en el bando luso. Se intuye que esa es la búsqueda, en cuanto a las divisiones formativas de aquel país.

Si en los últimos minutos del primer periodo el peligro llegó por la izquierda, el lateral del Benfica se hizo notar en la segunda mitad. Aunque Adama sustituyó a un agotado Vadillo, Cancelo se decició a subir y cobrar protagonismo. Una de las jugadas más destacadas en lo individual fue una arrancada en el 71 en la que se deshizo de varios jugadores españoles y en la que su disparo de zurda fue desviado por Rubén Blanco.

Sin dueño, en los instantes finales

El meta del celta se mostró sereno, sin dejar muestras de exuberancia. Estuvo acertado en los balones por alto, algo que sirvió de mucho al equipo español, que fue perdiendo fuelle, aunque los lusos no destacaran por desbordantes ideas en tres cuartos de campo. La participación de los suplentes españoles tampoco fue de nota destacada. El jovencísimo Adama contó con más minutos, pero sus clásicas arrancadas no ocasionaron ninguna oportunidad clara. Álex Serrano no entró demasiado en contacto con el balón e Iker Hernández contó con pocos minutos, en lugar de un sacrificado Sandro Ramírez.

Aunque los dos equipos se repartieron llegadas en los últimos instantes, la Sub-19 parecía rondar el área con más astucia. Y aunque es un equipo más cándido en lo físico, la intención de los jugadores se aprecia con ese recurso de más, que en ocasiones también puede ser un perjuicio. Sin embargo, con las dos selecciones desordenadas, Portugal volvió, por un instante, a sus buenos momentos de las primera parte. Por la izquierda, con un buen desdoble, Rafael pudo empatar con un tiro desde la frontal.

Aunque España es conjunto más cándido en los físico que Portugal, se aprecia más intención en sus acciones con balón

Luego llegó la expulsión de Bellerín. El catalán vio de la roja de forma justa por su entrada desmida y tardía con los tacos por delante. En principio no disputaría los dos siguientes partidos, aunque en una hipotética clasificación, podría estar disponible en las semifinales. Se rondaba el minuto 87 y España debía ajustar líneas para cerrar una victoria que finalmente no se le escapó. Los de Peixe lo intentaron sin suerte con la energía que les quedaba pero sin demasiados bríos, algo que marco la diferencia, aunque ligera, entre un equipo y otro.

Tras este resultado, Holanda y España encabezan el grupo con tres puntos. Los de Luis de la Fuente se encontrarán el próximo martes con la anfitriona, Lituania, y un par de horas antes tendrá lugar el decisivo Holanda-Portugal, que podría dejar encaminada la clasificación de los juveniles. Esta victoria en el inicio del torneo supone una recompensa por las semanas de trabajo e intenso calor en las Rozas, pero todavía le quedan cosas que mejorar a un grupo de jugadores que están plena edad formativa.