Sudáfrica, Johhannesburgo, Soccer City. Sí, si eres español te ha salido esa sonrisilla que te sale desde que Iniesta percutiese el balón en el tan recordado minuto 116 de aquella final frente a Holanda. Stekelenburg no pudo hacer nada y Van der Vaart únicamente la vio pasar a centímetros sin nada que hacer. Un menudo talentoso natural de Fuentealbilla acababa de cerrar la frase más importante de la historia balompédica española: gol de Iniesta en el minuto 116 de la final de la Copa del Mundo Sudáfrica 2010 para dar la Copa del Mundo a España. La locura se adueñó de un país que durante casi un centenar de años tan solo había conocido los sinsabores y la desdicha de un juego tan seguido en sus fronteras como desafortunado había sido con él. Las fronteras de una nación limítrofe con aquel continente que al fin trajo consigo una benevolente historia ansiada cada cuatro años. Durante cerca de un mes el buen trato a la pelota y la cercanía del grupo humano español hizo que Sudáfrica se sintiese identificada hasta el punto de establecer un nexo infinito en el tiempo que en la actualidad se revive.

La selección española de fútbol ha vuelto allá donde dio el paso más grande para ser una más, una de las grandes de forma oficial y no oficiosa. En aquel estadio de asientos naranjas (que ironía vencer precisamente en la final a la Orange) los 23 futbolistas encargados de alcanzar la utopía se enfundaron por primera vez una elástica en la que sobre el escudo de la nación española afloraba una estrella mágica. Al filo de la medianoche de un caluroso y veraniego 11 de julio, España entera salía de sus casas para celebrar un triunfo que contrastaba con el epicentro y el punto álgido de una crisis socioeconómica sin comparativa histórica. Quizás el destino fue benevolente y aquel triunfo deportivo significó algo más, un soplo de aire fresco en una sociedad tan pasional como identificada con ese deporte.

En aquella noche no quedó todo. Algunos valientes quedan desde entonces para seguir en las convocatorias de aquel que alcanzó el título de Marqués con dicha conquista. Otros permanecerán en el recuerdo pese a la continua tentativa de sentirse importantes de nuevo. Savia nueva que otrora conquistaba títulos en categorías inferiores emulando a quienes eran fantásticos guías futbolísticos. Así, casi cuatro años después del éxito mundialista, España ha vuelto a Sudáfrica para agradecer el buen trato recibido y rememorar a meses de defender trono en Brasil aquella histórica hazaña.

Siete de once

Un recién renovado Vicente Del Bosque tratará de premiar en mayor medida a quienes consiguieron alzar aquellos ocho kilos al cielo africano. Un símbolo de agradecimiento que trae consigo varias lecturas, unas algo más agoreras que otras. En primer lugar y teniendo en cuenta la posibilidad de poder alinear a siete de once que fueron titulares aquel 11 de julio, obtenemos que el grupo continúa cohesionado con varias pinceladas. Tan solo se ausentarían Puyol, Piqué, Capdevila y Xavi de aquel once inicial en favor de Arbeloa, Monreal, Albiol y Llorente. Dos únicos cambios en una alineación casi cuatro años después: ¿falta de relevo? ¿Anquilosamiento? ¿Excesiva veneración… o morriña? "Aún vivo con tensión la jugada con Robben", CasillasLo que sí es más que plausible es el cambio de nivel de aquellos nueve e incluso la posible discusión de la titularidad de quienes mañana vuelvan a esperar en el túnel de vestuarios.

Asimismo, es posible que Xabi Alonso no llegue con plenas garantías tras la contusión en el tobillo izquierdo del partido disputado en Malabo el pasado sábado y que, por tanto, no sea de la partida en favor de Koke o Cazorla ante la también baja forma de Javi Martínez. El segundo tiempo del encuentro le servirá al seleccionador español para continuar haciendo pruebas de cara a la cita mundialista de Brasil, dando minutos a aquellos que aún tienen que ganarse el puesto en la lista de 23. El resto de la alineación parece definida e incluso el seleccionador salmantino habría probado el once con Casillas flanqueado por Arbeloa, Albiol, Ramos y Monreal. Busquets es inamovible en el centro del campo, acompañado por el héroe de 2010, Iniesta. Pedro, Villa y Llorente conformarían la tripleta de ataque en un sistema de juego algo más vertical de lo habitual.

Regeneración a la vista

Encabezada por Steven Pienaar llegaba plagada de ilusiones la selección sudafricana a su Mundial. Un combinado poco conocido en el que más allá del virtuoso mediapunta del Everton únicamente el gran público podía haber escuchado alguna vez el nombre de otro futbolista con historia en la Premier como Mokoena. Para el central, la Copa del Mundo sería el punto y final a su trayectoria con los ‘Bafana Bafana’ y, sorpresivamente, también para Pienaar. Una regeneración debía llegar para los africanos y así se está produciendo. Las grandes esperanzas están puestas en el actual ariete del Twente, Bernard Parker, que en 2010 tan solo aportaba desde el banquillo pero que llegaba como máximo goleador de la liga de su país y una de las grandes referencias de la Champions africana.

"Vamos a ser competitivos frente a España, este partido nos dará una idea de dónde estamos", IgesundDe hecho, junto a Parker varios han sido los nuevos nombres que han ido apareciendo en las convocatorias sudafricanas. Resulta extraño, del mismo modo, a hombres como Dikgacoi, Teko Modise o Serero en la última lista de convocados. Así, del once que presente frente a España pocos quedarán en la memoria del último enfrentamiento ante el cuadro de Del Bosque en verano de 2009 con motivo del tercer y cuarto puesto de la Copa Confederaciones. El primer goleador del Mundial, Tshabalala, prevalece y será de la partida.

Así, lo más probable es que el ya mundialista Khune sea quien esté bajo palos con Nthete en el lateral diestro y el ex del Getafe Masilela en el lateral izquierdo. Matlaba y Ngcongca conformarían la pareja de zagueros centrales. Tshabalala es inamovible en banda izquierda, así como Letsholonyane en el centro del campo junto a Chabangu. Furman ocupará el otro flanco para que Rantie y Parker sean los encargados de perforar la meta defendida por Iker Casillas.

Copa Confederaciones 2009, el último precedente

Dani Güiza fue el hombre destacado y héroe aquel día. Más de cuatro años han pasado desde que España certificase con más sudor de lo esperado un tercer puesto que sabía a poco visto el nivel de una Brasil con Kaká reluciendo su fichaje por el Real Madrid. Siendo eliminada la selección española por Estados Unidos en un encuentro de infausto recuerdo para el equipo español, aquella derrota supuso el fin a una larga racha de encuentros invictos con la Euro 2008 de por medio. Prórroga mediante los españoles sacaron adelante un encuentro que sirvió para conocer el país africano de cara a la cita mundialista de un año después.

Mphela al poco de salir al terreno de juego, ya en la segunda parte, pondría el tanto inicial y a poco más de un cuarto de hora para el final insuflaba ánimos a los sudafricanos. El Royal Bafokeng era una fiesta hasta que en menos de dos minutos Dani Güiza por partida doble a falta de escasos 120 segundos para el final diese la vuelta al marcador. Un final trepidante que parecía hacer caso a la lógica. Hasta que todos volviesen a recordar que en el fútbol no existe la lógica y de nuevo Mphela,en el tercer minuto del añadido, obligase a la llevar el encuentro a la prórroga con un zapatazo que rompería la escuadra de Casillas. Tras un gol mal anulado a Busquets en la primera parte del partido y una mano no señalada en el área de Sudáfrica durante el primer tiempo de la prórroga todo hacía presagiar un retorno al infortunio español. Pero no fue así, Xabi Alonso con una falta lateral que no tocaría nadie haría el 3-2 final y certificaría el tercer puesto español.

Posibles onces