Malas sensaciones para despedir el año. Con el paso de los días y las semanas se analizará el 2013 en el ámbito del combinado nacional y las sensaciones no son nada satisfactorias para estar apenas a seis meses del Mundial de Brasil, en el que España debería de ser una de las máximas favoritas a levantar el cetro mundial. Sin resultados satisfactorios, sólo pudo superar a Italia en los penaltis y a Francia sufriendo hasta el último segundo. En el partido más importante del año, ante Brasil, 3-0 y la sensación de inferioridad de principio a fin.

En estos dos últimos compromisos internacionales, más de lo mismo. Si ante Guinea Ecuatorial el juego fue rancio, lento, sin alma y que aburrió a propios y extraños, ante Sudáfrica fue peor aún. En ningún momento se vio a esa selección autoritaria que aniquilaba a los rivales a base de buen fútbol. Sin posesión ni intensidad, Sudáfrica fue superior a España.

Primer acto para olvidar

Los bafana - bafana, que no estarán en el Mundial de 2014, fueron los únicos que quisieron ganar el partido. Desde el primer momento salieron con las ideas claras y un planteamiento correcto. Nada de vistosidades, líneas juntas y ayudas al compañero para poder robar y salir rápido a la contra, con el combinado español abierto y con espacios en su retaguardia.

España, que comenzó con algo de chispa en sus primeros diez minutos, se diluyó como un azucarillo y no dio motivos para creer que la imagen iba a ser distinta a la ofrecida en Malabo cuatro días antes. El equipo cambió totalmente y sólo repitió Xabi Alonso en el equipo titular pero la imagen fue idéntica. Las ocasiones fueron locales en un Soccer City que apenas llegaría a la media entrada. 

Lo único que se repitió de la última visita al templo sudafricano, en el cual Iniesta puso la estrella en el pecho de la camiseta española, fueron las vuvuzelas. Ese infernal ruido volvio hacer acto de presencia y convirtió el juego aburrido, en una pesadilla. Sin ocasiones claras, salvo un disparo desviado por Ramos que se estrelló en el larguero de la portería de Casillas, no hubo ningún sobresalto en una primera parte que no pasó a la historia del fútbol ni a la de la selección española. 

Parker se cobra la fragilidad española

El segundo tiempo de España fue algo distinto, sin llegar a ser bueno, fue menos malo. Iniesta asumió los galones de líder y movió con algo más de soltura al equipo español pese a que tampoco tuvo ocasiones manifiestas para abrir el marcador. Sin embargo, el conjunto sudafricano demostró estar más entero y con más ganas de sacar el partido adelante. 

Con las ideas claras, los bafana - bafana se adelantaron en un contrataque de manual que Parker convirtió en el tanto del partido tras picar el cuero por encima de un Valdés que terminaría lesionado el partido. El 1-0 en favor de los sudafricanos hacía justicia a lo visto en el verde del Soccer City. Mal partido visitante en el cual se pagó la apatía mostrada en una gira por África que más que para el recuerdo será para olvidar. 

Así cerró España el 2013, con una derrota y muy malas sensaciones en vista del Mundial que arrancará en siete meses. Mucho tendrán que cambiar las cosas en el combinado nacional si quieren ser una de las aspirantes al cetro mundial de Brasil.