Hay un refrán que vaticina que si hay algo que funciona, no lo toques. Es el principal pensamiento que ronda la cabeza de Vicente del Bosque (Salamanca, 23 de diciembre de 1950). En una discutida lista de convocados, con ausencias destacadas como Dani Carvajal o Fernando Llorente entre otros, el salmantino ha emitido una convocatoria para viajar al Mundial de Brasil más propia de un equipo que de una selección. A la nueva aventura mundialística de la mejor Selección española de la historia repiten hasta 16 jugadores que ya fueron Campeones del Mundo en suelo sudafricano, una apuesta que expresa continuidad y confianza. Son, quizás, las mejores sensaciones que ha podido encontrar Vicente del Bosque para combatir la plaga de lesiones, la fatiga acumulada y la resaca de los éxitos.

La convocatoria de Del Bosque responde a un ejercicio de respeto a las jerarquías y a la idea de mantener un grupo campeón

A Del Bosque no se le han caído los anillos por llamar a Fernando Torres y a David Villa, entrados en la treintena de edad, a pesar de ocupar un rol secundario en sus respectivos equipos. Tanto el de Fuenlabrada como el de Tuilla repiten experiencia por cuarta vez consecutiva: representan la delantera que España llevó al Mundial de Sudáfrica de 2010, a la Eurocopa de Austria-Suiza de 2008 y al Mundial de Alemania de 2006.  Entre ambos suman 18 goles en sus Ligas, nueve menos de los que ha marcado Diego Costa en su mejor temporada con el Atlético de Madrid.

El hispano-brasileño es una de las tres únicas caras nuevas que Vicente del Bosque ha inyectado para revitalizar a la Selección española. De Diego Costa esperará a conocer su verdadero estado de forma después de jugar la temporada más larga de toda su trayectoria deportiva. En Koke Resurrección, otra de las caras, ha encontrado el metrónomo que España puede necesitar si Xavi Hernández no responde a las expectativas exigidas. Mientras que en David de Gea tiene un portero de solvencia, que experimenta su primera aventura con la Absoluta, para reemplazar la ausencia por lesión de Víctor Valdés.

Fidelidad al grupo

Su decisión es un ejercicio de respeto a las jerarquías, de abogar por mantener el grupo que tanto ha conseguido en la última década. Fidelidad máximo a un grupo de jugadores que ha demostrado ser el cambio que necesitaba una Selección a la que le entraba los complejos cuando alcanzaba los cuartos de final de cualquier torneo a nivel de selecciones. El promedio de edad de los jugadores aumenta, como es lógico, con el paso del tiempo pero lo que no varía es el compromiso que tienen estos veteranos en su reto de seguir haciendo historia.

La identidad de la actual Selección española forma parte de la herencia y el legado que Luis Aragonés dejó como seleccionador. Del Bosque no duda en afirmar que es un fiel reflejo a lo que construyó ‘El Sabio de Hortaleza’ en un momento necesario. Recogió una Selección campeona a la que el salmantino, como sucede con las maquinarias pesadas, ha ido dando forma hasta perfeccionarla en su máxima expresión. De los 23 jugadores que Luis Aragonés se llevó a la Eurocopa de 2008 en Austria y Suiza repiten en el Mundial de Brasil hasta 12 futbolistas, más de la mitad. España, un equipo más que una Selección.