De nuevo subcampeonas, de nuevo con la miel en los labios. La Selección española femenina sub-19 no pudo adjudicarse la medalla de oro en el Europeo de la categoría celebrado en Noruega. Las chicas dirigidas por Jorge Vilda lucharon hasta el final en el definitivo asalto, crearon fútbol y acosaron por momentos a una Holanda que resultó vencedora.

Foto: UEFA

Las neerlandesas se defendieron bien y asustaron con espacios, aprovechándose del brillante estado de forma de Vivianna Miedema. La nueva atacante del Bayern Múnich resultó la más diferencial, anotando la única diana del partido y firmando los acercamientos holandeses más peligrosos. La delantera, de gran futuro, terminó el torneo con seis goles en su cuenta particular.

España realizó un buen encuentro y tuvo ocasiones para haber, como mínimo, igualado el encuentro y forzar la prórroga. Pero faltó esa pizca de suerte que se necesita para levantar un trofeo. Una buena intervención de la guardameta, un pase que no llega por centímetros al destinatario, un disparo que pega en un rival… pequeños detalles que marcan la diferencia entre ganar y perder. Las jóvenes internacionales han caído derrotadas en una final pero han demostrado a la vez que atesoran mucho nivel en sus botas. El futuro del fútbol femenino nacional está asegurado.

Volvió Falcón

Mientras Andre Koolhof confiaba en el mismo once que golease a Irlanda en la semifinal (4-0), con Kets y Delleman de nuevo en el banquillo, Jorge Vilda contó tras dos partidos de ausencia con el concurso de Andrea Sánchez Falcón. La extremo canaria, con molestias en su aductor desde el partido contra Suecia, se entrenó con normalidad y estuvo disponible para el seleccionador, que contó con sus servicios desde el principio. Su entrada en el once hizo que Alba se sentase en el banquillo por primera vez en el torneo, manteniéndose Leire Baños en la titularidad. La donostiarra volvió a acompañar a Maitane y Sonia en mediocampo.

El partido se abrió igualado, con ambas selecciones nerviosas, conociéndose y sin excesivo juego fluido. Poco a poco, y según pasaban los minutos, España comenzó a tocar desde atrás y a presionar la salida de balón neerlandesa, sobre todo con una Falcón muy activa en banda izquierda. El primer disparo a portería, prácticamente sobrepasado el primer cuarto de hora, fue español, obra de Maitane desde muy lejos.

Miedema nunca falla

El ecuador del primer acto resultó diferencial para la definitiva resolución de la final. En el minuto 20, Falcón volvería a intentarlo desde lejos, con un chut que de haber entrado se hubiese convertido en uno de los golazos del torneo. Pero no fue así. Acto seguido, la que no perdonaría sería Miedema. Peligroso robo y buen pase en profundidad de Mourmans para que la delantera holandesa superase por alto a Sara Serrat, que había salido para intentar interceptar el disparo. Miedema sumaba su sexto gol en el campeonato para que Holanda, basando su ataque en aprovechar el error rival, se pusiese por delante en el marcador.

El gol dio tranquilidad a Holanda, cada vez más entonada ofensivamente gracias a Kuijpers, que intentaba superar a Núria Garrote desde el flanco derecho una y otra vez. En dos ocasiones ganó línea de fondo, pero apareció rauda Garazi en ambas para evitar el peligro concediendo sendos saques de esquina.

Miedema anotó su sexto gol y guió a Holanda

Sobrepasados los instantes posteriores al mazazo del tanto en contra, España volvió a retomar el control del encuentro y a acumular llegadas, como alguna intentona de Mariona que no encontró rematadora o un chut forzado de Leire Baños tras saque de esquina que se perdió por encima de la portería de Vreugdenhil.

Precisamente la holandesa fue la protagonista de una inmejorable ocasión que evidenció a las claras lo que sería el partido para España. La guardameta aguantó demasiado una cesión y su apurado despeje justo cuando Falcón se le echaba encima cerca estuvo de convertirse en el empate, si el rebote en la extremo canaria hubiese tomado dirección portería. Pero el esférico no quiso y la oportunidad se perdió.

Jugadas más trenzadas

Holanda intentó levemente sentenciar la final a la vuelta de vestuarios. Un remate de Strik desde la frontal del área y un chut desviado tras una falta peligrosa fueron las opciones para haberlo conseguido.

Foto: UEFA.

Pero España rápidamente se hizo de nuevo con el control del partido, cada vez combinando mejor y llegando con más asiduidad a los dominios de Vreugdenhil. Mariona y Nahikari estaban cada vez más participativas, y eso lo notaba el equipo español en sus ataques, cada vez más trenzados.

La Selección empezó a acorralar a su rival, que claramente confiaba en sus peligrosos contragolpes como única arma ofensiva. El trabajo para la zaga holandesa se incrementaba con el paso de los minutos, debiendo emplearse a fondo en un excepcional pase en profundidad de Mariona y posteriormente en un esférico que sacaría de la propia línea de gol. El empate parecía cerca.

Encuentro abierto

Jorge Vilda movió el banquillo a falta de veinte minutos para el final, dando entrada a Alba por Leire Baños. El cambio no mudaba el esquema empleado, pero sí resultaba más ofensivo y con la intención de acumular más jugadoras con poder combinativo en tres cuartos de campo.

El resultado fue que el encuentro se abrió considerablemente en los minutos posteriores. Miedema seguía creando peligro con su calidad, su capacidad para proteger el balón y sus impresionantes movimientos con y sin balón. Así, dispondría de dos buenas ocasiones para haber sentenciado el encuentro. Pero sus disparos de perdieron ligeramente desviados.

Nahikari dispuso de una doble ocasión tras gran llegada de Alba

Aunque con Miedema enchufada, España tampoco se amedrantaba. La Selección seguía acumulando llegadas, como una penetración de Mariona en el área cuyo centro se paseó por el área holandesa, o una doble oportunidad de Nahikari aprovechando una gran llegada de Alba desde segunda línea. La delantera remató desde dentro del área, encontrándose primero con la guardameta y posteriormente con una defensa que interceptaría su remate. Las mejores ocasiones eran españolas, pero la igualada ya amenazaba con no llegar. No era el día.

Se intentó, no se pudo

Los últimos diez minutos fueron un quiero y no puedo de España. La Selección lo intentó siendo fiel a su estilo, tocando y buscando el hueco, un hueco que Holanda se empeñaría en hacer desaparecer. Las tulipanes, muy cansadas por su impresionante esfuerzo, rezaban por escuchar el pitido final que las convirtiese en campeonas.

Foto: UEFA.

Aunque Kuijpers pudo sentenciar en una buena llegada que atraparía valiente Serrat, la mejor y última ocasión sería española. En un remate de falta, la cabeza de Alba no pudo conectar bien el envío, y con ese remate desviado se terminaban las opciones españolas.

Ya solo quedaba escuchar el silbato final. Este se produjo y las futbolistas neerlandesas invadieron el terreno de juego festejando por todo lo alto su primer título continental en la categoría. Mientras tanto, las lágrimas inundaban los ojos de las jugadoras españolas, unas futbolistas que, sin saberlo, habían hecho soñar de nuevo a un país que ha visto como sus categorías inferiores disputaban tres finales en apenas nueve meses. Los títulos se resisten, pero el futuro es brillante.