En Curitiba se despedía España de Brasil, el Arena da Baixada decía adiós a la mejor generación de futbolistas del país ibérico. El mejor ciclo en términos de selecciones nacionales se desvanecía con la misma rapidez que en 2008 caía cualquier tipo de barrera. Salvador de Bahía vio como el rey caía contra el príncipe, como en unos segundos se pasó de poder dar pie a un nuevo inicio glorioso al primer paso hacia el desmoronamiento. Cada minuto que pasó en la ciudad brasileña era una puñalada a los últimos seis años. Un hecho que todos sabían que llegaría pero que llegó demasiado pronto y con una crueldad desmedida acrecentada en el templo del balompié, Maracaná, unos días después.

Se cerró un ciclo asumido. Una etapa continua que divide la historia de una de las ocho selecciones elegidas. La primera caída para seguir luchando en pos de volver a reinar. Una revolución que se inicia en Francia, origen de la mayor sublevación en la historia política. Los jóvenes pisan fuerte, están preparados y quieren tomar la batuta de la mejor sinfonía futbolística. Una transición que no podía tener mejores representantes.

Casillas se lamenta frente a Holanda (FOTO: David Ramos/Getty Images)

Austria-Brasil: 2.180 días de felicidad continua

Innsbruck. Aquella tierra austriaca en el medio del Tirol rodeada de altas montañas al oeste del país que fue la base de una selección ganadora. La capital de España durante unas semanas en 2008 y aquel bosque donde la magia del fútbol se recargaba. El Tivoli Neu vio nacer a un conjunto que no se cansó de ganar durante 312 semanas. Un combinado que se antojaba invencible, temido y respetado. Venerado, seguido y estudiado por muchos durante 73 meses.

Innsbruck, Viena, Durban, Bloemfontain, Ciudad del Cabo, Johhanesburgo, Gdánsk, Donetsk y Kiev. Tivoli Neu, Ernst Happel, Moses Mabhida, Ellis Park, Loftus Versfeld, Green Point, Soccer City, PGE Arena, Donbass Arena y Olímpico de Kiev. Ciudades, parajes y escenarios que permanecerán en la memoria. Días inolvidables. Fechas incomparables de recuerdo insuperable: 29 de junio de 2008, 11 de julio de 2010, 1 de julio de 2012.

España alza el título de la Euro 2008 (FOTO: REUTERS)

Francia, tierra de revolucionarios

El mayor cambio en los últimos años en el combinado nacional español llega precisamente en el país galo. Napoleón tomó la Bastilla el 14 de julio de 1789 para acabar con el absolutismo imperante en tierras francesas hasta el momento. Un absolutismo, pero futbolístico, que había imperado en el viejo continente y a nivel mundial por España con el que acabaron holandeses y chilenos. Un absolutismo que todos los amantes al fútbol de la península y las islas ansían volver a instaurar con prontitud liderados por un Del Bosque que bien conoce el camino.

Burgueses que todavía no se habían sentido poderosos como Koke, Carvajal, Isco o Bartra. Cabezas visibles del pueblo que prueban las mieles soberanas como Alcácer, Raúl García o San José. Nuevas caras para una revolución moderada en base a un sistema reinante y conocido por todos con alternativas para romper con la monotonía del juego. Jóvenes que hace unos meses copaban los focos en la batalla por la lucha en el viejo continente con sus respectivos clubes.

Los porteadores de la ilusión

Del Bosque ha decidido seguir con el respaldo de una Federación que durante los últimos seis años ha disfrutado de una generación magnífica de futbolistas para aprovechar y mantener muchos un cargo otrora discutido. El salmantino es el encargado de regenerar un vestuario destinado a ganar, con una exigencia máxima. Ilusionar para ilusionar. Tener un grupo de ganadores que generen ilusos. Jugadores de talla mundial capaces de congeniar para crear de nuevo un idilio visible desde fuera que bien podría servir para ser la base de nuevos tiempos gloriosos.

Xavi, Xabi Alonso, Villa, Reina, Arbeloa, Torres… Varios son los jugadores que parecen quedar en la historia reciente de España mientras otros ilustres como Casillas, Ramos, Fàbregas, Silva o Piqué deben servir de nexo de unión con las nuevas generaciones. Caras desvergonzadas como la de Alcácer, seguras como la de Koke o de trabajo desmedido como la de Raúl García. Un grupo inconexo por la novedad que debe servir a la afición con ilusión y ganas para que el apoyo sea recíproco.

Koke contra Georgia en la clasificación a Brasil (FOTO: Carla Cortés / VAVEL)

Una lista de 23 con tres nuevos y varios viejos conocidos que se quedaron a las puertas de Brasil o debutaban bajo la atenta mirada del Cristo de Corcovado. Casillas, De Gea, Casilla, Juanfran, Carvajal, San José, Ramos, Bartra, Albiol, Jordi Alba, Azpilicueta, Koke, Iturraspe, Busquets, Raúl García, Silva, Pedro, Cazorla, Cesc, Isco, Diego Costa y Paco Alcácer.

Sin Ribéry comienza la andadura a “su Euro”

Buenas sensaciones. Ese sería el titular con el que Francia se marchaba en junio de Brasil después de caer contra la que a la postre ganaría el Mundial, Alemania. Un tanto de Hummels en una falta lateral en los primeros compases del encuentro apearía a los galos cuando en los partidos anteriores habían plasmado una superioridad vistosa sobre sus rivales. Una buena base encontró la selección del gallo para poder optar a cosas importantes en la Eurocopa que se celebrará en su territorio durante el verano de 2016.

La principal ausencia durante el campeonato mundial fue el jugador del Bayern, Franck Ribéry. No se notó demasiado y el atacante ha decidido que su etapa con los bleus haya llegado a su fin. Deja el combinado nacional francés y paso a las nuevas generaciones galas. Mandanda, Ruffier, Debuchy, Digne, Evra, Koscielny, Mangala, Sagna, Sakho, Varane, Cabaye, Matuidi, Mavuba, Pogba, Schneiderlin, Sissoko, Benzema, Cabella, Griezmann, Lacazette, Rémy y Valbuena. Los encargados de comenzar una andadura que deberá concluir también en el Stade de France.

Los galos celebran un gol contra Suiza en Brasil 2014 (FOTO: Stuart Franklin/Getty Images)

Posibles formaciones Francia - España