No hubo rival. La selección española femenina sub-17 avasalló a Rusia en el envite inicial de la Ronda Élite que se disputa en Sochi. Los goles de Laia Aleixandri, Carmen Menayo y Lucía García tan solo fueron la culminación del excelente trabajo firmado por las pupilas de Pedro López tanto en defensa como en ataque. La superioridad española fue más que evidente de inicio a fin.

El objetivo marcado antes de la disputa del encuentro no era otro que conseguir una victoria que otorgase tranquilidad para afrontar el resto de encuentros. Y lo cierto es que el fin se hizo realidad con creces, partiendo del orden, el control, el toque y el hambre de victoria. España se medirá a Rumanía, que perdió 5-0 ante Bélgica, el próximo martes con tres puntos en su casillero.

Apuesta por el 4-2-3-1

El seleccionador Pedro López apostó por un sistema con mediapunta para iniciar el camino rumbo al Europeo de Islandia. Con la baja de Natalia Cebolla, Patri Guijarro y Aitana Bonmatí ocuparon el centro del campo, con Maite Oroz actuando por delante. Las tres subcampeonas del mundo formaron un triángulo diferencial, siempre bien posicionado, sabiendo cómo actuar en cada momento y otorgando fluidez y claridad al fútbol español.

Otra de las principales dudas en el once residía en la zona central de la zaga. Finalmente, Lucía Rodríguez, Silvia Mérida y Laia Aleixandri encontraron sitio como titulares, actuando la primera de ellas en el lateral derecho. Esto hizo que Ona Batlle adelantase su posición para jugar como extremo, posición que aprovechó merced a su velocidad y explosividad. También hubo novedad en el otro costado, en el que entró Pauleta Sancho en lugar de Nuria Rábano (titular en el último amistoso disputado en Inglaterra).

Por su parte, Rusia dibujó también un 4-2-3-1, con la delantera Trikina actuando caída a banda derecha y formando la capitana Shvedova (habitual mediocentro) por delante del doble pivote. El objetivo era evitar que España se sintiese cómoda desde el centro del campo, aumentando la presión en la zona y evitando que el toque rival fuese excesivamente fluido. La idea era interesante, pero el equipo ruso se vio a merced del fútbol español prácticamente desde el primer minuto.

Los palos retrasaron el primer gol

España comenzó muy metida desde el inicio, moviendo el esférico de un lado a otro y buscando siempre la mejor opción para llegar al área rival. Todas las jugadoras rebosaban concentración y eso se evidenciaba en un dominio total con y sin balón, ocupando inteligentemente los espacios y siempre sacando el balón jugado desde una línea defensiva sin excesivo trabajo durante los ochenta minutos.

Otro palo poco después evidenciaría la mala fortuna de cara a gol. Aitana, Patri y Maite trenzaron desde el mediocampo una fantástica jugada que terminaría en un centro envenenado de Ona que Sadekova despejó hacia su propia portería. El balón dio en la madera y el rechace lo terminó sacando la zaga nórdica.El buen quehacer de las peninsulares pronto tendría recompensa en el marco rival. Lucía García coleccionó varias ocasiones. En la primera se encontró con la madera tras un saque es esquina ejecutado por Menayo, y posteriormente se quedó sola ante Ponomareva perdiéndose su escorado disparo en el lateral de la red. Aunque la delantera asturiana no tendría recompensa de cara a gol hasta el segundo período, su trabajo fue digno de mención, bajando a recibir, ayudando en la creación de espacios y encontrando huecos merced a su buena visión de juego, además de crear mucho peligro cada vez que controlaba un balón dentro del área.

El tanto se resistía, pero todo parecía cuestión de tiempo. Y así fue. Rusia aguantó lo que pudo hasta el minuto 25, cuando la joven zaguera Laia Aleixandri conectase un inapelable cabezazo tras un lanzamiento de falta. La catalana, la más joven de las convocadas, veía recompensado su fantástico encuentro. Siempre concentrada, infranqueable y otorgando criterio a la salida de balón. Lo más increíble es que tan solo tenga 14 años.

Un dominio de nota

Rusia tan solo se asomó con peligro a la portería de Amaia en dos ocasiones. La primera fue al borde al descanso, con su primer chut del partido, y la segunda ya con el tiempo cumplido cuando la guardameta vasca sacase una manopla abajo tras un remate forzado de Zarubina. Esto evidencia claramente el avasallador dominio español, que pudo ser todavía mayor en el marcador si todas las ocasiones hubiesen cruzado la línea de gol.

Todas contribuyeron al dominio español. Mérida y Aleixandri se mantenían firmes y otorgaban buena salida de balón, Menayo mostraba su veteranía en la categoría sabiendo qué hacer en cada momento, Lucía Rodríguez destacó por una madurez digna de mención, el triángulo formado por Patri, Aitana y Maite era una auténtica máquina de fútbol, Ona (que con los cambios terminó actuando como lateral izquierdo) y Pauleta intentaban ganar área cuando la situación lo proponía y jugaban inteligentemente cuando esto no era la opción ideal, y Lucía trabajaba a destajo para crear huecos. También las que salieron desde el banquillo aportaron su granito de arena. Nuria firmó una asistencia, Montilla se mostró muy activa jugando caída a banda derecha, y María González sustituyó a una gran Lucía con el objetivo de mantener el nivel en ataque.

Todo igual tras el descanso

En el segundo período, y lejos de disminuir el nivel, la Selección lo mantuvo. Aitana de cabeza llegando desde atrás, Lucía y Menayo encontrándose con el lateral de la red, o la propia delantera ovetense tras una fantástica jugada en banda entre Menayo y Pauleta, pudieron ampliar la ventaja nada más reanudarse el encuentro. También pudo hacerlo Patri Guijarro tras una buena jugada individual en la que se fue de varias rivales y remató desde la frontal del área. De nuevo el palo evitaba el gol.

La Selección pudo conseguir una goleada mayor

Como dice el dicho, tanto fue el cántaro a la fuente que se terminó por romper. Disparo mordido de una Menayo que rozó la matrícula en el partido, Maite despistó a la guardameta rusa con su salto y el esférico terminó introduciéndose en la portería. Tanto más que merecido, sentencia de la contienda y momento de cambios.

Pedro dio descanso a la peligrosa banda izquierda formada por Menayo y Pauleta, haciendo acto de presencia Nuria y Montilla. La gallega se situó como extremo zurda, mientras que la mediapunta andaluza cayó hacia el costado derecho, mostrándose muy participativa desde su ingreso. El hambre de ambas se hizo evidente en la tercera y definitiva diana. Montilla llegó al balón antes que su rival, su centro lo recibió Nuria y esta, casi de primeras, se la dejó a Lucía para que fusilase y recibiese el premio del gol.

Partido finiquitado. España pudo ampliar su ventaja en varias ocasiones, pero la mala fortuna o las buenas intervenciones de Ponomareva evitaron un resultado mayor. Lo cierto es que la Selección ha comenzado con sensaciones inmejorables su defensa de los subcampeonatos continental y mundial, con una nueva generación de talentosas jugadoras que desea continuar los éxitos de sus predecesoras. Pasito a pasito, pulgada a pulgada. Ya pensando en Rumanía.