En la noche griega y bajo un asfixiante calor, galos y españoles se enfrentaban en la segunda semifinal del día del Europeo Sub-19. La última vez que España vencía a Francia en este campeonato, los pupilos de Luis de la Fuente aún ni habían nacido. Eran las dos favoritas del torneo, pero solo una podría disputar la final. Los franceses habían ganado tres de tres en la fase de grupos y la Selección Española tenía por delante el reto de romper sus intimidantes estadísticas.

Con lentitud

Serían los galos los encargados de poner a rodar el esférico, pero pronto España se haría con el balón y tratándolo con el mimo al que acostumbra parecía encontrarse bastante más cómoda que su rival sobre el verde. Francia no había salido a jugar, esperaría el momento oportuno para asestar el golpe y mientras, la Rojita se iba acercando al área de Escales, pero lo hacía tímidamente. El choque entre ambas selecciones transcurría a un ritmo lento, en el que los españoles tenían la posesión del juego, pero no conseguían crear suficiente peligro.

Pasados los primeros quince minutos, los pupilos del seleccionador español parecían comenzar a despertar, el aumento del ritmo de partido fue notable y con éste empezaron a sucederse las ocasiones. La suerte no terminaba de sonreír a la Rojita y aunque los balones llegaban al área rival, no había remates claros con oportunidad de gol. Los jugadores comenzaban a acusar el cansancio y tras realizar un "Cooling Break" para refrescarse, volvió el somnífero. Francia continuaba con su discreción, sin hacer grandes alardes de querer participar en el juego y a España le faltaba velocidad, no tenía llegadas claras.

Al filo del descanso llegaría la primera ocasión de los galos. Lucas Hernández, jugador francés del Atlético de Madrid, procuraba un centro al primer palo que uno de sus compañeros remataba sin fortuna y el balón se perdía por línea de fondo. De nuevo peligro para España, en el último suspiro de la primera mitad, Kilic lanzaba una falta cometida sobre Lucas Hernández en la frontal del área, pero el balón se iba directamente fuera. Ambas selecciones se marchaban al descanso con el marcador en tablas.

La hora de la verdad

En la segunda parte del encuentro, más de lo mismo. Cero velocidad, pocas ocasiones claras por parte de ambos conjuntos y hasta lo que parecía que eran unas ganas terribles de llegar a la prórroga. El guardameta valencianista, Antonio Sivera, sufrió más de un susto, pero consiguió salvar las embestidas francesas.

Cuando más olía a prórroga, Ceballos se aliaba con Borja San Emeterio, el cántabro procuraba un pase desde dentro del área a Mayoral, que pudo tener el primero en sus botas, pero remataba sin fortuna. Y finalmente en el minuto 88', Marco Asensio decidía que esto no podía seguir así, habían ido allí a ganar. El mallorquín se hacía con el balón prácticamente en el medio campo y con apenas un par de defensores franceses por delante, decidía emprender una carrera en solitario hasta la frontal del área rival. Desde la izquierda y realizando un tiro raso al segundo palo, Asensio batía al portero y adelantaba a España en el marcador. La Rojita tenía ya un pie en la final.

Y por si fuera poca la emoción de ese gol prácticamente sobre el silbato, en los minutos de añadido de nuevo Asensio sentenciaba el partido. Él mismo se encargaba de poner el 0-2. Las estadísticas están para romperlas, España se encargó de que la regla de tres de los galos fuese solo eso, de tres, porque Francia no logró esa cuarta victoria y la Selección Española Sub-19 se encuentra en la final del Campeonato Europeo de la categoría.