Tras un largo verano en el que dijo adiós a su club de toda la vida, el Real Madrid, y comenzó una nueva etapa en el Oporto, Iker Casillas ha vuelto a la Selección Española con la ilusión renovada. El guardameta, que consiguió alcanzar ni más ni menos que las cien capitanías en el combinado nacional asume que el choque frente a Macedonia será complicado, y para ganarlo deberán dar el máximo en busca de mantenerse en la primera posición del Grupo C para clasificarse de cara a la Eurocopa de 2016.

"Jugar con la Selección era un sueño y cada día que pasa me planteo que puede ser el último"

Algo ha cambiado para Casillas a la hora de acudir a la llamada de Vicente del Bosque con la Selección Española, y es que por primera vez el guardameta español no lo ha hecho como portero del Real Madrid, sino como jugador del Oporto portugués. "Las sensaciones son diferentes porque he cambiado de club claro, pero muy feliz de volver a la Selección y con ganas de ayudar a estar en Francia. En Oviedo encontramos muy buenas sensaciones, siendo fieles a nuestro estilo y al juego que nos gusta practicar", comentó ante los medios de comunicación en rueda de prensa.

Para terminar, Iker Casillas tuvo el honor de cumplir ni más ni menos que cien partidos portando el brazalete de capitán de la Selección Española, algo que le llena de orgullo y satisfacción, a sabiendas que con el paso de los años su adiós al combinado nacional está más cerca teniendo que dejar paso a las nuevas joventudes. "Jugar con la Selección era un sueño y cada día que pasa me planteo que puede ser el último. He tenido mucha suerte por ser capitán 100 veces y ojalá vengan muchas más", concluyó.