Solvente goleada de la selección española sub-21 en su visita al Estadio de los Juegos Mediterráneos de Almería, que no dio opción a una pobre Georgia y se impuso por cinco goles a cero con un hat-trick de Deulofeu y sendos tantos de Iñaki Williams y Ceballos.

Estando todo presto y dispuesto para que el envite comenzara, el colegiado decretó el inicio del partido, cuyos primeros compases fueron de tanteo hasta que en el quinto minuto de juego Iñaki Williams, delantero del Athletic de Bilbao, protagonizó el primer disparo a puerta del choque; fue desde la frontal del área y el cuero fue desviado a córner por un defensor.

El dominio del combinado nacional se iba incrementando con el paso de los minutos y Georgia, que exponía el arte del contraataque como su principal arma, veía cómo el campo se inclinaba cada vez más hacia la meta de Kurdadze. Una superioridad que iba a verse refrendada con el primer tanto del envite a favor de los de Albert Celades, que encontraban en la estrategia un aliado inesperado, toda vez que Marco Asensio botara una falta lateral a ras de suelo para que Deulofeu se moviera en la caja con picardía y batiera al arquero visitante con un tiro cruzado. El idilio de los de la casaca roja con las jugadas a pelota quieta continuaría pocos minutos después, cuando el propio Deulofeu, combinando potencia y precisión, mandaba de nuevo al fondo de las mallas, una magistral falta directa botada desde la frontal del área.

La renta en el marcador pudo aumentar antes del final de los primeros cuarenta y cinco minutos, pero éstos tocaron a su fin con las dos dianas del futbolista del Everton imperando en el luminoso. Los protagonistas encaraban la bocana de vestuarios con una España que se sabía dominadora de la situación y una indolente e imprecisa Georgia a la que el ímpetu no le bastaba para inquietar a Kepa.

Misma tónica tras el descanso. El fútbol, tan imprevisible como acostumbra, le daba al poderoso las armas del débil. "La Rojita" veía en la estrategia y el contraataque la manera de golpear al combinado caucásico, sin olvidar que la mejor defensa parte de arrebatarle el esférico al contrario. Precisamente, de esta última guisa, llegaría el tercer tanto de la noche gracias a una contra de libro conducida por Marco Asensio, que recorrió tres cuartas partes de campo con el cuero cosido al pie, que era rematada a placer por Iñaki Williams.

Los de Albert Celades gustaban y se gustaban. Con el marcador de cara, el preparador catalán comenzó a introducir variantes personadas en las figuras de Camarasa y Dani Ceballos. Precisamente, fue el jugador del Real Betis el que dejó su impronta en la cuenta goleadora de la noche; de nuevo Deulofeu incurría por su banda, ganaba línea de fondo y su pase de la muerte, rematado a bocajarro por Williams y no atajado por Kurdadze, caía al atacante andaluz, que desde la frontal del área pequeña ponía el 4-0 en el luminoso.

Deulofeu, protagonista

La grada estallaba de júbilo. Las olas y "olés" acompasaban el juego de una selección que brillaba con luz propia en la noche otoñal almeriense. Y, como si el destino le hubiera reservado su particular lugar en el altar de los dioses del balompié, volvió a aparecer Deulo, que como quien no quiere la cosa redondeó la fiesta culminando una jugada individual que le valió para anotar el quinto gol de la noche y el tercero en su cuenta goleadora.

Pero toda fiesta llega a su fin. El trencilla de la contienda decretó el final de la misma y la selección española sub-21 ve más cerca el objetivo de clasificarse para la Eurocopa que en 2017 se disputará en Polonia. El próximo martes, en Croacia, el combinado nacional buscará sellar ante el líder del grupo su participación en un torneo que ya ha ganado en ocho ocasiones a lo largo de la historia.