La Eurocopa cerró su segunda jornada en una semana en la que destacaron, por encima de las demás, las selecciones de España, Italia y Bélgica. 'La Roja' por su exhibición, que le valió la clasificación. Los 'azzurri' porque, con su victoria, también estarán en octavos. Y los belgas debido a que, al fin, echaron a jugar, algo que la República de Irlanda sufrió en sus propias carnes. 

Pero no son solo las victorias las que tiñen una competición así de épica y heroica. El empate de Austria ante Portugal, el aguante de Polonia contra la campeona del mundo, la victoria de Irlanda del Norte delante de Ucrania o la remontada de la República Checa sobre Croacia, en un encuentro que acabó en empate. Los expertos de VAVEL han dado su veredicto y, aunque no caben todos, aquí están los más destacados de la segunda jornada de la Eurocopa.

Si estuviéramos en un estadio, cantaríamos los galardonados así: Con el 1, el austríaco Robert Almer; con el 2, el irlandés Gareth McAuley; con el 3, el español Gerard Piqué; a su lado, con el 4, Jordi Alba cerrando la defensa. En la medular, un doble pivote con el belga Axel Witsel, con el 5, y Andrés Iniesta, con el 6. Un poco más adelantados y abiertos a una banda, el eslovaco Marek Hamsik, con el 7, y el croata Ivan Perisic, con el 8. La tripleta atacante la conforman Álvaro Morata, con el 10, el belga Romelu Lukaku con el 9 y el italiano Éder con el 11.

Robert Almer (Austria)

Cuando un portero enfrenta a una selección con Cristiano Ronaldo, Nani, Quaresma, André Gomes o Joao Moutinho, lo normal es que salga mal parado. Robert Almer, en cambio, tuvo una de las actuaciones del torneo. En la primera mitad desbarató un uno contra uno a Nani y, en la siguiente jugada, un disparo lejano de Vieirinha. El austríaco, además, se alió con los palos, adonde fueron un remate de cabeza de Nani y el penalti de Cristiano Ronaldo en los últimos minutos de partido. El guardameta amargó la noche al futbolista del Real Madrid, al que le sacó dos manos increíbles a sendos disparos. 

Foto: UEFA
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Gareth McAuley (Irlanda del Norte)

El líder de la defensa de Irlanda del Norte. Además de anotar el primer gol del partido con un cabezazo perfecto, asumió a la perfección el rol de jefe de la defensa en una jornada en la que su compañero Jonny Evans destacó, precisamente, por lo contrario. Imperial en el juego aéreo y eficaz en el corte por el suelo, el central del West Brom fue el baluarte defensivo en la victoria de los de Martin O'Neill ante Ucrania.

Gerard Piqué (España)

El central del Fútbol Club Barcelona está espléndido. Atento al corte y genial por arriba, mantuvo su buen juego de la primera jornada, en la que le dio la victoria a España con un gol y, a pesar del poco trabajo que los turcos le dieron, supo destacar en la victoria española. Desprende superioridad sobre todos los atacantes rivales, confianza con el balón y, sin él, está incluso rápido.

Jordi Alba (España)

Una variación táctica de Del Bosque, la de meter a Nolito más por el centro, hizo que el lateral de L'Hospitalet despegara. Y cuando éste arranca, no hay quien lo pare. El catalán cogió la moto y subió la banda sin descanso, haciendo suyo el carril zurdo español y apareciendo siempre por sorpresa a la espalda de la defensa turca, que no supo frenarlo. Si Alba tiene libertad para subir la banda, España suma un atacante más, ensancha el campo y crea espacios por dentro para que Iniesta, Silva, Nolito y Morata se peguen el festín. 

Marek Hamsik (Eslovaquia)

'Il capitano' del Nápoles fue la referencia tanto ofensiva como defensiva de su selección. En ataque todo pasaba por sus botas y en el primer gol se inventó un pase de unos 30 metros que dejó solo a Weiss para que éste, tras un recorte, adelantara a los eslovacos. El segundo gol será historia de este torneo.  A la salida de un córner se sacó un derechazo casi sin ángulo haciendo que el esférico diese en los dos palos para acabar entrando. No solo ésto. Fue el canalizador del juego eslovaco y, cuando tocó, bajó al barro y se convirtió en uno de los principales recuperadores de pelota de su selección. 

Foto: UEFA
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Axel Witsel (Bélgica)

La figura en la mitad de la cancha de Bélgica, ya que destacó tanto en la recuperación como en la generación de juego en la mitad de la cancha. La sociedad que armó con Dembélé fue interesante y, además, coronó su buena actuación con un gol durante el segundo tiempo. El del Zenit supo juntarse con el del Tottenham para hacer jugar a la selección belga por primera vez en mucho tiempo. Inteligente con y sin balón, Witsel fue vital para que Hazard, Carrasco, De Bruyne y, sobre todo, Lukaku, montaran una auténtica fiesta ante la República de Irlanda.

Andrés Iniesta (España)

Qué decir que no se haya dicho ya. El manchego es la auténtica figura del torneo. Qué jugador. Su primera jornada ya fue espléndida pero lo que hizo ante Turquía, con muchos más espacios que en el primer partido, dejó tocado a más de uno. Que no se retire nunca. Juega y hace jugar, darle el balón a él es tener la seguridad de que no va a perderlo. De que España superará líneas y que algo bueno está a punto de pasar para los suyos.

Ivan Perisic (Croacia)

El jugador más desequilibrante de Croacia en estos primeros partidos. Ante República Checa, fue el autor de un auténtico golazo en una actuación que dio que hablar. El del Inter fue el hombre más destacado de los de Luka Modric -el verdadero jefe de esta selección-, y se convirtió en una pesadilla para la defensa checa. Desde la banda desordena a los rivales y ordena a los suyos. El exjugador del Wolfsburgo está de dulce.

Álvaro Morata (España)

Despertó el delantero de la Juventus de Turín tras un primer partido en el que lo hizo todo bien pero le faltó el gol. Un doblete suyo para meter a España en los octavos de final tras un partido en el que el canterano del Real Madrid mostró todo su repertorio. Movilidad, apoyos y desmarques a la espalda de los defensas, marca de la casa. Álvaro justificó su titularidad con lo que mejor sabe hacer: marcar y hacer jugar. 

Foto: UEFA
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Éder (Italia)

El italiano mostró que Conte no se equivoca al juntar a dos jugadores de perfiles tan distintos como son Pellè y Éder. Se pasó la primera parte del partido bajando a recibir balones, dando apoyos a los centrocampistas y cayendo a banda para ofrecer una salida cuando por el centro no se podía. Hizo de todo y prácticamente todo bien. Éder, además, concluyó su gran partido con el gol que clasifica a Italia para los octavos de final de la competición. Una vez hecho el gol, siguió tirando desmarques de ruptura con la única intención de dar aire a su equipo, que estaba embotellado en su área.

Romelu Lukaku (Bélgica)

El delantero del Everton fue clave en la victoria de Bélgica ante la República de Irlanda. Sus dos goles, a cada cuál con más sangre fría que el anterior, dieron a los Marc Wilmots la tranquilidad necesaria para echar a jugar. Y vaya si lo hicieron. Lo que hasta esta jornada era simplemente un grupo de grandes nombres, se hizo equipo ante la pobre República de Irlanda que solo pudo que ver como los goles se sucedían. Lukaku aguantó bien el balón de espaldas, oxigenando siempre la posesión hacia el lado contrario. Se mostró muy superior a sus defensores y culminó el encuentro con dos goles y la imagen del partido, abrazado a su hermano y llorando.

Foto: UEFA
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