La mediocridad ha sido el ingrediente común en la temporada del Sevilla F.C. con buenos jugadores de medio campo hacia delante. Sin embargo la falta de planificación y la mezcla de esa clase media- alta con futbolistas que están de paso en el conjunto de Nervión, no sirven si aspiras a grandes cotas. Si a todo esto se le añade que los buenos no rinden como debieran, las miras altas comienzan a perder fuelle. De este panorama parece haberse contagiado  José Antonio Reyes, o mejor dicho, puede que ya vinera del Manzanares con ese espíritu. Cualitativamente es el mejor futbolista de la plantilla sevillista. Sin embargo, desde que llegara hace casi un año y medio  procedente del Atlético de Madrid, el rendimiento  del utrerano ha dejado mucho que desear. Sombras y luces inundan su segunda etapa en el combinado que comanda Del Nido. Manzano se dio cuenta desde el principio de la temporada pasada, y Simeone simplemente no quiso esperarlo.

Sus primeros seis meses fueron esperpénticos. Su  bagaje en base números escasos. Un gol en 19 partidos de Liga, malas actuaciones, el físico pasado de peso,  críticas desde la grada, y un desembolso de alrededor de 4 millones de euros,  pintaron el paisaje de un jugador al que se le sigue esperando.

Esta temporada

La 2012/2013 empezó algo mejor, sobre todo por los propósitos de enmienda tras los toques de atención de Del Nido, de Míchel y de la afición. Aun así, la temporada de la perla que saliera en Enero de 2004 dirección a Londres ha sido insuficiente. No se le puede pedir a Reyes que sea el de entonces. Aquél, encaraba, trabajaba, luchaba, asistía, marcaba las diferencias y asumía la responsabilidad de un Sevilla impetuoso pero carente de calidad. Todo con sólo 20 años. Ahora hay que exigirle que dé un paso al frente, que tire de galones y de calidad a un futbolista maduro de 29 años.

El 2013 parece que le ha sentado mejor. Los rumores de salida hacia Turquía o China, que le acompañaron en el mercado invernal quedaron atrás. La llegada de Emery y la falta de efectivos en su puesto han forzado que Reyes, pese a no estar al cien por cien, tenga que jugar sí o sí.

Con 4 goles en 26 partidos de Liga,  su año va a concluir como empezó. Indiferente. Después de su lesión, la sanción de dos partidos ha terminado con su campeonato. Esta temporada va a terminar maquillada con dos grandes partidos ante el eterno rival, y por 4 ó 5 encuentros que desvelan una realidad vista fugazmente en Nervión. Hay futbolista si Reyes quiere.  Quizás, esa es la principal baza del canterano, todavía se le espera con esperanza. Simplemente porque es bueno, muy bueno y porque en Eduardo Dato saben que un Reyes entrando en la treintena y al cien por cien, sigue siendo capaz de resolver partidos.

Además, desde la planta noble del Pizjuán saben que es muy difícil vender al futbolista. En primer lugar porque el jugador no se quiere marchar. Cobra como los mejores de la plantilla, tiene contrato hasta 2016 y está en su casa. Hay un dicho en el fútbol que asegura que los jugadores juegan donde quieren, y Reyes tiene claro que quiere hacerlo en el Sevilla.

La temporada que viene tendrá su tercera, y posiblemente última oportunidad.