Hace ya más de 10 años, allá por el año 2004, José Antonio Reyes tomaba rumbo a Londres para fichar por el Arsenal, operación que permitió al Sevilla FC sanear su delicada situación económica, nacía así el Sevilla que años después conseguiría grandísimos éxitos deportivos.

El sevillista estuvo en el programa A Balón Parado, analizando cómo fue su marcha del equipo hispalense.

El de Utrera confesó que recibió dicha noticia el mismo día en que se iba: “Caparrós me dijo que no podía entrenar, que me iba a Inglaterra. Por supuesto que no me quería ir, estuve hablando con el presidente y con todo el mundo y me explicaron que el Sevilla necesitaba ese dinero por la crisis que tenía y por eso lo hice, porque sabía que mi marcha iba a sanear la economía del Club, si no, no me hubiera ido”.

Con tan sólo 20 años, lo dejaba todo por su club, pues entendía que era una magnífica oportunidad de devolver el cariño recibido durante muchos años: “En el aeropuerto de San Pablo, derramé las lágrimas más amargas de mi vida, era muy dura la situación que estaba viviendo y lo que viví después, pero gracias a Dios la vida da muchas vueltas y hoy estoy donde quería estar”.

A pesar de su difícil etapa en Londres, se mostró muy contento por la experiencia vivida: “Llegué a una ciudad en la que estaba nevando todo el día, no he pasado más frío en mi vida, pasé de estar con mi gente a irme lejos, lloré mucho allí, para mí era difícil, pero era un paso que había dado y tenía que ser consecuente. La vida siempre te enseña mucho, y ahora tengo experiencias que no hubiera vivido si no me hubiera tomado la decisión de marcharme”.

Aunque la adaptación fue difícil, recordaba que cuando jugaba disfrutaba en la mayoría de los partidos: “Nada más llegar al Arsenal, empecé a marcar goles, me encontraba a gusto cuando jugaba, la Premier es diferente porque es un fútbol de contacto, había algunos partidos feos porque ciertos equipos que no querían hacer fútbol…menos mal que nosotros sí, queríamos tener el balón, hacer ocasiones y así, disfrutaba”.

Por último, haciendo una mirada atrás reconoció su evolución futbolística desde sus inicios: “La edad te da mucho en el fútbol, en esa época era un crío, con 19 años hacía cosas que no podías saber en el campo, no sabía bien cómo colocarme y tenía que correr el doble…Antes cogía el balón, agachaba la cabeza y quería hacerlo todo. Creo que hoy en día, juego más para el equipo”. Con respecto a su momento en el Sevilla FC: "Los últimos tres meses pero todavía queda un poquito más de mí”