El Sevilla ha ganado su tercera Europa League en 8 años y sube al olimpo de los dioses, ya que es el cuarto equipo que suma tal privilegio, junto con conjuntos míticos como Inter de Milán, Liverpool y Juventus, lo que le convierte en el equipo español con más títulos europeos en esta competición, superando a Real Madrid y Atlético de Madrid. 

Ganar este título no ha sido fácil, ya que tuvo que llegar a otra tanda de penaltis y, como ante el Betis, volvió a surgir como hombre decisivo Beto, quien con sus paradas ha llevado al conjunto de Nervión a la gloria. 

Este equipo comenzó a ganar la competición a primeros de agosto, lo cual da un plus de mérito, dado que ha tenido que competir al máximo nivel durante 10 meses. Enfrente hoy tuvo a un buen Benfica que siempre ha dado la cara, pero que ha sucumbido otra final más y prolonga la maldición de Bela Guttman. Este año además ha perdido el título sin haber perdido un encuentro en esta competición.

Inicio precavido por ambos conjuntos

El partido comenzó con minutos de tanteo entre ambos equipos, solo animado por la rapidez del colegiado alemán para mostar dos amarillas, a Fazio y Alberto Moreno, en 15 minutos. Beto estaba dispuesto a amargar la noche a sus compatriotas y sacó una mano prodigiosa, tras un fallo de Fazio en una falta a balón parado, cuando el balón se colaba dentro.

El Sevilla supo contener el empuje inicial del Benfica y poco a poco se hizo dominador de la pelota, especialmente gracias a la precisión de los pases de Rakitic, que buscaba la velocidad de los atacantes del Sevilla pero los centrales del Benfica, Garay y Luisao, estuvieron a la altura requerida y detuvieron el peligro. 

Reyes fue el jugador que tuvo la primera ocasión clara del partido en la primera parte, pero Oblak intuyó sus intenciones y estuvo bien colocado para no dejarse sorprender. 

El Benfica dio un arreón a partir del minuto 40 y Luisao, en una jugada de estrategia, estuvo cerca de anotar el 0-1, pero el marcador no se movió. 

Pareja salva al Sevilla

Tras el descanso ambos conjuntos salieron con ideas frescas y Bacca tuvo una buena ocasión para haber inaugurado el marcador, pero no estuvo certero, al igual que tampoco el Benfica, que tras una buena jugada Nico Pareja salva en la línea de gol el remate de un jugador luso cuando el balón se colaba por la portería defendida por Beto. Destacar a Pareja por encima del resto en una zaga vulnerable por las bandas, especialmente un Alberto Moreno que tuvo fallos gordos que pudieron costar caro a su equipo, como fue el penalti que cometió sobre Rodrigo que el árbitro no pitó.

El Benfica lo siguió intentando y casi anota un gol en el minuto 60 tras un fallo del Sevilla que casi se anota un autogol. En el Sevilla el jugador más activo fue Reyes, que tuvo ocasiones para tratar de anotar un gol pero su remate se marchó desviado y en otra ocasión Oblak estuvo fino en un remate lejano.

El Sevilla trató de acorralar al Benfica, pero no lo conseguía, mientras que el conjunto luso trataba de llegar a la meta defendida por Beto, pero sus remates salián desviados. 

El partido seguía como un correcalles con ambos conjuntos queriendo ganar el trofeo, pero sin ocasiones claras y teniendo muy presente que el minuto 90 se estaba acercando peligrosamente, lo que hacía que un fallo fuera casi error mortal. 

Una prórroga con poco fútbol

En la prórroga ambos técnicos fueron a por el partido. Jorge Jesús metió a Cardozo por Siqueira, mientras que Emery introdujo a Gameiro por Marin, que estuvo desaparecido en los 26 minutos que estuvo en el campo.

En la prórroga pesó mucho el cansancio, aunque Bacca tuvo una ocasión muy clara de haber evitado los penaltis, pero su remate con el exterior se marchó desviado.  

Beto es elevado al Olimpo

En los penaltis los jugadores estaban tiesos físicamente, pero el partido requería de un último esfuerzo. Beto quiso lucirse en la tanda, al igual que contra el Betis, y desvió los lanzamientos de Cardozo y Rodrigo, otorgando la ventaja a la postre definitiva al conjunto de Nervión. Por el Sevilla anotaron Bacca, M'Bia, Coke y Gameiro, a pesar de haber jugado muy tocado el encuentro.

Desde hoy Turín, al igual que Eindhoven, Glasgow o Mónaco, entra en las ciudades que la afición sevillista no olvidará, al igual que siempre se tendrá en la gloria eterna a Antonio Puerta, el hombre que cambió la historia y que desde allí arriba habrá disfrutado con su equipo.