De nuevo, a los jugadores del Sevilla se les encogió la pierna en una gran cita. Esta vez, el Camp Nou fue testigo de dos fenómenos muy distintos: el caos hispalense y la resurrección del Barcelona. El segundo fue muy esperado, sobre todo después de las dos derrotas contra Real Madrid y Celta y las malas sensaciones dejadas en Almería. Sin embargo, se esperaba bastante más del equipo andaluz, que no aportó absolutamente nada en ataque. De hecho, en todo el partido solo tiró una vez, y no fue el gol.

El Sevilla solo tiró una vez; ninguna a puertaA priori, el conjunto rojiblanco se mantuvo muy ordenado sobre el terreno de juego. A la hora de defender, que fue casi todo el tiempo, las líneas estaban ordenadas y juntas, intentando cometer el mínimo de errores posibles. En la primera parte funcionó bastante bien, y el único tanto azulgrana tuvo que llegar a balón parado. Aun así, Beto tuvo su trabajo y, antes del descanso, sacó una buena ocasión a Neymar.

Lo más negativo llegó en la segunda parte. A pesar de marcar el empate (tuvo que anotarlo Jordi Alba en propia puerta), el conjunto dirigido por Unai Emery nunca dio sensación de peligro. Los culés, por contra, se movieron con mucha comodidad sobre el césped; que el Sevilla estuviera ordenado contrastó bastante con su escasa presión sobre los jugadores rivales. De hecho, quien más tensión mostró, junto con Carriço, fue Beto, que estuvo cerca de parar los cinco goles.

Emery fue valiente

Antes del partido, el ambiente que se respiraba entre la afición sevillista era bastante positivo. Sin saber cómo plantearía el partido una vez empezara, la alineación que propuso Emery era bastante prometedora. El vasco puso en el campo lo mejor que tenía a mano, con los cuatro imprescindibles arriba (Aleix Vidal, Denis Suárez, Vitolo y Bacca) y Banega en el eje del equipo junto a Krychowiak. Sin duda, un planteamiento ambicioso ante un rival poderoso.

El resto de la jornada, la mejor noticia

Con el desastroso resultado esta jornada, el mejor dato para el Sevilla es la derrota de sus rivales directos en la lucha por la Europa League. Con la Champions a tres puntos, la pelea está con Málaga y Celta, sus perseguidores más inmediatos. De haber ganado ambos equipos este fin de semana, los hispalenses estarían fuera de los puestos europeos, empatados con los gallegos. Afortunadamente para los sevillistas, estos conjuntos también han perdido y se mantienen detrás.

Los números

Una vez analizado el partido entre Barcelona y Sevilla, estos son los datos que deja:

Disparos: como en la mayoría de los datos, los azulgranas dominan con 16 ocasiones en total (10 a puerta) frente a los 2 rojiblancos (ninguno a puerta). Además, todos los goles fueron marcados por jugadores del Barça (Jordi Alba marcó el del Sevilla).

Pases: la posesión también tuvo un claro color culé, que tuvieron un 70,3%, mientras los hispalenses solo tuvieron la pelota un 29,7% del partido. Un gran reflejo  del dominio que ejerció el equipo de Luis Enrique son los pases en el tercio superior del campo (Barça: 199 acertados de 244 totales / Sevilla: 29 acertados de 60 totales).

Faltas: el único aspecto donde el Sevilla tiene más que el Barça. Los andaluces hicieron casi el triple de faltas que su rival (Barça: 8 / Sevilla: 21). Aun así, fue un partido noble y el árbitro solo mostró tres tarjetas amarillas entre los dos equipos, y no hubo ningún expulsado.

Goles encajados: con estos cinco, el Sevilla ya ha encajado 16, el que más entre los diez primeros equipos de la Liga. De hecho, solo siete han recibido más. Como contraposición, el Barcelona es al que menos goles le han metido, solo seis.