Las primeras impresiones de Monchie sobre el sorteo, en el que la suerte y el azar han querido que el rival a batir en dieciseisavos de final sea el Borussia de Mönchedgladbach, fueron: “El bombo ofrecía pocas peritas en dulce al haber quedado segundos. No había mucho donde escoger. Nos ha tocado un equipo difícil, muy competitivo, en una liga donde la competitividad es uno de los argumentos más importantes, con buenos jugadores a nivel individual y colectivo y con un estadio que suele llenarse. Es una eliminatoria no típica de unos dieciseisavos, una eliminatoria de más adelante, incluso de unas competición mas importante como puede ser la Champions”.
El equipo alemán, es un conjunto que allá por la década de los sesenta fue uno de los más importantes y punteros de la Bundesliga, conquistando por aquel entonces cinco Ligas y dos Uefas. Y este es su objetivo, con un proyecto a largo plazo, volver a la senda de los títulos y de aquellos gloriosos años. El encargado y en cierto modo, culpable de la carrera ascendente que disfruta el club, es su entrenador Favre, que cogió al equipo en una situación delicada en 2011 y que ha devuelto, en apenas tres años, al equipo a la zona europea y a luchar por los primeros puestos en la Bundesliga.
Pero Monchi no cree que por ser un equipo joven y con ganas de volver a triunfar, tengan más ilusión que el Sevilla por esta competición: “En ilusión seguro que no nos van a ganar, porque nuestra afición, nuestro club y nuestros jugadores aman a esta copa y a esta competición. En ilusión seguro que no, tendrán que utilizar otras armas para poder superarnos, pero en ilusión seguro que no”.
El hecho de que sea un equipo alemán no trae muy buenos recuerdos recientes, aunque históricamente al equipo andaluz no se le dieron mal los conjuntos teutones. Uno de los últimos enfrentamientos frente a equipos germanos fue, en la temporada 2011/2012 frente al Hannover 96 y el equipo sevillista cayó eliminado, por aquel entonces, entrenado por Marcelino. Aunque el exguardameta, asegura que “tampoco me fijo en el pasado. Tenemos que respetar a uno de los grandes de la historia en Alemania, con buenos jugadores en cada línea”.
Y sobre el hecho de jugar la vuelta fuera del Ramón Sánchez Pizjuán, el director no le da mayor importancia: “El año pasado para llegar a la final de Turín y ganarla tuvimos que jugar el segundo partido en campo rival en varias eliminatorias. No creo que sea algo definitivo en esta eliminatoria. Tenemos el partido en casa con nuestra afición y nuestra gente, donde tenemos que sacar un resultado óptimo para poder superar la eliminatoria”.