El Celta se fue de vacío de Nervión, encadenando su séptima jornada sin vencer y sin ver puerta. No obstante, no fue peor en el general que el Sevilla, aunque éste sí fue capaz de convertir una de sus oportunidades y dejar los puntos en casa.

Opciones para ambos

El encuentro tuvo alternativas desde un principio para uno y otro equipo, sirviendo este intercambio de golpes para abrir la veda en el camino hacia el gol. Santi Mina puso en aprietos a Beto con un tiro cruzado, respondiendo en la siguiente jugada Denis Suárez, al que le faltó fuerza para levantar un balón que atrapó sin problemas Sergio.

Pasados los diez minutos iniciales comenzó a dominar más el Celta, que tuvo dos buenas opciones en botas de Charles, hoy titular por las bajas de Larrivey y Nolito. El brasileño se plantó solo en dos ocasiones ante Beto, pero en ninguna de ellas supo definir ante el meta hispalense, que, no obstante, no tuvo que intervenir, ya que ambos lanzamientos del ariete se marcharon fuera.

La expulsión, determinante

Planas vio la tarjeta roja directa en el minuto 20El Celta dominaba ante un Sevilla frío, que no terminaba de arrancar. Pero un partido en este deporte, como en cualquiera, puede cambiar en una sola jugada, y eso sucedió. El Celta se quedó con uno menos tras la expulsión de Planas en el minuto 21. El zurdo cortó un contragolpe sevillista, llegando más tarde al balón que Denis Suárez, entendiendo el colegiado que la sanción apropiada era la tarjeta roja.

Esa circunstancia le vino al Sevilla como agua de mayo, ya que supuso un cambio total de dinámica, cayendo desde entonces el peso del partido sobre el campo celtiña. Además, Berizzo tuvo que quitar del terreno de juego a Charles para dar entrada a Jonny, quedando también el ataque celeste lastrado.

Ventaja local

El colmo para los visitantes fue la explosión de júbilo sevillista tras el tanto de Nico Pareja, de libre directo. El argentino lanzó la falta por el palo del arquero, aunque este se venció hacia el de la barrera, sin que pudiera hacer nada por evitar el 1-0, que, por cierto, fue dedicado a Sebastián Cristóforo, que ayer recibió la noticia de que tendrá que ser de nuevo operado de su rodilla izquierda tras no recuperarse del todo de la lesión de ligamentos que se produjo la pasada campaña.

Viento a favor de los blanquirojos, que pretendían hacer más sangre antes del descanso. En ese propósito lo intentó Vitolo desde la frontal, tiro que atrapó Sergio con alguna que otra dificultad. El Celta necesitaba que llegara el descanso para reponerse, aguantando hasta el mismo con la derrota momentánea por la mínima.

El Celta, mejor pero ineficaz

Y le vino bien el parón, generando hasta dos ocasiones claras en los primeros siete minutos, destacando el lanzamiento mordido de Santi Mina que se acabó marchando tras golpear en el larguero. Tras esa jugada, Pablo Hernández avisó de nuevo con un lanzamiento que besó el palo izquierdo de Beto. El Sevilla, dormido tras la reanudación.

Emery, como la grada, no lo veía nada claro, e introdujo a Banega para dar más pausa al juego, algo que consiguió parcialmente. No obstante, a los celtiñas les hacía falta poco espacio para crear peligro, acechando, en inferioridad numérica, la portería de Beto. Mientras, el público se debatía entre pitos por el juego de su equipo y leves cánticos de ánimo que llevaran a un segundo tanto y la consiguiente tranquilidad.

Reyes mandó un disparo al largueroCasi logra esa calma Reyes, que tiró una pared con Gameiro para recibir franco y estrellar su disparo en el larguero. Se salvó el Celta, que cada vez iba a menos, acusando el esfuerzo de un partido casi completo con diez integrantes. Banega también lo intentó tras un reverso, lanzando al lateral de la red su disparo. Despertaba el Sevilla para este final de partido.

El Sevilla pone la calma

Y ese despertar lo quiso tornar en un juego sosegado, con intención de que el Celta no volviera a pisar el área hispalense, algo que finalmente logró para dejar los puntos en casa y seguir en la lucha por la ‘Champions’.

El Celta, por su parte, sigue en dinámica negativa, con siete jornadas sin ganar y otras tantas sin marcar. Pero el colchón que amarró en las primeras fechas le hace continuar en la zona media de la tabla, aunque ve alejarse Europa hasta casi los cuatro partidos de distancia.