El Sevilla vivirá el próximo jueves su partido número 101 en la Europa League, denominada anteriormente Copa de la UEFA. En la centena de encuentros disputados en el continente europeo al abrigo de esta competición, tan sólo ha llegado a un partido de vuelta con un 1-0 favorable traído desde su casa.

En el más reciente de los precedentes, concretamente del 31 de octubre de 1995. El Sevilla, dirigido por el entrenador luso Toni, se enfrentaba en segunda ronda al Olympiacos, conjunto griego y que era famoso por el llamado ‘infierno’ que se vivía en su estadio en cada partido. En aquel Sevilla se encontraban jugadores de la talla de Unzué, Martagón, Prieto y Davor Suker, croata que llegó al conjunto de Nervión en la 91/92. Los andaluces viajaban a Grecia con la mínima ventaja de 1-0 gracias a un gol de Juanito en el minuto 90.

Infierno griego

El partido de vuelta, en terreno heleno, prometía ser duro. La afición local buscaría llevar a su equipo en volandas hacia el pase de ronda. Olympiacos igualó la eliminatoria en el minuto 72. El paso de los minutos llevó el partido definitivamente a la prórroga. La afición griega apretaba más y más, parecía que el guión estaba más que escrito y para colmo de males, el 2-1 llegó tres minutos después de comenzar la prórroga. El Sevilla estaba fuera, un milagro o una genialidad en forma de gol lo volvía a meter de lleno en la eliminatoria y lo que es más importante, lo clasificaba.

Corría el minuto 110 y el Sevilla disponía de una falta algo lejana y centrada, pero que en la situación en la que estaban los andaluces, era un clavo ardiendo al que agarrarse. Suker colocaba el balón y con un zurdazo increíble, mandaba el balón al fondo de las mallas de Alekos Randos, guardameta del Olympiacos. El croata acallaba a todo el estadio y en la celebración llegó la locura a los futbolistas del Sevilla. Suker entraba en el Olimpo de Nervión con un gol que aún es recordado en la memoria de los sevillistas.