Frederic Kanouté, 290 partidos, 140 goles, seis títulos de clubes al que hay que añadir el de mejor jugador africano de 2007. Este es un pequeño resumen de un jugador que aún queda en el recuerdo de los sevillistas que pudieron verle en el Ramón Sánchez Pizjuán. A esto, hay que añadirle controles, pases y diferentes genialidades que no dejaron indiferente a nadie dentro del fútbol mundial. Ahora, con 37 años, desempeña funciones como embajador del fútbol en su país, Mali, en el cual no nació pero con el que se siente muy identificado.

En una entrevista concedida a la CAF, el africano repasó su carrera en el Sevilla y recordó el que para él fue su mejor momento en la entidad hispalense: “Sevilla se pega a la piel. Tenía 28 años y no había ganado ningún título. Yo jugaba de centrocampista ofensivo, pero allí me recolocaron. Los comienzos no fueron fáciles, pero todo salió bien. ¿Mi mejor recuerdo? Sin duda, la primera UEFA que ganamos al Middlesbrough en Eindhoven. Es el recuerdo más hermoso de mi carrera deportiva. Fue mi primer trofeo. Inmediatamente pensé en mi madre, que siempre me acompañaba de pequeño al club donde empecé a jugar”, afirmó.

Orgulloso de su labor

Kanouté repasó también su actual función de embajador del fútbol para Mali: “Es un honor ser un abanderado en esta institución. Estoy al servicio de los más jóvenes y al servicio de un continente que lo siento como mío propio; es el que me permite mirarme al espejo y el que me dijo que yo no era un inútil. He sido muy afortunado en mi carrera, incluso en los días en los que no había felicidad. Estoy orgulloso de que muchos me reconozcan con un futbolista que siempre ha honrado la camiseta que llevaba. Pero esos días han terminado”, finalizó así su entrevista.