Llegaba el Sevilla al Nuevo Los Cármenes para visitar al penúltimo de la clasificación, el Granada se jugaba la vida un domingo más. Delante tendría a un conjunto hispalense que venía en una racha de partidos sin perder que comienza a convertirse en una costumbre. Unai Emery decidió premiar la buena actuación de Suárez en el partido de la Europa League y siguió confiando en Sergio Rico como portero titular. Beto esperaba en el banquillo.

Poco tardó el Sevilla en comenzar a controlar el choque. A los cinco minutos, el canario Vitolo tenía la primera ocasión para los de Nervión. El internacional sevillista no acertaba a conectar con el balón para superar al guardameta Roberto. Los rojiblancos, hoy de blanco completo, salían con el balón jugado y creaban mucho peligro para la zaga granadina.

En el minuto 15 se produjo el cambio de papeles, si se podía esperar que el Granada saliera mordiendo y el Sevilla aprovechara alguna contra para abrir el marcador, nada más lejos de la realidad. El Granada daba la sorpresa cuando aún no había inquietado a Sergio Rico. Mainz remataba de cabeza un gran centro de Candeias y ponía el marcador en 1-0 y alojaba la locura en la grada. Esta entonaba el ya famoso “¡si se puede!”. Pocos minutos después. Robert Ibañez pudo hacer el segundo pero su chut se fue fuera por muy poco.

A partir de ahí, el Sevilla volvió a ser el de antes del gol. Reyes y Denis Suárez surtían continuamente de balones peligrosos a un Carlos Bacca que se mostró especialmente eléctrico con el balón en los pies y causó más de un dolor de cabeza a la zaga granadina. A pesar de ello, su falta de puntería le privó de poder igualar el choque. El 1-0 llegó al descanso.

A por todas

Podría ser hasta cierto punto previsible que el Sevilla saliera a por todas en la segunda parte en virtud a los visto en gran parte de la primera. Una derrota ante un rival teoricamente inferior lo alejaba en la lucha por el cuarto puesto con el Valencia. Los de Emery volvían a salir con todo. Con más corazón quie cabeza, el Sevilla intentaba acercarse a las inmediaciones de la portería de Roberto pero las imprecisiones se sucedían una tras otra y las ocasiones claras no llegaban.

Emery decidió revolucionar al equipo con dos cambios que demostraban claramente la intención de los hispalenses, ganar. En el minuto 58 el técnico vasco le daba entrada Banega y Vidal por Navarro y Vitolo. Los de Nervión se quedaban defendiendo con tres defensas ante un Granada que buscaba el peligro con rápidas contras conducidas por Success e Iturra.

Mainz, héroe y villano

Si en la primera parte el Granada abría el marcador tras un gran cabezado de Mainz, el empate sevillista tendría el mismo protagonista. En el minuto 70, tras un centro de Reyes, el central pugna con M'Bia por el balón dentro del área pequeña y en ese intento, termina por introducir el balón en su propia portería. Mainz hacía su segundo gol, pero esta vez en una portería equivocada.

Tras ese gol el Sevilla buscó el segundo pero las ocasiones dejaron de ser claras salvo algunos disparos lejanos de Reyes, Figueiras. El partido empezó a carecer de orden y rigor táctico e incluso el Granada, sorpredentemente se echó adelante en busca del partido. Su situación clasificatoria no les hacía conformarse con el empate.

Finalmente el partido terminó con el empate a uno. Estas tablas no sirven de nada ni a Granada ni a Sevilla. Los hispalenses desperdiciaron una oportunidad de oro para volver a igualar en la clasificación al Valencia. Ahora, los de Nervión suman 63 puntos y el Valencia se queda con 65. Una oportunidad desperdiciada

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Sobre el autor
Juan de Dios Pérez Boza
Sevillano de la generación de 1988, graduado en Periodismo por la US, amante del deporte en general y del fútbol y de la natación en especial.