Inexpugnable. El Sánchez Pizjuán, cuando apenas queda un mes para finalizar la temporada, sigue siendo un templo sagrado para el Sevilla, que aún no ha perdido en casa en toda la campaña. El Rayo fue el último equipo en sucumbir ante los hispalenses, que dedicaron el triunfo al recién lesionado Pareja.
El encuentro comenzó con oportunidades para ambos conjuntos. El Rayo, como acostumbra, se mostró atrevido en ataque y dejando huecos en defensa.
Y el Sevilla, que no deja escapar sus oportunidades, no tardó en adelantarse en el marcador. Iborra mandó a la red una internada en el área de Diogo por la banda derecha del ataque local.
A partir de aquí, fue el Sevilla el principal dominador del encuentro, llegando de forma consecutiva a la meta defendida por Toño y buscando dejar sentenciado el encuentro cuanto antes.
Los de Emery obtuvieron su premio cuando se avecinaba el descanso. Otra vez por la banda derecha, Denis Suárez llegó a línea de fondo y centró para que Carriço peinara el balón a la red e hiciera el 2-0.
La segunda parte tuvo como protagonista a un Rayo que buscó meterse en el partido. Pudo hacerlo de no ser por el colegiado, que anuló un gol en propia puerta de los hispalenses de forma incomprensible.
El tramo final del partido tuvo como principal aliciente la participación de Deulofeu, que había estado desterrado de los planes de Emery en los últimos meses.
El ex jugador del Everton no estuvo afortunado y otros compañeros, como Aspas, recriminaron su individualidad. El marcador, finalmente, no se movió debido a la poca puntería visitante y a la gran actuación de Toño en los contragolpes locales.
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