Nervión presentó sus mejores galas y el equipo respondió como en las mejores ocasiones. En su competición fetiche, el Sevilla supo aguantar los golpes de la Fiorentina, dejar su portería a cero y aprovechar sus oportunidades para poner pie y medio en la final de la Europa League. Y lo hizo con dos goles de Aleix Vidal, protagonista inesperado, y un tercer tanto de Gameiro, que sigue fiel a su cita con el gol al salir del banquillo.

El Sánchez-Pizjuán presentó una imagen extraordinaria y cantó el himno a la salida de los jugadores.

Emery apostó en esta semifinal por: Krychowiak, Bacca, M'Bia, Carriço, Kolo, Sergio Rico, Reyes, Banega, Aleix Vidal, Vitolo y Tremoulinas.

El partido comenzó con mucho ritmo e intensidad. El Sevilla, intentando salvaguardar su portería, buscaba un gol que le diese ventaja en la eliminatoria y llegaba por las bandas a la meta contraria.

Al cuarto de hora, Vitolo se marcó una gran jugada en banda izquierda que fue culminada por Aleix Vidal. El catalán abrió el marcador y puso la eliminatoria de cara a los intereses sevillistas.

Lejos de acongojarse, la Fiorentina reaccionó y buscó la portería de Sergio Rico. Con Joaquín muy activo, llegó en varias ocasiones con claridad pero sus oportunidades acabaron desvaratándolas entre la defensa y el portero local.

Aún así, el Sevilla seguía buscando un segundo tanto a la contra. La primera parte murió con el balón sobrevolando la portería de Neto y un pitido final por parte del árbitro que se produzco apenas un segundo antes de que cometieran penalti sobre Krychowiak.

Ya en la segunda mitad, la Fiorentina aumentó aún más sus intenciones de hacer un gol en el partido de ida. Siguieron llegando y perdiendo sus ocasiones en el área contraria ante un Sevilla más encerrado y que no salía con tanta claridad al contragolpe.

Aún así, en una de sus primeras llegadas de la segunda mitad, el Sevilla no desaprovechó la oportunidad. Aleix Vidal, otra vez, se internó en el área y sacó un derechazo para hacer el 2-0 en el marcador.

El lateral lo celebró con rabia con Iborra y se señaló el nombre serigrafiado en su camiseta, reivindicando más protagonismo.

La tónica visitante fue la misma tras el segundo tanto: buscar un gol que les diese más opciones de cara a la vuelta. Eso sí, ahora lo hacía frente a un Sevilla que parecía muy enchufado en ataque y centrado en defensa.

Gameiro sustituyó a Bacca y, cuando apenas llevaba un minuto en el campo, cumplió a su cita con el gol. El francés marcó el tercero y dejó casi sentenciado el pase a la final de Varsovia para deleite de la afición de Nervión.

La grada y el propio jugador lo celebraron por todo lo alto.

El partido acabó con un contundente 3-0 que deja muy de cara las cosas para los de Emery. El equipo se conjuró al final y agradeció a la afición el gran apoyo durante un histórico encuentro.

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Sobre el autor
Juan Ignacio Lechuga
Licenciado en Comunicación Audiovisual. Máster en Periodismo Deportivo. Coordinador de @Atleti_VAVEL. Contacto: [email protected]