Este Sevilla sigue empeñándose año tras año en seguir superando registros que hace un tiempo parecían imposibles. Si al comenzar la temporada el objetivo era meterse en Champions a través de la Liga y llegar lo más lejos posible en competición europea -ni mucho menos se planteaba la opción de volver a la final-, tras el 3-0 ante la Fiorentina en la ida de la UEL, la opción de jugar la máxima competición europea la temporada que viene se hace muy viable en caso de certificar el pase a la final y alzarse con el título.

Aleix Vidal hizo el gol número 100 del Sevilla en Europa como localY es que este jueves se vivió en Nervión otra de esas citas para la historia reciente del club y como no, también se recogieron datos estadísticos que no hacen más que engrandecer lo que están consiguiendo los andaluces. El Sevilla jugó su primer partido como local en la UEFA el 15 de septiembre de 1982 ante el Levski de Sofia y el primero de los goles para los andaluces lo marcó Santi de penalti en el minuto 33. Tras 32 años, 7 meses y 21 días transcurridos, Aleix Vidal hacía el gol número 100 en la historia de los hispalenses en el Sánchez Pizjuán. Era el segundo de sus goles en el partido, dejando el mismo casi sentenciado. Después llegaría el momento del héroe de San Petersburgo, Gameiro, que no quiso perderse la fiesta del gol y en el primer balón que tocó lo mandó a la red, establenciendo la cifra en 101 goles.

Segundo doblete

Para Vidal no era nuevo eso de marcar un doblete en un partido, aunque hay que remontar hasta 2011 para recordar ese precedente. El catalán ya despuntaba en el primer filial del Almería y precisamente el día de su cumpleaños (21 agosto) se quiso dar el ‘capricho’ de hacer un doblete ante el Linense en Segunda B. Lo sorprendente de su segundo doblete frente a la Fiorentina no son los goles en sí, sino la posición desde la que partía en el once titular. Ocupar el lateral derecho y tener que defender a un Joaquín bastante inspirado es suficiente trabajo como para dedicarse encima a hacer goles. Posiblemente uno de los mejores partidos del catalán desde que llegó al Sevilla.

Cuestión de arte y artistas

Sevilla y Florencia son dos ciudades que están entre las más visitadas de Europa por sus monumentos, y sus similitudes son varias, pues el arte fluye por las calles estrechas de sus centros históricos. Las catedrales de Florencia y Sevilla son dos auténticas obras de arte y no hay visitante que las contemple que no quede maravillado. Parece que ese arte ha echado raíces en el fútbol de ambos equipos.

Al contrario de lo que podría parecer, la Fiorentina no fue el típico equipo italiano que se encierra cuando juega lejos de su campo y solo se dedica a defender en busca de una contra letal. Los italianos no abusaron del pelotazo y sí del toque y del buen fútbol, sobre todo en la primera parte, donde pusieron en apuros en más de una ocasión a Sergio Rico.

Uno de los artífices de ese fútbol de toque y buen gusto en el conjunto viola fue Joaquín, el portuense, especialmente motivado por su pasado bético, y que encaró en más de una ocasión a su defensor y en varias de esas ocasiones salió vencedor en el regate. Emery quiso taponarlo en la segunda parte y dio entrada a Coke para que con su frescura acabara con el fútbol del gaditano.

Reyes y Joaquín, magos sobre el tapeteJoaquín se encontró sobre el terreno de juego con un viejo conocido, José Antonio Reyes, otro genio que anoche volvió a dar pinceladas de su calidad viendo y dando pases donde nadie los ve. Ambos han coincidido en la selección española y también en la selección andaluza. El utrerano vive una segunda juventud y anoche fue uno de los sacrificados del técnico vasco para detener las internadas por banda izquierda del ex del Betis.

El peso del buen fútbol lo terminó por llevar el conjunto andaluz, viendose en algunos momentos de la segunda mitad la mejor versión del Sevilla en lo que va de temporada, con un juego de precisión cerca del área rival y que en varias ocasiones terminaba con oportunidades de gol. En ciertos momentos, ese empeño en sacar el balón jugado desde atrás le causó problemas a la zaga andaluza que vio como la Fiorentina les robaba el balón y creaba peligro. Ya lo dice el refrán, "el que no arriesga no gana". El Sevilla arriesgó y le salió a la perfeccción.