Iago Aspas cuenta con pocos minutos en el Sevilla y sabe que en el estado en el que se encuentran actualmente Bacca y Gameiro, esos minutos serán aún menos. Este domingo tenía una buena oportunidad ante ‘su’ Celta. En el aeropuerto había sido recibido como el hijo pródigo que vuelve a casa. A pesar de intentarlo por activa y por pasiva, el ariete no pudo ver puerta en Balaídos.

Oportunidad despercidiada

En las declaraciones posteriores al partido no ocultó lo especial que era volver a su casa y también se mostró triste por no sumar tres puntos cuando el rival directo por la cuarta plaza había sumado un empate: “Era un partido muy especial porque volvía a mi casa. El punto nos sabe a poco, es casi como una derrota. El Valencia se va a tres puntos, cuatro con el gol average”. A pesar del empate, Aspas afirmó que ya “hay que pensar en el partido del jueves” que ahora mismo es “lo más importante”.

Por último, justificó su enfado afirmando que “a nadie le gusta que le cambien y más cuando está el partido 1-1”. También añadió que “son cosas del fútbol y el míster Carcedo lo ha decidido así”. Aprovechó la oportunidad que le brindaban los micrófonos para “mandarle un abrazo” a Unai Emery.