Ambos equipos estaban físicamente sobre el césped desde el inicio, pero la cabeza sólo la tenía puesta el Almería, el único que intentó algo en el primer acto para llevarse el botín en juego, en parte por la diferencia de motivación por conseguir los objetivos, con un Sevilla dependiendo de otros resultados y un Almería que solo tenía que mirar por sí mismo.

Dominio almeriense

La pelota corría más bien poco, y si lo hacía era en dirección a la meta de Rico, aunque éste no tuvo que intervenir en todo el primer acto, pues el único disparo a palos fue dentro, y los demás acabaron todos marchándose lejos del arco. No obstante, los almerienses no se desesperaron, viendo que el ritmo del partido era suyo. Así, comenzaron a sucederse los disparos visitantes desde la frontal, sin suerte.

Muchas rotaciones sobre el partido de la FiorentinaEl Sevilla, con evidentes rotaciones, no notó esta vez la frescura en sus botas, con una intensidad propia de un amistoso de pretemporada. En esa tesitura vio el Almería que el zarpazo era posible, lanzando Thievy una carrera que terminó con el balón en la red, tras asociarse el atacante con Zongo. Ya tenía su premio el Almería, más compacto desde ese gol.

Y es que solo concedieron una clara ocasión los de Sergi Barjuán, con un balón a la espalda de la defensa que Gameiro controló y golpeó a la meta, repeliendo el disparo Rubén con algún que otro problema. Fue lo único destacable de los de Emery hasta el intermedio.

La segunda parte fue distinta, ya que al menos se vio al Sevilla competir para intentar rascar algo positivo. Sin embargo, la luz brillaba por su ausencia en el Pizjuán, con un Banega más apagado que de costumbre. Pese a ello, la estrategia del Sevilla suponía el temor en el cuerpo almeriense. Y con razón, pues a las primeras de cambio pudo cambiar el signo del partido MBia, que hasta dos oportunidades tuvo para hacer el empate. La más clara, la segunda, la mandó alta en boca de gol tras el saque de una falta.

El juego de golpes en el segundo acto terminó por sonreir al SevillaPero esto no amilanó tampoco al Almería, consciente que el Sevilla tenía que arriesgar y su oportunidad iba a llegar, aunque ésta llegó más pronto de lo esperado. Hasta dos claras opciones tuvieron los de Sergi para ponerse con una ventaja que hubiera sido definitiva, pero esta vez la suerte estaba del lado sevillista, al ver cómo la madera escupía un remate de Zongo con Rico ya batido. En la siguiente sí estaría acertado el canterano, despejando un complicado remate por bajo de Thievy.

Pegada hispalense

Sin embargo, regla no escrita del fútbol, quien perdona lo acaba pagando, y más ante la pegada de este Sevilla, que cuando acelera se pasa del límite. Tal que solo le bastaron cinco minutos para darle la vuelta a la tortilla. El protagonista, Iborra, igualó en el 65’ tras una cabalgada de Diogo por la derecha, aprovechando el mal despeje de Dos Santos.

Un doblete de Iborra en cinco minutos sepultó las opciones visitantesCon el partido equilibrado, al Almería le entraron las dudas, aprovechadas de nuevo por el valenciano para batir a Rubén tras un rechace defensivo. Este golpe dejó prácticamente K.O. a los visitantes, que terminaron por arrojar la toalla a falta de quince minutos para el final, cuando Trujillo, siendo el último hombre, derribó a Gameiro, viendo la roja directa.

De ahí hasta el final el Sevilla controló el partido, destacando un remate de tacón de Gameiro en el descuento. El mismo lo despejó Rubén como pudo. De esta forma, los puntos se quedaron en casa, lo que unido al tropiezo del Valencia le permite ir con opciones Champions a la última jornada en Málaga, además de establecer el récord de puntos de la entidad en toda su historia, con 73 unidades a falta de un partido. Sonrisa grande del Sevillismo para despedir a sus muchachos antes de la prueba final, la final de la Europa League en Varsovia.