Nico Pareja continúa recuperándose tras su desafortunada lesión en tierras rusas durante el partido de cuartos de final ante el Zenit. El central argentino fue operado de su rodilla derecha hace dos semanas. Así, fue el protagonista de la entrevista realizada en el programa 'A Balón Parado', donde declaró sobre su lesión y cómo ha vivido los partidos que no ha podido disputar en liga y en la clasificación del equipo para la final de la competición europea.

El zaguero sevillista se encuentra "mejor, con muchas ganas. Fueron unas semanas duras, con el apoyo de la gente que me quiere estoy un poco mejor y preparado con los meses duros que me esperan". 

Con esto, quiso destacar la calidad de su recuperación, favorecida por sus compañeros de vestuario, que hacen más llevadera esta misma: "Tengo el orgullo de pertenecer a un gran grupo, cuando uno cae, se encarga todo el equipo de levantarte. Yo he estado en muchos equipos, y excepto el Espanyol que tenía también un buen grupo, es un vestuario único y eso hace que vayas cada día con una sonrisa a entrenar, tengo que trabajar para salir adelante y cuento con el apoyo de todos ellos", declaró.

En esta línea, continuó: "El grupo es súper importante, cada uno de los integrantes que pasa por prensa lo remarca en todo momento, es un grupo impresionante, la base de todos los logros. Es un equipo muy solidario, un ambiente bárbaro tanto en lo malo como en lo bueno, son futbolistas excepcionales pero más allá de eso, seres humanos excepcionales que te ayudan a no aflojar en los momentos clave, es una alegría pertenecer a este equipo. Tanto Dani como Vicente me dedicaron sus goles, me llegó el mensaje en el marcador… te dan una fuerza extra que te ayuda a salir de estos momentos, son cosas que no tienen precio".

En torno a la disputa de la final en Varsovia, Nico Pareja, clave en la final del año pasado en Turín, sabe que esta vez tendrá que vivir la final desde la grada: "Me ha tocado estar en el otro lado, verlo desde la barrera. Se puede hablar de favoritismo del Sevilla FC porque es el campeón, pero una final es una final, y no hay favoritos. El Dnipro tiene una motivación extra que es ganar al campeón. Es un arma que tenemos que rebatir, tenemos que hacer nuestro fútbol y espero que podamos traernos la Copa para aquí".

Pese a ello, el defensor argentino no pierde la fuerza para animar al resto de sus compañeros: "Vi los dos partidos de las semifinales desde Barcelona, gritando desde la habitación, estaba con mi hermano, mi mejor amigo, mi mujer y mis hijas. Cuando terminó el partido de vuelta, llamé al Doctor Cugat para que viniera a verme y me diera permiso para viajar a arropar a mis compañeros a Varsovia. Me dijo que no hay problemas, aunque tendré que ir a mi ritmo, y me tendré que controlar para no saltar a la cancha".