Con un Sánchez Pizjuán totalmente renovado para la ocasión y con el cartel de no hay billetes echó a rodar la segunda jornada de la Liga BBVA la primera en Nervión. El feudo nervionense fue el año pasado un auténtico fortín -solo perdió un partido- y con la consigna de no regalar puntos que tanto ha calado tanto en jugadores como en afición salieron los andaluces. La apuesta de ambos entrenadores fue importante en cuanto a lo que al ataque se refiere.

Unai Emery no dudó en darle la camiseta de titular al recién llegado Fernando Llorente. El riojano llegó a la capital hispalense con un óptimo estado de forma y el preparador vasco no dudó en alinearlo. En la línea defensiva regresó la normalidad con la entrada de Carriço y por lo tanto Krychowiak regresó a su posición natural. El damnificado fue Krohn-Dehli.

En cuanto al Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone apostó por un once ofensivo y con algunas importantes novedades en el ataque. La primera de ellas fue la salida de Jackson Martínez y la entrada en su lugar de otro Fernando, en este caso Torres. El delantero español volvió a recuperar la confianza del Cholo y junto a Oliver Torres y Griezmann intentarían amargarle el estreno en Nervión a los andaluces.

El cántico del himno a capela le dio la temperatura perfecta al partido en los instantes previos a su inicio. Había ganas de fútbol en Sevilla y eso se notaba. La disposición del Sevilla sobre el terreno de juego sorprendió en el comienzo con el cambio de bandas entre Vitolo y Reyes. El utrerano jugaba en esa posición en su primera etapa como sevillista, cuando despuntaba con su velocidad y desborde.

El partido comenzó con un ritmo vertiginoso como viene siendo habitual en este duelo entre sevillistas y colchoneros. Fernando Llorente pareció entender a la perfección lo que Emery le pedía en este encuentro. El espigado delantero se asoció a los cuatro minutos con Coke y el lateral puso a prueba a Oblak que despejó el peligro a saque de esquina.

Fútbol directo

Tener un hombre de la envergadura de Fernando Llorente en el ataque te da una alternativa a la hora de llegar rápidamente a la portería rival. Beto y la defensa andaluza buscaron cotinuamente los balones en largo durante la primera mitad y Llorente no falló bajando al césped un alto porcentaje de ellos.

Griezmann, la pesadilla colchonera

Si hay un jugador en el Atlético de Madrid que ha llegado como un tiro es Griezmann, el francés se convirtió en la referencia ofensiva de los colchoneros durante la primera mitad. El galo iniciaba la presión muy arriba junto a Oliver Torres y esto provocaba que el Sevilla tuviera muchas dificultades para sacar el balón tocado desde atrás.

El galo iniciaba la presión muy arriba junto a Oliver Torres

Uno de los damnificados de la efectiva presión rojiblanca fue Banenga. El argentino estuvo muy pérdido en el centro del campo y esto provocó que los pases que nacían de sus botas acabaran en multitud de ocasiones en un jugador rival. El Sevilla no tenía un plan claro, el balón largo funcionó al principio y el toque después empezó a fallar.

Error de niños

En el minuto 35 a Griezmann le caía un balón con nieve desde el cielo, Carriço lo marcaba y ambos se van al suelo en la frontal del área sin que Clos Gómez señalara nada. La jugada continuaba y el más listo de la clase, Griezmann, se la daba desde el suelo a Koke ante la pasividad de Tremoulinas y el defensa abría la lata en Nervión.

Griezmann se la daba a Koke ante la pasividad sevillista

El Sevilla se colocaba por detrás en una jugada estúpida y con la sensación de que el Atlético de Madrid estaba siendo el dominador del choque. Los andaluces intentaron devolver las tablas al marcador en un último arreón final antes del pitido de los primeros 45 minutos.

La segunda mitad empezó con cierta polémica, cuando apenas se habían jugado 40 segundos, Griezmann llega tarde a un balón dividido con Iborra y Clos Gómez decide sacarle amarilla. Esta tarjeta cobró más importancia un par de minutos después. Un fallo defensivo de los locales lo aprovechan Torres y Griezmann, el español asiste al francés, este no llega y se deja caer. El colegiado le amenaza con sacarle la segunda pero finalmente se la perdona.

Este simulacro de ocasión fue la última de la que dispusieron los hombres de Diego Pablo Simeone. El Sevilla comenzó a tocar, Krychowiak se hizo el dueño y señor del centro del campo y Banega empezó a crear el fútbol en sus piés, asociándose con Reyes y colocando a los andaluces en las inmediaciones del área de Oblak.

Para conseguir más remate, Emery movió el banquillo

A los acercamientos nervionenses aún les faltaba un aspecto fundamental para hacer el gol del empate, el remate. Tocaban y tocaban pero los disparos claros no llegaban y el reloj seguía corriendo con el 0-1. Para conseguir más remates Emery, movió el banquillo y dio entrada Krohn-Dehli, Konoplyanka y Gameiro por el lesionado Carriço.

El Sevilla buscaba el gol con todo y el Altético de Madrid se defendía agazapado atrás, esperando una contra que matara el partido con el segundo tanto. Simeone movió el banquillo y para buscar el gol en esas contras dio entrada a Carrasco.

Mazazo en forma de gol

No sería el joven delantero belga el que pusiera más distancia en el marcador sino el capitán Gabi. En una falta en el centro del campo y tras un cambio colchonero, el capitán la coge y totalmente solo dispara desde lejos, el balón rechaza en Krychowiak y Beto, a contrapié, es incapaz de detener el chut que acaba alojado en las mallas en el minuto 79.

Jackson Martínez hace sangre

Con el Sevilla volcado en el ataque tras el doloroso 0-2, el Atlético de Madrid tenía más espacios para llegar a las inmediaciones de Beto. Jackson Martínez tenía hambre de gol y así lo demostró en el 85 combinando con Griezmann y realizando un golpeo ante el que Beto solo pudo hacer la estatua y bajar los brazos. El gol con acento colombiano volvía a Sevilla pero no con color nervionense.

Imagen: LFP.es

El Sevilla poco pudo hacer y en los últimos cinco minutos del choque fue un juguete en manos de un Atlético que incluso pudo ampliar su ventaja tras un trallazo de uno de los mejores jugadores del partido, Griezmann.

Los andaluces tienen que mejorar mucho, sobre todo de cara al gol ya que los acercamientos se dieron pero los remates claros nunca llegaron. Emery tiene trabajo por delante para mantener al Sevilla arriba en la clasificación liguera.