Pintaba noche de gala en el Sánchez-Pizjuán, aunque el partido ya venía en una condición límite para el Sevilla, algo que atemorizó al cuadro de Emery durante todo el encuentro, superado siempre por las circunstancias. Éstas fueron aprovechadas por un Manchester City más maduro en estos choques de alta gama.

Así, el peligro corría de su parte, demostrando una personalidad propia de un equipo ganador, peleando para llevarse el partido desde el principio. Para ello se valían de la velocidad de Sterling, originando hasta tres llegadas con peligro en los primeros compases, aunque solo una de las mencionadas acabó con un disparo a puerta, de Bony, y atrapado por Rico.

Rayos celestes

Sterling y Fernandinho ponían rápidamente el partido de color celesteEse desenfreno en ataque tuvo su recompensa bien pronto, en el minuto 7, cuando Sterling, a pase de Bony, cruzó ante la salida del meta hispalense para adelantar a los citizens. Y sin tiempo para la reacción local, tres minutos después Fernandinho ampliaba la ventaja con un cabezazo tras un despeje de Rico a disparo de Bony. El Sevilla, K.O.

Pero no quedó ahí la cosa, ya que Navas, en su vuelta a casa, casi hace de villano. Y de la manera que mejor sabe hacer, con el balón pegado al pie derecho, del cual se sacó un zapatazo que solo el palmeo de Rico y el poste decidieron que no fuera la sentencia.

Tras el baño inicial, el Sevilla despertó y comenzó a generar juego, sobre todo por la banda de Vitolo, desde donde llegó todo el peligro en la primera mitad. De hecho, fue el canario el que originó la jugada del gol, precedida por un remate alto de Llorente tras peinar Iborra la pelota en el primer palo. Poco a poco se encontraba el Sevilla a sí mismo, y fruto de ello le cayó un halo de esperanza con el tanto de Tremoulinas, a centro de Coke y tras cabalgada del propio Vitolo.

Tan cerca, tan lejos

El partido, en el minuto 25, volvía a tener vida, e incluso casi se reinicia con el empate a dos, evitado por Hart al despejar un cabezazo de Kolo a la salida de un córner. En el rechace, Iborra, con todo a favor, la mandó fuera. Ahora sí se creía el Sevilla que podía meterle mano a este Manchester City, pero nada más lejos de la realidad. Cuando el lobo se siente amenazado, ataca de nuevo.

Y tal cual. Bony, a diez minutos del descanso, silenciaba Nervión tras culminar una gran acción de Navas, que condujo hasta que vio al africano desmarcado y le envió un caramelo que desenvolvió y encontró el premio del tanto, merecido por su gran partido. Hasta el descanso, nada ocurrió, con un Sevilla totalmente flagelado ante los golpes tremendos venidos desde Inglaterra.

La reanudación trajo consigo un panorama más desolador, pues a la evidente falta de ideas del Sevilla se le sumaban los incansables contragolpes del City, cuyo cuentakilómetros parecía estar siempre revolucionado. En una de esas transiciones faltó poco para dejar el partido finiquitado, salvando Rico la ocasión de Sterling.

Hart no tuvo trabajo en toda la segunda mitadLos ingleses, tranquilos. Más si cabe ante un rival que no creaba ni ocasiones, pues toda jugada que trenzaba culminaba en saque de esquina como la opción más peligrosa. E incluso se seguía librando de que el marcador fuera abultado, ya que Yayá Touré no conseguía redondear su gran partido con un gol, marrando otra transición desde la frontal.

Hasta el final, ni ocasiones ni prácticamente emoción. El City desplegó sus armas, apuntó y aniquiló a un Sevilla que arrojó la toalla demasiado pronto. Los de Pellegrini, con esta victoria, se clasifican para los octavos de final. El otro partido del grupo finalizó con empate a uno, quizás la mejor noticia de la noche para el Sevilla, que, al menos, sigue teniendo en su mano alcanzar la Europa League. Porque pasar a la siguiente ronda de la Champions es una quimera.