10 victorias consecutivas lleva ya el Sevilla FC en su interminable idilio en el Sánchez – Pizjuán. Y la de ayer fue una en la que el juego no fue brillante pero un remate certero de Gameiro antes del primer minuto de juego, una jugada con mucha fe del galo que le regaló el gol a Iborra y una genialidad de Konoplyanka decidieron un encuentro en el que el Sevilla pudo golear sin sudar y donde se echó mucho de menos a Banega en la creación desde la medular.

Sin pisar el acelerador

La cara positiva del encuentro fue que el club andaluz solventó el partido sin necesidad de asediar, dominar o presionar. Esperó atrás y corrió al contraataque, desnudando a los centrales del Levante y perdonando una goleada que Mariño y la poca puntería del ataque rojiblanco evitaron. No sufrió excesivamente en defensa, aunque Sergio Rico no estuvo a su nivel habitual ya que cantó en un balón que se estrelló contra la madera y en el gol de Rossi tras un disparo fácil del italiano. Kolodziejczak demostró una vez más que no tiene nivel para este equipo, estuvo inseguro, precipitado y no supo sacar el balón. Y tampoco estuvo el Sevilla acertado en ataque ya que llegó al área granota con suma facilidad pero “solo” marcó tres goles, evidenciando, de nuevo, la falta de puntería del equipo.

Pero sin jugar un buen partido el Sevilla ganó, que era lo más importante. Y lo hizo cómodamente. Ni con el 2-1 en el luminoso dio la sensación de que le podían empatar. Lo que se reflejó en el campo fue que un Sevilla con bajas muy importantes y a medio gas era muy superior al Levante. Venció sin necesidad de esforzarse como acostumbra a hacer el equipo y, si así ganó, cuando recupere a los tocados y jueguen al máximo, puede ser una apisonadora.

Banega, insustituible

La mala noticia que dejó el encuentro fue que Banega se antoja insustituible en este equipo. Toda la creación recae sobre sus hombres. Ni Krohn – Delhi, ni Reyes, ni Konoplyanka y menos Iborra, cumplen como el argentino. El Sevilla creó contadas ocasiones desde atrás a partir del toque y la posesión del balón. Atacó con verticalidad y sobre todo con las incorporaciones de Mariano y Trémoulinas. Este método no siempre funcionará y Banega es quien debe llevar el control del juego. Pero en las últimas horas los rumores crecen, al igual que sus sospechosas lesiones. El gran juego de Éver ha despertado el interés de grandes equipos de Europa y queda libre en junio. En el Sevilla hay miedo ya que, si se marcha, ¿quién manejará al equipo? Pocos jugadores entienden lo que quiere Emery como él.