Saltó el Sevilla al mojado césped de Balaídos con numerosas novedades en el once titular. Como bien indicó Emery en la previa del choque, el vasco buscó alinear a once gladiadores para tratar de cosechar el primer triunfo lejos de Nervión en Liga. Sumar de tres en tres como visitante es fundamental para que los andaluces puedan dar ese pequeño salto en la clasificación y acercarse a los puestos de Liga de Campeones. La gran novedad de los gladiadores hispalenses fue la inclusión de Federico Fazio, presentado esta misma semana en el Sánchez Pizjuán. Junto al argentino salieron Escudero y Mariano por los laterales para buscar mayor profundidad. En el centro del campo actuó Carriço junto a N’Zonzi y Krohn-Dehli. La creación corría a cargo de Konoplyanka y Reyes. Llorente tuvo la oportunidad de actuar como titular para reivindicarse con su juego y goles.

Celta y Sevilla, gallegos y andaluces, enemigos íntimos que se veían las caras por segunda vez, (todavía queda una) esta vez con Balaídos como escenario. Los hispalenses sabían la fórmula para ganarles a los de Berizzo, velocidad en los contragolpes y en las transiciones de balón. Los jugadores del Sevilla saltaron con una actitud ciertamente diferente a sus últimos desplazamientos en los que desperdició la primera mitad. Las llegadas por banda de Escudero y Mariano a las que se sumó Reyes para buscar una de las mayores debilidades del Celta, el juego aéreo.

Apuesta a la basura

La principal novedad del once titular del Sevilla, Federico Fazio, vio como su debut en su segunda etapa como jugador nervionense se truncaba a los 25 minutos de partido. Dos tarjetas amarillas, la primera en el minuto 3 y la segunda en el 25 provocaban que los andaluces se quedaran con 10 con más de una hora de partido por delante. Emery tenía que reestructurar el esquema y retrasar a Carriço para colocarlo como central y dejar a N’Zonzi como pivote defensivo. Los problemas llegaban demasiado pronto para los rojiblancos en forma de una expulsión.

Tras quedarse los hispalenses con 10, el Celta comenzó a tener más el balón pero esta posesión no se transformó en ocasiones de verdadero peligro más allá de algunos disparos lejanos. El Sevilla no se descomponía y jugaba el balón con mucho orden, quedaba mucho partido y el desgaste de jugar con uno menos aún no había aparecido para los futbolistas dirigidos en el banquillo por Carcedo (segundo de Unai Emery).

Superioridad en juego a pesar de la inferioridad numérica

El Sevilla volvió a tomar el control del partido y los acercamientos con peligro comenzaron a sucederse pero los vigueses se encontraron con un desacertado Fernando Llorente. El riojano no atinaba a disparar ni con el pie ni con su mejor arma, la cabeza. El peligro se palpaba pero los disparos a puerta no llegaban. Precisamente en una jugada tocada tras un saque de esquina por el espigado delantero, su prolongación la recogía Daniel Carriço en el área viguesa y ponía en el marcador el 0-1 en el minuto 43. Los andaluces se colocaban por delante a pesar de jugar con uno menos y se marchaba a los vestuarios con la sensación de no haber sufrido demasiado a pesar de la diferencia numérica.

El Celta a por todas

Saltó el conjunto local en la segunda mitad con la idea muy clara de igualar un choque que se le estaba yendo por el momento gracias al gol al filo del descanso de Carriço. Los hombres de Berizzo salieron en tromba en busca del empate y mientras tanto el Sevilla no movía su banquillo en la reanudación. Calentaban en la banda Vitolo, Banega y Gameiro, curiosamente ningún hombre de características defensivas.

En el primer cuarto de hora de la segunda mitad, el Celta de Vigo embotelló a un Sevilla que era incapaz de encadenar dos pases seguidos y que abusaba del balón largo para buscar a un Llorente que no estaba teniendo su tarde en tierras gallegas. Los patadones de los andaluces facilitaban que los gallegos no tuvieran que fijar demasiados futbolistas en zonas defensivas, por lo que los problemas se multiplicaban en las cercanías de la portería de un Sergio Rico que por el momento había salvado con solvencia todas las ocasiones.

Movimiento de fichas y empate

Con el cansancio, que como es entendible se notaba más en las piernas de los sevillistas, ambos conjuntos empezaron a mover sus banquillos para dar refresco en un partido que parecía iba a necesitar de nuevos efectivos. El Sevilla dio entrada en primer lugar a Vitolo y Banega por Konoplyanka y Reyes. El ucraniano no había aparecido demasiado y fue el primer sacrificado por un Emery que se contenía en la grada de Balaídos.

Berizzo por su parte no se quedó atrás y echó el resto con su cambios. Sacó del terreno de juego a Radoja y al defensa Jonny para dar entrada a Marcelo Díaz y Guidetti. Entre tanto cambio y movimiento en los banquillos, el Celta se aprovechó para entrar por la banda derecha y Wass sacó un centro a media altura hacia el área de Sergio Rico para que Beauvue se metiera en medio de Rami y Carriço para hacer el 1-1 en el minuto 64. Los locales igualaban un choque que llevaban dominando desde hace muchos minutos.

Sufrimiento final

Tras el empate de los vigueses, el Sevilla intentó volver a su fútbol y comenzó a tocar más en la salida de balón, demasiado tarde quizás teniendo en cuenta que de esa forma retrasaba en el tiempo los acercamientos de un Celta que estaba desatado. Pero la nueva fórmula le duró poco a los andaluces. Los celestes llegaban con suma facilidad y Banega y Gameiro no conseguían generar el más mínimo peligro. Los protagonistas tendrían que ser hasta el final en el Sevilla los defensas.

Con el Celta volcado y creando ocasiones y el Sevilla buscando defenderse como podía se llegó al final de un choque que se le puso sorpresivamente a los nervionenses de cara en el 43 y que aguantó con la mínima ventaja hasta el 64. Un punto que le sabe bien a los visitantes pero que decepcionará en parte a los locales.

El Sevilla conserva con este empate la quinta plaza en la Liga BBVA con 37 puntos y lo que es más importante aún no ve recortada su diferencia con sus perseguidores, Athletic y Celta de Vigo. El Villarreal, cuarto clasificado, sigue estando a ocho puntos y los andaluces ya pueden empezar a pensar en la vuelta de las semifinales de Copa del Rey, un choque que a priori se debe solventar con la definitiva clasificación para la final del 21 de mayo.