En el deporte en general y en el mundo del fútbol en particular existe la creencia de que tarde o temprano tendrás una segunda oportunidad. Ya sea ganándole a ese equipo que te privó de un título, de la permanencia o de meterte en Europa. Estas segundas oportunidades parecen estar preparadas por el destino, ese en el que muchos creen y otros prefieren no hablar por si se les volviera en su contra.

El partido del pasado jueves entre Sevilla y Athletic no tenía a priori ninguna cuenta pendiente pero con el paso de los minutos y los goles, se fueron abriendo algunas y estas no tardaron mucho en saldarse. Los auténticos protagonistas del partido pasarían a ser tras el final del tiempo reglamentario los encargados de lanzar las penas máximas y por consiguiente los guardametas preparados para detener tantas como pudieran.

Beñat, un pasado verdiblanco

La ciudad de Sevilla tiene una idiosincrasia que la hace muy diferente al resto de las de la geografía española. El disfrutar de dos equipos en la máxima categoría del fútbol nacional y el tener uno de los derbis más atractivos a nivel mundial hace que los duelos entre Sevilla y Betis sean un partido en el que no importa cómo estén clasificados unos u otros, siempre habrá disputa por cada balón.

El 2 de mayo de 2012 se enfrentaban Sevilla y Betis en la Liga BBVA. Los locales jugaban sus últimas bazas para entrar en puestos europeos y los visitantes tenían ya la salvación matemática lograda pero querían vencer en el Sánchez Pizjuán. Los de Nervión se pusieron por delante a los cinco minutos con un gol del hoy valencianista Álvaro Negredo. En la recta final del primer acto, Beñat haría el gol del empate y certificaba de esa forma el mejor fútbol que estaban realizando los entrenados por Pepe Mel.

En el segundo tiempo el Betis dominó desde un principio mientras los minutos iban pasando sin que el marcador se moviera hasta que en el minuto 93, una falta en la frontal del área a favor de los heliopolitanos era lanzada a la perfección, nuevamente, por Beñat. Superaba la barrera y la ajustaba a la cepa del poste para que Javi Varas no pudiera hacer nada con su estirada. La locura llegó para los jugadores verdiblancos y el premio era doble ya que además de los tres puntos dejaba sin posibilidades de entrar en competición europea a los sevillistas.

De Heliópolis a Bilbao

Con el traspaso de Beñat al Athletic Club de Bilbao, el vasco volvió a su nivel tras abandonar la disciplina verdiblanca en un nivel bastante bajo de forma. Este jueves se volvía a encontrar con el Sánchez Pizjuán en un partido transcendental (ya lo había hecho en Liga) y esto se notaba en la motivación que tuvo el ex bético en todo el encuentro. Ese plus de energía motivó que su centro fuera completamente preciso en el segundo tanto vasco.

El momento de David Soria

Los goles del Athletic llegaron tras dos errores admitidos por el propio David Soria. En el primero de ellos no acierta a blocar un balón que viene envenenado y que acaba en el fondo de las mallas. En el gol que empataba la eliminatoria, su indecisión a la hora de salir del área pequeña provoca que se quede en tierra de nadie y Raúl García le rebase con un testarazo picado.

Cara a cara con Beñat

Los penaltis depararon el enfrentamiento con 11 metros de por medio entre Beñat y David Soria. El primero era más pitado que sus compañeros antes de lanzar ya que en Nervión no se olvidaba su pasado verdiblanco y el segundo se conjuraba para “parar un penalti como fuera”. El bilbaíno lanzó a la derecha de David Soria aunque no demasiado escorado y este se lanzó perfectamente para blocarlo.

Beñat se lamenta tras el fallo| Imagen: Juan Ignacio Lechuga (Vavel.com)
Beñat se lamenta tras el fallo| Imagen: Juan Ignacio Lechuga (Vavel.com)

Lo que vino en el instante inmediatamente posterior al fallo fue muy esclarecedor de la tensión que se estaba viviendo, el guardameta se golpeaba el balón en su cabeza y soltaba toda la rabia contenida tras una mala actuación en el tiempo reglamentario. El lanzador se derrumbaba y el gol de Gameiro terminaba por provocar las lágrimas de un Beñat que, esta vez, no pudo triunfar ante el Sevilla.

Casi cuatro años tardó el Pizjuán en redimirse de aquel gol de Beñat y una tanda de penaltis tuvo que esperar David Soria para recuperar esa moral que había perdido en el partido. El destino les cruzó y finalmente el triunfador fue el Sevilla que se clasificó para su tercera semifinal consecutiva de Europa League.