El director deportivo del Sevilla quiso romper el silencio de los últimos días tras su marcha frustrada del club hispalense que se remitió a su clausula de rescisión para dejarlo irse y aprovechó los micrófonos de SFC Radio para dar las explicaciones que él consideró a la afición sevillista. Así manifestó lo siguiente: 

“Ahora mismo me encuentro asimilando todo lo que ha pasado y asumiéndolo, con la sensación de no haber conseguido lo que pretendía. Pero asumía esa posibilidad desde el primer momento que planteo la posibilidad. Asumiendo, además, que cuando decido dar el paso, la posibilidad de no conseguirlo estaba ahí. Y asumiendo también algo triste, que no he sido capaz de que nadie me creyera. Ésa es, quizá, la pena más grande que tengo. No haber sido capaz de convencer a nadie de algo tan sencillo como lo que estaba planteando. Quizá la estrategia usada no fue la mejor, pero creo que es la única que podía llevar a cabo. Pero todo esto ya, desde el martes a las ocho y media de la tarde, es historia. Estoy volcado en mi trabajo. Pero sí tengo esa pena de no haber sido capaz de que la gente, no la mayoría, pero mucha, haya creído lo que decía.

Y me da pena porque, cuando lo planteo todo, lo hago con un objetivo demasiado sencillo, por eso a lo mejor nadie me ha creído. Hace un mes, en mi entorno familiar, que me conoce y me sufre, comienzo a darme cuenta, tras un año difícil y complicado, de que hay algo que no va bien dentro de mi cabeza. Perder el día del Espanyol, Athletic o Granada… Esos días mi tristeza, mi amargamiento y mi cabreo, es mucho mayor que la alegría de ganar en Basilea. Sufro un colapso en mi cabeza cuando las derrotas llegan. Y reflexionando con mi familia, pensé parar un poco y reciclar. Soy más sevillista que director deportivo, y eso puede pasarme factura. Esos momentos no los amortizo con momentos de felicidad. Y hablando con mi entorno, pensé que podría ser momento de parar.

Terminadas las finales, tomé el compromiso con mi gente de que si ganaba uno de los dos títulos, era el momento de plantearlo. Tenía una fecha fijada más o menos, la del martes tras la celebración. Pero ahí empezó otra vez la eterna duda. Y al final pasa el martes, miércoles… y seguía trabajando…y seguía en esa lucha. Llegó fin de semana, el domingo estaba con mi familia y di el paso de decidir que sería ese lunes el momento.

Hago un paréntesis para decir que el día no pudo ser peor, no me acordaba de que ese día el presidente tenía un tema personal mucho más importante que Monchi y su situación. Le pedí perdón en privado, ahora lo hago en público, porque no era el día para el José Castro padre. Pero decidí que lo era. Así lo anuncié tras un Consejo de Administración tranquilísimo, como son siempre. Se habló de la planificación, incluso más detallada que otras veces, y terminada mi exposición anuncié al Consejo mi decisión. No digo me voy del Sevilla. Soy consciente de mi contrato y le pido que me dejen irme del Sevilla. ¿Por qué? Porque necesito descansar, coger aire fresco y desbloquearme. Qué significa eso, pues solamente eso. Asumo que fui quizás más agresivo que en otras circunstancias, pero no porque tuviera quince millones de equipos haciéndome ofertas, ni 24 horas para responder. Sino porque mejor que nadie yo conozco a Monchi. Y si no soy tan agresivo en cuanto a los plazos, sé cómo es Monchi y sé que si hablo de un tiempo… no consigo lo que quería, que era, simplemente, descansar. Entonces, el primero que evita que Monchi salga del Sevilla es el propio Monchi. Porque hubiera empezado de nuevo con las dudas, el no saber… Y necesitaba la urgencia por mí. Porque no iba a ser capaz de afrontarlo. Había dado un paso imposible de pensar que pudiera darlo y necesitaba respuesta para que Monchi no se comiera a Monchi.

¿Cuál es el momento de decirlo? ¿Cuál la forma? Es muy difícil. Sabiendo todo lo que se ha formado, no hay un día en el calendario para que mi anuncio tuviera cierto respaldo. Hacer la planificación e irme al lunes siguiente… pues podría haber sido una opción. Pero como conozco a Momchi, sé que si hago eso, desde el martes 31 de mayo al 1 de septiembre tendría a mucha gente diciéndome que no me fuese.. si me voy, diciendo que si tenía la cabeza fuera, que no está trabajando bien… y al final habría dicho que me quedaba.

Pero imaginaos que aguanto el tirón. Perdemos Supercopa de Europa, la de España, el equipo comienza mal y yo digo que me voy. Entonces se diría que dejo al equipo tirado, que no soy tan sevillista, que no he sido capaz sacar esto adelante….  No hay momento. Y lo fijé para el 30 de mayo. Posiblemente tampoco lo era en esa fecha, de hecho me he dado cuenta de que, para mi salida, ningún momento era bueno. Pero insisto, lo único que quería era descansar. No tengo ofertas de nadie, nadie me ha puesto entre la espada y la pared… aunque entiendo que la gente no comprenda una cosa tan sencilla.

El problema es que no me conoce mucha gente y han hablado de mí estos días pensando en qué haría Monchi siendo ellos. Y a mí no me conocen. Y como no me conocen, han empezado a elucubrar que si el PSG, el United, una confrontación con José María Cruz, con el presidente, disconformidades con el presupuesto… Cuando todo era mucho más sencillo, quería descansar. Pero entiendo que eso no es noticiable. Solo planteé mi salida por eso, porque quería descansar, creí que me estaba comiendo por dentro, no estaba disfrutando. Y la gente me dirá: “Hace diez días estabas contento por el título”. Sí, había ganado el Sevilla, pues claro. Pero eso nada tiene que ver en que esté cansado.

¿Cómo ha actuado el club? Ha hecho lo que tenía que hacer. Lo que Monchi hubiera hecho, poner por delante al Sevilla. El Monchi del 30 de mayo hubiera hecho lo mismo, poner al Club, al Sevilla, por delante de Monchi. Me hubiera gustado que hubiese valorado mi necesidad, pero legítimamente ha hecho lo que tenía que hacer. En los 15 minutos de mi exposición fueron los únicos en los que puse a Monchi por delante del Sevilla. Era una necesidad y la reacción del Club me parece lógica. Lo tenía como una posibilidad y lo asumo con toda normalidad.

Sobre la cláusula: No me voy a ir del Sevilla nunca pagándola. No puedo irme así, es imposible. No puedo salir del Sevilla por la puerta de atrás. Sé cuáles son las puertas para entrar y para salir. No me iré por voluntad propia. Otra cosa es que las cosas vayan mal, pero por voluntad propia, no. Llevo 28 años aquí y el día que salga lo haré de frente, siempre de frente.

A partir de aquí, no hay que mirar para atrás. Tengo que dar públicamente las gracias a todos aquellos que me han apoyado través de mensajes, por redes sociales… Y pedir perdón a todos aquellos que han sufrido o han tenido un momento de duda. A los que haya podido hacer daño. Lo único que quería era descansar. No tenía, ni tengo ni quiero otra cosa, que no fuera ésa. Gracias a todos y perdón a los que quitado un minuto de sueño.

A partir de ahora no quedará ninguna secuela. El Sevilla FC está muy dentro de mí y sé desvincular las cosas. Evidentemente necesito ese descanso, pero creo que también hay formas y maneras de poder paliarlo. Estamos trabajando para conseguir que ese bloqueo no vuelva a producirse. Sé que es lo que se dice en estos casos, pero es la verdad, mi entrega y dedicación será, si cabe, mayor que siempre. Porque a esos a los que he pedido perdón, a los de colorao, a todos les debo ese esfuerzo. Les debo las horas de sueño que han tenido de menos y las horas de dudas. Y más entrega si cabe a los que me han dado tantas muestras de apoyo. Si mi responsabilidad con el Sevilla FC siempre ha sido eterna, ahora lo es multiplicado por mil. Creedme por favor. Es lo único que pido. Es lo que más me duele, que no haya sido capaz de que la gente me creyese. No le busquen los tres pies al gato porque es la realidad.

Para todo el que escucha, insistir, no tengáis ninguna duda de que lo que ha pasado ya pasó, la ilusión y las ganas de seguir trabajando en el Sevilla desde el martes a las ocho y media de la tarde máxima. Estoy convencido de que nos vamos a volver a ilusionar este verano con la plantilla que conformaremos y que todos pelearemos por seguir los éxitos que anhelamos. Cuando el Sevilla FC consigue éxitos, la mayor alegría que tengo como profesional es hacer felices a los sevillistas. Ése va a ser el objetivo, volver a hacerlos felices.

Quiero dar las gracias a José María Cruz por el comportamiento que ha tenido conmigo estos días. A él le dije el lunes por la tarde que la única solución que encontraba a todo esto era sacarme el cerebro y cambiármelo. Tengo la voluntad de club de ayudarme a no llegar a esos estados de colapso y solo puedo tener palabras de agradecimiento. Seguiremos trabajando sin levantar ni un milímetro el pie del acelerador. Me quitaré un poco de otras cosas en las que creía aportar valor, pero en las que aporto… ¡a hierro!”.