Reparto de puntos en El Molinón en encuentro perteneciente a la séptima jornada de la Liga Adelante, y que no respondió a las expectativas creadas por la pobre propuesta del cuadro visitante. Los de Rubí, con un juego rácano, apenas plantearon nada y estuvieron durante gran parte del partido a expensas de los rojiblancos. Pese a ello, se adelantaron al convertir un gol en el único cuarto de hora en que se soltaron la melena, para desperdiciar la ventaja al encomendarlo todo a dejar pasar el reloj y ser castigados a balón parado, con el consiguiente empate que lució en el marcador a la conclusión de los noventa minutos.

El Sporting comenzó dictando el ritmo

Desde el pitido inicial el Sporting, quizás con la confianza que van dando los resultados positivos -empezaba el partido sin conocer la derrota, como a la postre terminaría-, se mostró dominador. Nada que ver con la versión de los inicios de Abelardo al mando del cuadro gijonés, donde se veía un estilo más defensivo. Así, con la posesión pero siempre intentando imprimir un alto ritmo y apostando por el juego por bandas, los locales comenzaron mandando en El Molinón.

Enfrente, el equipo dirigido por Rubí era la antítesis de lo que se le presupone a un entrenador de La Masía. Fuerte en defensa, el Valladolid tenía que conformarse con guardar su meta toda vez que sus salidas, producidas a cuentagotas, apenas pasaban la medular siempre mal conducidas por un desacertado Bergdich, sin que el habitual faro pucelano, Óscar, interviniese apenas en el juego.

(Foto: Purificación Citoula - EL COMERCIO).

El juego se desarrollaba en gran parte en la parte del campo correspondiente a los vallisoletanos, que eran los que sufrían las ocasiones en sus propias carnes. Lo intentaron sin éxito Pablo Pérez, con una vaselina que se fue desviada, y Nacho Cases y Guerrero con sendos disparos de media distancia a los que respondió con acierto Javi Varas. También el propio Guerrero fue protagonista de un buen desmarque al costado derecho que terminó con un centro chut al área pequeña al cual no llegó Pablo Pérez.

El ritmo del partido iba bajando, si bien el dominador continuaba siendo el cuadro asturiano, aunque con más problemas para romper el entramado defensivo visitante fortalecido con la presencia de Timor como stopper por delante de la defensa, sin la menor presencia en la fase ofensiva como si de un tercer central se tratase. El propio Timor fue el único, junto a Roger, que intentó inquietar a Cuéllar con un disparo desde el centro del campo que no llevó una pizca de peligro real. Sí fue algo más cargado de suspense un remate desde dentro del área del ariete valenciano, bien repelido por el meta local. Poco más hubo en una primera mitad monopolizada sin premio por los del 'Pitu' Abelardo.

Cambio de guion rápido y fructuoso

Difícil era que el Valladolid se desempeñase en la continuación peor de lo que lo había hecho en los primeros cuarenta y cinco minutos, en los que su rendimiento estuvo a años luz del cartel de líder con el que aterrizó en la capital de la Costa Verde, y salió más despierto al segundo acto. Tirando sobre todo de calidad individual, avisó primero Alfaro que burló el fuera de juego y la salida de Cuéllar para fallar estrepitosamente a puerta vacía. Pero enseguida su error quedó olvidado con el primer y único tanto pucelano, obra de Bergdich. Blandísima la defensa en la acción, permitiendo el giro a Óscar que estaba de espaldas y dio un pase simple al de Compiègne, que definió bien tras menos de un cuarto de hora de la reanudación.

No tardó en reaccionar el Sporting, que se vino arriba y apenas tardó cinco minutos en hacer lo necesario para la igualada, si bien el árbitro anuló la acción. Recibía Guerrero en posición más que reglamentaria y encaraba a Varas cuando oyó el silbato del árbitro: fuera de juego incorrectamente señalado por el asistente que impidió que culminara una jugada con marchamo de gol.

Dominante e incisivo por bandas, al Sporting le faltó un rematador para llevar más peligro

Pese al jarro de agua fría no se vinieron abajo los de Abelardo, quien reaccionó con dos cambios que reactivaron al equipo. Con todo en el campo y arriesgando en defensa para buscar al menos el empate, comenzó casi media hora de asedio. Jony, que hizo un traje a Chica, se hartó a llegar por su costado izquierdo, si bien echó en falta los centímetros en juego del año pasado y no logró la manera de combinar con Guerrero, peleón pero tan diferente a Lekic y Scepovic que anula cualquier intento de comparación.

La muralla vallisoletana parecía infranqueable, pero el Sporting mantenía un punto de calma propiciado por la cobardía de Rubí. El míster visitante, que tenía una opción fabulosa de buscar la sentencia conjugando la velocidad de sus atacantes y la obligada valentía del rival, optó por reforzar la defensa relevando a un extremo -Bergdich- por un lateral -Mojica- y la apuesta le salió rana. Con un escaso acercamiento, aunque en él Óscar estuvo a punto de batir con un buen cabezazo a Cuéllar, se limitó a verlas venir y esperar, y llegó el castigo. Juan Muñiz, con su zurda de seda, golpeó un golpe franco largo al área, donde Javi Varas prefirió esperar a que despejase un compañero y vio cómo era un rival, Guerrero, quien tocaba lo justo para despistarle y lograr un merecidísimo empate a cinco minutos del final.

Guerrero se dispone a finalizar la jugada que anuló el colegiado por supuesto fuera de juego. (Foto: Purificación Citoula - EL COMERCIO).

No calmó a las tropas rojiblancas el punto momentáneo, y el asedio se magnificó. Bernardo jugó los últimos minutos arriba en busca de ajusticiar del todo a un Valladolid que, hasta el pitido final, solo buscó interrupciones y pérdidas de tiempo mientras los locales buscaban un segundo gol que no estuvo cerca pese a las buenas intenciones.

Finalmente, reparto de puntos que no dejará con buen sabor de boca a ningún equipo. A los locales, que siguen siendo el único equipo invicto de la categoría, por la sensación de haber sido superiores sin lograr plasmarlo en el luminoso. Y, en el caso visitantes, por no mantener la renta obtenida por medio del gol de Bergdich cerca de la hora de juego.

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Sobre el autor
Manuel F. Cartón
Diplomado en Ciencias Empresariales sobre el papel, pero periodista de vocación. Soy redactor de tenis y de la sección de fútbol del Real Sporting de Gijón.