No era el más rápido, ni el más alto, ni el que más condiciones tenía. Su técnica era buena pero inferior a la de muchos otros. En definitiva no tenía el talento de otros genios, pero era muy inteligente y conocía a la perfección sus limitaciones. Además tenía uno de los rasgos que atesora cualquier gran goleador: la portería siempre en su punto de mira.

“El brujo”, nombre que se le atribuyó al acertar a comienzos de temporada el número de goles que iba a anotar en ella, es sin lugar a duda el mejor jugador que ha vestido la camiseta del Sporting, siendo además uno de los estandartes del sportinguismo por toda España, incluso por ciertos lugares del mundo, ya que fue el delantero de la Selección en los mundiales de Argentina y España. Ocupa el séptimo puesto en la clasificaciones de goleadores de Primera División, con 219 goles -165 con el club asturiano-, por detrás de mitos como Messi, Zarra, Hugo Sánchez, Raúl, Di Stefano y César.

Quini extremo, un fracaso

Comenzó jugando en el equipo de su colegio avilesino, el Club Deportivo Bosco, para luego ascender en juveniles al Bosco Ensidesa, club que patrocinaba la empresa donde trabajaba su padre. Tras ser convocado por España para el Europeo juvenil de 1967, comenzó a jugar en Tercera con el primer equipo, el Ensidesa. Sus primeros días como futbolista profesional no fueron los mejores. Quini jugaba escorado al costado derecho, donde su capacidad goleadora no podía ser explotada. Con la llegada de José Luis Molinuevo al banquillo del Ensidesa llegó su mejoría, ya que pasó a ser el ariete del equipo, donde los goles comenzaron a llegar.

Su vida cambió en día que el filial del Sporting visitó al Ensidesa. Quini anotó cuatro goles para dar la victoria a su equipo, y el Sporting, que por aquel entonces andaba falto de delanteros, se fijó en aquel chaval con semejante capacidad para ver puerta. En noviembre de 1968 Quini firmó su primer contrato con el club gijonés, habiendo rechazado una oferta meses atras del filial del Real Oviedo ante la negativa de su padre de fichar por el club de la capital.

Debutó un mes después, ante el Sevilla, en un partido que acabó con victoria andaluza por 1-0. En su siguiente encuentro llegaría su primer gol, ante el Racing de Ferrol, tras rematar de cabeza un centro de Echevarría. En aquel equipo que militaba en Segunda División el portero titular era su hermano Jesús Castro, y Quini compartía delantera con el mítico Churruca.

Ascenso y máximo goleador

En su segunda temporada en Gijón, con tan solo 20 años, Quini se echó al equipo a su espalda y a base de goles se produjo en deseado ascenso a Primera. En aquella temporada llegaría su primer trofeo al máximo goleador de la categoría, que se uniría a los posteriores cinco trofeos Pichichi al máximo goleador en Primera. Fue un año magnífico para Quini, que se convirtió en Campeón de Europa con la Selección española amateur.

En 1970 llegaría su debut con la Absoluta, en un encuentro ante Grecia que concluyó con victoria española por 2-1 con un gol de Quini. Su vida como sportinguista fue transcurriendo, sumando Pichichis y elogios por parte de la prensa española. En 1976, el Sporting descendía a Segunda, pero en la siguiente campaña iba a concluir en primera posición asegurándose el retorno a Primera.

Fichaje por el Barcelona y secuestro

En 1976, el Barcelona se había interesado por Quini tras el descenso rojiblanco, llegando a ofrecer 50 millones de pesetas. El Sporting se negó a negociar, lo que molestó al jugador. Cuatro años después, el Barcelona volvió a llamar a la puerta, y esta vez el fichaje sí se concretó, a cambio de 82 millones

Durante su primera temporada en la Ciudad Condal las cosas no podían ir mejor. Quini sumaba 20 goles y el Barcelona estaba en clara disposición de ganar el título de Liga. Sucedió entonces unos de los hechos más recordados en el mundo del fútbol. Tras un Barcelona-Hércules que concluyó con victoria blaugrana por 6-0, dos hombres secuestraron a Quini, apuntándole con una pistola y obligándole a introducirse en un coche. Durante 25 días, el mundo del fútbol quedó paralizado, nadie sabía donde estaba.

Finalmente fue encontrado. Quini permaneció más de tres semanas en un diminuto zulo. Tras su liberación, sorprendió que solo tuviera buenas palabras para sus captores, llegando a renunciar a la denuncia. El Barcelona sí que denunció, ya que con la ausencia de Quini, el deprimido vestuario culé había dejado escapar 11 puntos de 12 posibles, lo que les costó la Liga. Los dos secuestradores fueron condenados a 10 años de cárcel y al pago de un multa a Quini que este rechazó.

Doble retirada

Tras cuatro años con el Barcelona, en los que ganó dos copas del Rey, una copa de la Liga, una Recopa y una Supercopa de España, además de dos nuevos Pichichi, decidió retirarse del fútbol tras un polémico homenaje organizado por el club catalán, debido a que Quini quería que su amigo Maradona participara, pero el presidente culé Núñez se negó a causa de la venta del argentino al Nápoles meses atrás.

Un mes después, al más puro estilo Michael Jordan, Quini dio marcha atrás y volvió a los terrenos de juego de la mano del club de su corazón, el Sporting. Tras tres temporadas en las que anotó 17 goles, Quini puso esta vez sí punto y final a su carrera.

En la actualidad continua ligado al Sporting, siendo delegado y siendo una fuente de inspiración para todos los jugadores que visten la camiseta rojiblanca. Su partido más importante lo ganó en 2008, tras superar un cáncer que hizo temer por su vida, pero hace falta mucho más para llevarse de este mundo al mejor goleador que los asistentes a El Molinón hayan visto jamás.