Una vez más, la insuficiente capacidad goleadora de los rojiblancos, privó a los asturianos de sumar tres puntos muy valiosos en un partido que tenían de cara desde el minuto 20 de la primera parte. Con una superioridad aplastante y con bastantes ocasiones claras de gol, el Sporting no dio tregua a los cántabros, que tuvieron que aprovechar el único fallo de la defensa rojiblanca, para lograr el tanto de la igualada. Los más de 4000 sportinguistas que se ubicaron en el fondo sur del estadio, disfrutaron animando sin parar a los suyos creando entre ambas aficiones, un ambiente más propio de un partido de Champions que de segunda, en este simulacro de “derbi” norteño.

Primera parte: un Sporting exultante

El balón comenzó a rodar y ambos equipos -espoleados por el ambiente- se lanzaron al ataque en un partido que apuntaba bastante abierto. No tardó mucho en ubicarse mejor sobre el césped el conjunto rojiblanco, que colocó a sus jugadores en terreno rival, ganando poco a poco metros y seguridad. La primera ocasión corrió por parte de Jony. Un centro de Ndi hacía el cangués, que no logró controlar con rapidez y se quedó en nada. Primer aviso de los rojiblancos de lo que se convertiría el partido. La siguiente oportunidad de gol sportinguista, tuvo mejor desenlace. Una jugada de Carmona y Jony terminó con Pablo Pérez empujando al fondo de la red un balón en boca de gol.

Duro golpe para los racinguistas, que vieron como el Sporting se adelantaba y continuaba su particular guerra para lograr el gol de la tranquilidad. Por un lado, un Racing que sufría sin Koné sobre el césped y que no creaba peligro a la defensa rojiblanca, y, por otro, un Sporting inspirando -disputando unos de los mejores minutos de la temporada- con llegada, velocidad y contundente en defensa, no daba opciones al Racing, que veía mas cerca el 0-2 que el empate local.

Segunda parte: el Racing dio en la tecla

Tras el descanso, el Racing parecía otro. Paco ordenó unas líneas más juntas, más centrados y por momentos superando en juego al Sporting, fueron comiendo campo a los asturianos hasta lograr el control del partido y crear ocasiones. El Sporting salió del túnel de vestuarios demasiado desconectado del partido y le costó caro. El primer aviso verdiblanco llegó en forma de poste. Y es que una volea de Álvaro superó a Cuéllar por un poco, golpeando el balón finalmente en el travesaño. Fue el preámbulo de lo que sucedería en la siguiente jugada, un fallo de Isma López en defensa, que no se logró entender con el cancerbero rojiblanco, propició que Iñaki rematase a placer y lograse la igualada.

Abelardo y Paco instantes antes del partido. Fuente: lfp.es

El gol local frenó la ambición del Racing, que prefirió encerrarse atrás a defender el resultado, e incentivó a un Sporting que se lanzó en busca de los tres puntos como en la primera mitad. Comenzó el show de ocasiones desperdiciadas por los visitantes, hasta un punto en el que parecía imposible que el partido no terminase en victoria sportinguista. Ndi, Jony y Carlos Castro fueron algunos de los nombres propios del final del partido, las ocasiones falladas fueron bastantes; pero la crispación llegó con un penalti clamoroso sobre Ndi que el arbitró no pitó y que pudo suponer la victoria sportinguista.

Con el Racing encerrado desde hacía bastantes minutos en su campo y casi en su área, esperando el pitido final, el monólogo sportingusita llegó a su final. Empate, con polémica y con mala suerte para el Sporting, que vio como se escaparon de sus manos dos puntos que por ocasiones y juego merecieron ganar.

La anécdota: el penalti imposible de no ver

Con el Sporting volcado en ataqué llegó la jugada polémica del encuentro. Corría el minuto 70 y Ndi se adentró en el área local dejando atrás a sus defensores, propiciando que Fede llegase corriendo desde atrás y le embistiese sin opción de jugar la pelota. De sobra es conocida por todos la facilidad del delantero camerunés de caer al suelo al mínimo toque, por lo que el arbitro -que ya le había tomado la matricula al sportinguista- decidió sacarle la tarjeta amarilla al delantero antes que pitar la pena máxima. Penalti claro que pudo cambiar el rumbo del partido.

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