Abelardo y los ‘guajes’ no se cansaron de repetirlo: “Sentimos el escudo”. Con esa premisa, afrontaron la temporada en Segunda División con la cabeza llena de sueños, pero con los pies en la tierra. Con paso firme, conquistaron los corazones de una afición que llevaba muchos años ansiando un equipo de cantera, un equipo con ADN de Mareo. El artífice, Abelardo. Un hombre también de la casa que no dudó en devolver al histórico equipo una filosofía y un rumbo que seguir.

El domingo llegó el día. El día de ponerle la guinda al pastel. Y qué mejor manera que volviendo loca a toda la afición con dos ascensos en lugar de uno. “Nos vamos a soñar a Sevilla”, escribía Juan Muñiz en su Twitter. No sabía que el sueño se haría realidad. Esta vez, la suerte inclinó la balanza del lado rojiblanco. Algunos, decían que había habido ayuda desde lo alto. “Alejo y Manolo, ellos han sido los que metieron el gol en Motilivi”. La estatua de Pelayo fue una vez más, testigo de lo que es el sentimiento sportinguista.

Un recibimiento más que merecido

Sabedores de lo que los ‘guajes’ habían logrado esta temporada, cientos de aficionados no dudaron en coger el coche y plantarse en el Aeropuerto de Ranón. Había que hacer pasillo a los héroes y qué mejor que darles un adelanto de lo que les esperaba en su ciudad. “Asturias es rojiblanca”, clamaban los sportinguistas que esperaban la llegada de los jugadores y del cuerpo técnico.

Cuando se abrieron las puertas, las gargantas estallaron y la fiesta se apoderó del aeropuerto asturiano. Los jugadores se dejaron llevar en volandas por su gente y subieron al autobús sin dejar de gritar y saltar. Algunos, como Bernardo, el colombiano con corazón rojiblanco, no pudieron ocultar su emoción y rompían a llorar ante el espectáculo que daba la Mareona.

La ciudad se vuelca con los ‘Guajes’

Durante todo el recorrido en autobús, los jugadores y el cuerpo técnico estuvieron arropados por su gente. La ciudad se tiñó de rojo y blanco para celebrar un ascenso que ponía la piel de gallina. “Gracias afición”. Abelardo y los ‘guajes’ no han dejado de recordar a la Mareona en cada partido. Saben bien que ser del Sporting “es muy grande”. Y ayer, lo comprobaron.

Las calles abarrotadas y una Plaza Mayor que esperaba ansiosa sin dejar de cantar el himno del equipo. Con la llegada del autobús, subieron los decibelios y, de nuevo, la emoción resultaba embriagadora. Uno a uno, los guajes fueron tomando protagonismo en la celebración y cogiendo el micro. A pesar de que la celebración estaría para siempre en sus recuerdos, las fotografías no cesaban. Un espectáculo así merecía ser inmortalizado.

Dos días de sentimiento, de infarto, de fiesta… Todo era poco para demostrarles el agradecimiento a los ‘guajes’ y a Abelardo. Hay veces que las palabras se quedan cortas y es que lo vivido estos días en Gijón es difícilmente descriptible

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Sobre el autor
Laura Castro García
Periodista deportiva. Coordinadora y redactora de la sección Real Sporting de Gijón. Contacto: [email protected]