Si hay algo cierto en el mundo del fútbol, es que es un terreno muy cambiante. Lo que hoy te favorece, mañana puede convertirse en tu enemigo y viceversa. Varios son los partidos donde el Sporting de Gijón ha sido privado de su objetivo en los últimos compases, algunas ocasiones de forma polémica, es por esto que el ascenso en el último minuto cobra más magia aún, convirtiéndose en una pequeña venganza sportinguista.

Comienzo de la maldición

El primer gran golpe para los asturianos llegaría la pasada campaña, en la jornada número 26. El equipo dirigido en aquel entonces por Sandoval visitaba Riazor encuadrado en tercera posición. Los tres puntos se presentaban vitales ante un rival que estaba por encima en la tabla, y que era considerado rival directo de cara al ascenso. Bernardo despejaría el camino con el 0-1, y con este resultado llegariamos al descuento.

Deportivo y Las Palmas hundirían al Sporting en el descuento.

Cuatro de añadido. Pasa el primer minuto, el segundo, el cuarto, el quinto... Cuando ya se sobrepasaba con creces el tiempo añadido del colegiado, el Deportivo de la Coruña igualó el marcador, ante la indignación asturiana. No acabó ahí la mala racha del Sporting en el descuento ese año. En la vuelta de los playoff, con un 1-0 de renta para la UD Las Palmas, Asdrúbal sentenciaba la eliminatoria con un gol en el último segundo cuando todo el Sporting buscaba en área contraria la machada.

Fantasmas de Riazor

Con la llegada de la nueva temporada parecía que todo cambiaba. El Sporting ganaba, se situaba arriba en la tabla, y la afición estaba encantada con el devenir de su equipo. En el plano de los descuentos también parecía ir a mejor, cuando en la jornada 3, Pablo Pérez en el minuto 94 empataba en Albacete, manteniendo a los rojiblancos como invictos.

Poco duraría la buena suerte del Sporting, ya que en la siguiente jornada, ante el Girona, se iba a volver a producir una situación idéntica a la de Riazor un año antes. Con victoria por la mínima del Sporting se llegaba al descuento, y nuevamente, una vez sobrepasado el tiempo añadido, el colegiado no iba a decretar el final del encuentro.

Con el tiempo ya cumplido, un balón al área a la desesperada significaba el gol de Juncá. De nuevo indignación, protestas e incredulidad ante tal situación. Transcurrió la temporada, donde el Sporting volvió a perder puntos en la recta final de un partido en Sabadell, donde los catalanes consiguieron remontar un 0-2 adverso, culminando la remontada en los últimos minutos con un golazo de Javi Hervás.

Bendita redención

Tras estas malas experiencia, pocos eran los que cuando en Gerona se cumplía el minuto 90, mantenían esperanzas. Entonces ocurrió. El milagro llegó. Algunos dicen que fue Caballero, otros, más místicos, alegan que fue Manolo Preciado el que remató el balón al fondo de las redes. Otros en cambio, abogan por lo poético, sosteniendo que simplemente, el fútbol le debía una al Sporting.

El gol del ascenso llegó curiosamente en un descuento. Deuda saldada.

El caso es que Caballero remató, Becerra se estiró pero no llegó. Gol. El Sporting estaba en Primera, y curiosamente, era con un gol en el descuento. Aquellas nefastas tardes contra Deportivo y Girona quedaban olvidadas, totalmente obsoletas. El Diós del fútbol no se había olvidado del Sportng. La deuda estaba saldada.