Su magnífico nivel mostrado en Argentina, en Estudiantes de La Plata, le valió para que en verano de 2014, Rulli fuera el deseado por muchos equipos europeos para defender la portería. Finalmente, la Real Sociedad en colaboración con un grupo de inversión consiguió que el arquero argentino llegara a San Sebastián, aunque una desafortunada lesión a comienzo de temporada le apartó del equipo hasta el 2015.

Durante su lesión, el canterano Zubikarai fue el defensor de la meta txuri urdin, pero tras su recuperación, David Moyes apostó por el argentino, que no acusó la lesión y firmó un final de campaña espectacular, encajando 27 tantos en 22 partidos, una media más baja que Zubikarai. Su gran nivel colaboró para que la Real realizara un aceptable tramo final de Liga, aunque no les alcanzó para colarse en puestos europeos.

Muchas cualidades, pocos defectos

La principal cualidad de Rulli son sus reflejos. Es un portero capaz de firmar intervenciones de otro nivel, pero también destaca su sobriedad. Comete pocos errores, ya que Gerónimo Rulli es un guardameta muy completo, que gracias a su gran envergadura (1,90 metros) domina su área ante cualquier tipo de balón aéreo.

Tampoco es nada malo su juego de pies. En el actual fútbol, donde un portero debe convertirse en un jugador de campo más a la hora de ayudar a su equipo a sacar el balón desde atrás, Rulli es uno más, mostrando ese particular desparpajo de los arqueros argentinos con la redonda en los pies, y no es raro, ya que uno de sus ídolos es el ya mítico "Pato" Abbondanzieri, ex portero de Boca Juniors y Getafe.

En definitiva, si el Sporting quiere hacer bueno el punto ganado frente al Real Madrid y llevarse los tres puntos en su visita a Anoeta, los Sanabria, Guerrero o Jony, tendrán que superar a un Gerónimo Rulli en uno de los momentos de forma más dulces de su aún corta carrera.