Tras las llegadas de Igor Lichnovsky y Vranjes -este último con debut incluido en Mestalla, cuajando un auténtico partidazo-, mucho se hablaba en Gijón sobre la posibilidad de un tercer fichaje, siguiendo las restricciones de la Liga, es decir, sub23 y sin experiencia en Primera. Un jugador de banda derecha, el deseado.

Finalmente se llegó a la conclusión del mercado invernal sin ningún movimiento por parte del Sporting en lo que a las contrataciones se refiere. Sin embargo, la sorpresa se dio en el plano de las salidas, y es que Alberto Guitián rescindía su contrato para fichar por el Real Zaragoza de la Segunda División.

El canterano del Racing de Santander, que había llegado en 2014 al filial del Sporting, y había conseguido llegar a formar parte de la primera plantilla este mismo verano, se había quedado sin hueco tras los fichajes de Lichnovsky y Vranjes. Con el chileno y el bosnio, cinco eran ya los jugadores que tenía disponibles Abelardo para la demarcación de central. Sobraba uno, Guitián.

Guitián solo había contado en un partido de Liga y dos de Copa en la presente campaña.

Lo cierto es que el pivote reconvertido en central no había dispuesto de muchos minutos en lo que va de temporada, tan solo en la doble eliminatoria de dieceseisavos de final en Copa del Rey ante el Real Betis, además del partido de liga en Ipurúa, donde entró en el once tras las sanciones de Bernardo Espinosa y Luis Hernández.

Con la lesión del colombiano en el Madrigal y las limitaciones que pone la Liga al Sporting para fichar, parecía abrirse una oportunidad para Guitián, pero finalmente, el director deportivo del conjunto asturiano, Nico Rodríguez, conseguía la complicada misión de reforzar al Sporting en posiciones defensivas de manera solvente, por lo que el camino de Guitián en Gijón se cerraba definitivamente. 

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Sobre el autor
Jorge Tuñón
Filología en Oviedo, enamorado del Periodismo y el deporte. Secciones del Sporting de Gijón y del Real Madrid