“Si no puedes volar entonces corre, si no puedes correr entonces camina, si no puedes caminar entonces arrástrate, pero hagas lo que hagas, sigue moviéndote hacia delante”. Esta famosa frase de Martin Luther King es la que, como un mantra, deberían hacer suyo jugadores y aficionados rojiblancos. Son cuatro jornadas las que quedan, cuatro oportunidades de sobrevivir y de demostrar que Gijón es una ciudad de Primera División. En este lluvioso miércoles el Sporting ha demostrado que no hay que dar nada por hecho y que un partido no se termina hasta que el árbitro pita el final. Una victoria, tres puntos que dan alas a este equipo y que lo dejan, al menos por un día, fuera de los puestos de descenso. 

El Sporting consciente de la importancia del partido comenzó el encuentro fuerte, con un primer acercamiento que terminó con un saque de esquina que Rami se encargó de enviar fuera del área. La insistencia de los rojiblancos tuvo el resultado más injusto. En el minuto 9, Iborra cruzaba el balón dentro de la portería de Cuéllar, el pase de Llorente medido al milímetro dejo a la defensa y a la afición parada. El Sevilla se ponía por delante y el partido tomaba tintes similares al del pasado sábado ante Las Palmas.

Pero este equipo no tira la toalla. El Sporting continuaba acechando el área andaluz. El equipo de Abelardo insistía con centros laterales que lamentablemente no encontraban un rematador claro. Lo intentaba Halilovic, Jony e incluso Sanabria. Tantos intentos tuvieron su recompensa, recompensa que llegó el minuto 22. En una contra rapidísima del Sporting que Jony supo manejar con soltura, su centro lo intentó despejar Krychowiak pero el balón terminó dentro. Los rojiblancos merecían el empate y durante los siguiente minutos acecharon al Sevilla en el terreno de juego. Los andaluces encerrados en su área se descubrieron ante un Sporting que poco tenía que perder. Solo en los últimos 5 minutos el Sevilla mostró una leve mejoría, fue entonces cuando el equipo de Emery decidió probar a Cuéllar, aunque los intentos de Krychowiak y Cristóforo se perdían en la gradería. Un minuto antes del descanso Emery se vería obligado a efectuar su primer cambio, Rami, lesionado, dejaba su puesto a Kolo.

La charla de Emery al descanso parece que caló en sus jugadores, al menos durante los primero minutos. Aunque en el minuto 50 Sanabria estuvo a punto de hacer estallar al Molinón de emoción pero su vaselina se marchó demasiado alta. 60 segundos después Cuéllar se luciría al sacar un centro de Escudero, jugada por la que también vería una cartulina amarilla al intentar simular una agresión.

Intercambio de balones y de ocasiones por ambos lados, Jony como máximo exponente en la delantera rojiblanca lo intenta sin acierto, el mismo que tiene Konoplyanka de cara al feudo de Pichu. Providencial también estaría Cuéllar en su mano a mano con Llorente. El Sevilla, a pesar de que no se jugaba nada, imponía en el campo su fuerza mientras que el Sporting rodanba el área sin cesar. Sanabria, Halilovic, Ndi... el balón se resistía a hacer feliz a la hinchada rojiblanca. Se resistía tanto el esférico que, a falta de ocho minutos, el Sporting tuvo una de las mejores ocasiones del partido: el disparo de Ndi se estrelló contra el lateral de la portería de Rico. Y así, entre intento e intento, los minutos se difuminaron en el marcador. Hasta el 92, en ese minuto el tiempo se paró y el esfuerzo encontró su recompensa: fue Isma López quien encontró portería y El Molinón se rompió. La lucha sigue y la batalla se endurece este sábado frente al FC Barcelona, pero este equipo ya ha demostrado que no hay nada imposible.